Miércoles, 5 de marzo de 2008 | Hoy
EL MUNDO › ESCENARIO
Por Santiago O’Donnell
1 La situación. La pasta de dientes se salió del tubo y es imposible volver a introducirla. Colombia invadió un campamento guerrillero en Ecuador, violando la soberanía de ese país. Colombia no lo niega, pero pone sobre la mesa otros hechos. En concreto, supuestas evidencias de colaboración de Ecuador y Venezuela con las FARC. Bogotá ofreció poner a disposición de la OEA las computadoras secuestradas durante el operativo en que murió Raúl Reyes, que supuestamente compromete a Caracas y Quito, pero la OEA duda. “Una cosa no justifica la otra. Una cosa es la inocencia propia, otra la culpabilidad universal. Si alguien me roba 100 pesos, eso no me da derecho a invadir otro país”, dijo un negociador que ayer participó en la reunión de la OEA. Hay que separar los tantos. Si hubo delitos o irregularidades de gobiernos extranjeros en relación con las FARC, hay ámbitos apropiados para dirimir el diferendo. Invadir territorio extranjero es harina de otro costal.
2 La negociación. Sigue moviéndose en el ámbito de la OEA. Hubo una señal concreta de la Unión Europea. Francia circula un borrador de comunicado que evita hablar de “paz y seguridad”, lo cual elevaría el conflicto al ámbito del Consejo de Seguridad de la ONU. En cambio habla de “de-sequilibrios y tensiones en la región”. Se trata de un apoyo sutil pero importante para América latina, ya que el lenguaje francés habría sido consensuado en la UE. Estados Unidos, aliado de Colombia, tiene poder de veto en el Consejo de la ONU, pero sólo un voto en la OEA. Sin embargo, no parece haber consenso en la OEA para condenar a Colombia. La estrategia de los países del Mercosur ampliado ahora pasa por convocar a una reunión de cancilleres. “En la OEA no habría sanción para Colombia, pero en la reunión de cancilleres puede pasar cualquier cosa”, señala el negociador.
3 Los rehenes. Reyes era el principal punto de contacto con las FARC en el tema rehenes. Su muerte vuelve gran parte de la negociación a punto cero. Además abre un debate interno en las FARC y fortalece al ala no dialoguista dentro de la organización. Seguramente muchos guerrilleros están diciendo “les entregamos rehenes y nos tiran bombas”. Sin embargo, la reacción del secretariado de las FARC fue positiva, ya que dejó abierta una puerta para seguir negociando. El desafío para los negociadores ahora es reinstalar el tema del canje humanitario como prioridad de la agenda internacional, para no quedar prisionero de la lógica belicista. No será tarea fácil.
4 Las doctrinas. Por un lado está la doctrina de ataque preventivo que Bush avala como parte de la guerra contra el terrorismo. Por el otro está la doctrina de Estado de Derecho Internacional que defienden todas las naciones sudamericanas, con excepción de Colombia. Ese es el debate ideológico que se está dando en la OEA, que a su vez pone en el tapete la capacidad de Estados Unidos para ejercer su hegemonía en la región. Por eso no es casualidad que Bush hiciera ayer un pronunciamiento sobre el tema en apoyo de Colombia. En ocho años de gobierno habían sido muy pocas las veces que Bush había hablado de América latina. “El tema es clarito. El riesgo de importar la concepción de seguridad de Medio Oriente a la región es altísimo. De a poco se instala la lógica de que en el caso del terrorismo no importan las fronteras y no importan los métodos. Ya tuvimos experiencia con el Plan Cóndor y la Doctrina de Seguridad Intercontinental. Si dejamos pasar esto, quiere decir que a la hora de los bifes cualquier cosa vale y ya sabemos a dónde nos lleva esa idea”, analiza el negociador.
5 La oportunidad. Si algo aprendió América latina en los años oscuros, si algo comparten los presidentes progresistas que hoy dominan la región, ahora es tiempo de ponerlo en práctica. Las guerras y las guerrillas no sirven para enfrentar a un ejército poderoso e inescrupuloso. El rescate de los rehenes –o sea la vigencia de los derechos humanos– es una prioridad que no puede opacarse por las acciones y acusaciones de los actores en pugna. La tarea, ahora, es consolidar un frente unido contra la doctrina de ataque preventivo. Bush será un fundamentalista que preside la primera potencia mundial, pero que esta crisis lo encuentra distraído, debilitado y en retirada. Habría que aprovechar. Quizá como nunca antes, América latina es dueña de su destino.
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