El viaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a esta más que nunca agitada tierra bolivariana incluirá una escala brevísima y simbólica en el país más pobre de América: Haití. El viernes, luego de que termine la cumbre del grupo Río en Santo Domingo, República Dominicana, CFK cruzará al otro Estado de la isla La Hispaniola para visitar a las tropas argentinas enviadas por Naciones Unidas. Será la primera vez que un mandatario latinoamericano aterrice en Gonaives, la ciudad en la que están acantonados los cascos azules argentinos. La misión de la ONU para la estabilización en Haití está instalada en ese país desde 2004. La integran los países del Cono Sur: la mayor parte de los efectivos son brasileños, asentados en Puerto Príncipe, y argentinos, ubicados en la segunda ciudad del país y cuna de la rebelión golpista contra Jean-Bertrand Aristide.

La visita de CFK no durará más de tres horas y tendrá que asimilar las dificultades de un país sin infraestructura. Para llegar hasta Gonaives, la comitiva oficial deberá trasladarse en uno de los enormes helicópteros rusos que suelen usar los cascos azules para los cambios de tropa. “Será un viaje relámpago, pero con mucho simbolismo”, contó a Página/12 un funcionario de la Cancillería que integrará la delegación. La llegada de CFK, además, podría ser interpretada como un gesto para reforzar la sociedad estratégica con Brasil justo cuando Sudamérica atraviesa una convulsionada etapa.

El viaje de la Presidenta a Haití se venía preparando hace dos semanas, luego de que la ministra de Defensa, Nilda Garré, le propusiera a Fernández de Kirchner viajar como un gesto hacia los soldados argentinos. El actual embajador en la isla, Ernesto López, ya está viviendo la cuenta regresiva para volverse a Buenos Aires. Los últimos años en Haití dejaron sus marcas, tras la asunción de CFK había pedido cambiar de destino diplomático. López irá a Guatemala y su lugar será ocupado por José María Vázquez Ocampo, ex secretario de Asuntos Militares del Ministerio de Defensa.

La conmoción se palpa en Caracas. Los diarios volvieron a mostrar la polarización que divide desde hace años a esta sociedad: los opositores acusaban a Hugo Chávez de apañar a las FARC, los oficialistas ironizaban sobre la aparición de computadoras intactas de Raúl Reyes cuando el campamento guerrillero había sido arrasado por las bombas.

Anoche, la Presidenta repasaba con el canciller Jorge Taiana y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, los compromisos de la gira. La expedición comenzará cuando CFK llegue esta noche a Caracas. Aquí la esperan el secretario de Relaciones Económicas de Cancillería, Alfredo Chiaradía, y otros funcionarios. La reunión con Hugo Chávez será mañana, aunque el compromiso más importante será la participación en la cumbre del Grupo Río, el viernes. La sorpresa, que se intentó mantener en secreto para potenciar el impacto mediático, fue el agregado de la escala en Haití.

El operativo de las fuerzas armadas colombianas en territorio ecuatoriano será el gran tema de discusión en la cumbre que se celebrará en la ciudad de Santo Domingo. El objetivo del mandatario de Ecuador, Rafael Correa, es lograr que Alvaro Uribe se vea obligado a pedir disculpas ante los presidentes del continente. En el gobierno argentino, la decisión es apoyar en todo a Correa y evitar pronunciarse sobre los movimientos de tropas ordenados por Chávez. La forma en que el ejército colombiano mató al número 2 de las FARC sigue causando asombro e inquietud en el Gobierno. Ayer había quienes recordaban no sólo su rol en la negociación para liberar a Ingrid Betancourt: algunos funcionarios lo conocieron personalmente en los ’70, cuando dirigía la Juventud Comunista de su país.