Evo Morales, en su condición de presidente de las seis federaciones de productoras de la hoja de coca del trópico de Cochabamba, ordenó expulsar de esa región a la agencia Usaid, un organismo de ayuda para financiar el desarrollo del Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos.

También el ampliado de los productores de coca que presidió Evo Morales el jueves en la población de Lauca, en el trópico del departamento de Cochabamba (en el centro de Bolivia), determinó la expulsión de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar), que se dedica a operativos antidrogas. Morales presidió el jueves el ampliado de emergencia antes de su viaje a Santo Domingo-República Dominicana a la cumbre presidencial del Grupo de Río. Usaid es un instrumento económico de la embajada que está financiada con el dinero de Estados Unidos. Seguramente los norteamericanos quieren apoyar, pero esa plata está siendo usada para conspirar en contra de Bolivia”, dijo Evo Morales a los productores de coca.

El ampliado también determinó organizar para los próximos días movilizaciones y concentraciones pacíficas en la campaña por el “sí” a la nueva Constitución para el referéndum nacional finalmente se realizaría el domingo 4 de mayo.

Los productores de coca del trópico de Cochabamba y alrededores rechazaron un pedido de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano de Naciones Unidas, para abolir el masticado de coca y respaldaron al gobierno de Evo Morales para iniciar una campaña internacional para que la coca no sea penalizada.

También pidieron al gobierno boliviano “identificar a los enemigos internos y externos que provocaron la elevación de los precios de la canasta familiar”.

No es el primer cruce entre el gobierno de Morales y autoridades y organismos financiados por los Estados Unidos. En el pasado el presidente boliviano ha sido crítico del embajador de Estados Unidos, que salió en una foto con un ladrón condenado, y a quien Morales acusó de estar dirigiendo un complot contra Bolivia dentro y fuera del país.

Además, en otro caso que despertó el interés de los medios locales, un becario Fulbright se quejó porque la embajada norteamericana en La Paz le habría pedido que recopile información sobre las actividades del gobierno del venezolano Hugo Chávez en territorio boliviano.

A pesar de los cortocircuitos, Bolivia logró con Estados Unidos negociar y extender dos veces el tratado de preferencias arancelaria para países que, según el Departamento de Estado, demuestran un compromiso para combatir el narcotráfico.