EL MUNDO › EL EMBAJADOR DE EE.UU. SE HABIA BURLADO DEL PRESIDENTE BOLIVIANO

Evo Morales se enojó con Tío Rico McPato

 Por Pablo Ortiz
desde Sucre

Las relaciones bilaterales entre Bolivia y Estados Unidos no están para broma. Luego de que Evo Morales propusiera a la Asamblea General de las Naciones Unidas cambiar su sede de funciones ante lo que él consideró humillaciones recibidas al llegar a Estados Unidos, el embajador estadounidense, Philip Goldberg, se burló de la propuesta, ofreciendo también cambiar la sede de Disney World. Desde ese momento se ha desatado una serie de declaraciones cruzadas que concluyeron el viernes, cuando Morales exigió que el otrora todopoderoso embajador se disculpe ante el pueblo de Bolivia por insultarlo, caso contrario, no tendrá ingreso al Palacio Quemado mientras él sea presidente.

“Había planteado en la reunión de Naciones Unidas que si el gobierno de Estados Unidos sigue controlando, marginando, discriminando demasiado a los diplomáticos, presidentes y delegados, ¿por qué no cambiar la sede de la ONU? Sin embargo, después que dije eso, el embajador de Estados Unidos declaró que también deben cambiar otros locales. Eso es como hacerse la burla de mí. Hemos decidido que el embajador si no pide perdón al pueblo boliviano, a Evo Morales, mientras esté de presidente, no tiene pisada a Palacio”, dijo el presidente en un acto realizado en Chapare en el que participaban delegados indígenas de más de 100 países.

El miércoles, Goldberg señaló que mandó una nota aclaratoria a la Cancillería, en la que indicaba que se trató de una broma su declaración en sentido de que el jefe de Estado boliviano también debería solicitar el traslado de Disneylandia. Según él, con esa disculpa se había superado el incidente. Sobre el discurso emitido ayer por el presidente, en la embajada optaron por el silencio.

Y a Morales no le sirven las notas aclaratorias. El miércoles pasado, Goldberg envió una nota a la Cancillería disculpándose, asegurando que todo se había tratado de una broma y creía que con ello se había superado el incidente. Al descubrir que no, desde la embajada se guarda un sepulcral silencio.

Esta escalada de tensión también preocupa al canciller boliviano, David Choquehuanca, que luego de admitir que no es el mejor momento de las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos, anunció que el lunes se reunirá con Morales para analizar los pasos a seguir.

Desde el inicio de la gestión de Morales, las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos no han hecho más que alejarse. Los primeros cruces se dieron cuando la embajada norteamericana negó visas de ingreso a su país a diferentes líderes del partido de Evo Morales, que estaban considerados como potenciales terroristas. La mayoría de ellos eran cocaleros y fueron puestos en una lista negra por Estados Unidos en los años de lucha y enfrentamientos entre los partidarios de Morales con el ejército boliviano.

Luego, cuando el gobierno boliviano decidió aumentar las hectáreas legales de coca de 12.000 a 20.000, desde Estados Unidos se percibió como aumento del narcotráfico. Pese a ello –y gracias a los éxitos del gobierno en la confiscación de cocaína y marihuana– Estados Unidos certificó a Bolivia como país que lucha contra el narcotráfico.

Sin embargo, los efectos se dejaron sentir. La ayuda estadounidense se vio reducida a 34 millones de dólares y cerró el acceso boliviano a la Cuenta del Milenio. Morales esperaba contar con más de 400 millones de dólares para la integración caminera entre el Altiplano y la Amazonia, además de algunos proyectos productivos en las zonas más pobres del país.

Con una ayuda tan exigua, Bolivia se ha acercado mucho más a Venezuela y a Cuba, además de firmar tratados económicos y de cooperación con Irán, que ya comprometió 100 millones de dólares y espera los planes bolivianos para enviar 1000 millones en los próximos cinco años.

“Me he acostumbrado a los insultos. Me han dicho narcotraficante, terrorista y asesino”, añadió Morales.

Pero mientras el presidente le cierra el palacio a Goldberg, José Luis Paredes, gobernador de La Paz, le abre sus oficinas. Bolivia exporta a Estados Unidos más de 100 millones de dólares en joyas, ropa y madera procesada. La mayor parte de esa producción se trabaja en las fábricas y talleres de El Alto. Pese a que el vicepresidente, Alvaro García Linera, ha conseguido ampliar las preferencias arancelarias para Bolivia por un año más gracias a la simpatía que tienen hacia Bolivia los opositores a Bush, si no se logra un acuerdo comercial con Estados Unidos Morales deberá buscar otros mercados para los alteños, que ya han demostrado suficiente fuerza como arrinconar a los últimos presidentes bolivianos. Por el momento, limar las asperezas con Goldberg parece una posibilidad lejana.

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