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“No se sospecha del terrorismo.” Este fue el mensaje que inequívocamente difundieron, una y otra vez, los funcionarios y la autoridades de Los Angeles luego que gran parte de la ciudad se quedó sin luz, algunas zonas por unos pocos minutos, otras por horas. Lo que podría haber sido un simple corte de energía eléctrica se vio enrarecido por la amenaza que Estados Unidos recibió el domingo en la que un supuesto miembro de Al Qaida advertía de posibles atentados en esa ciudad y Melbourne, Australia, entre otras. Según el diario local LATimes, el apagón habría sido provocado por un empleado que “inadvertidamente cortó un cable de luz”.
Para la noche, el 90 por ciento de la ciudad ya había recuperado la energía eléctrica, según informó el alcalde Antonio Villaraigosa. Los primeros cortes se comenzaron a registrar a las 13 hora local en los barrios de Hollywood, North Hollywood (centro) y Sherman Oaks. Incluso llegó a afectar a la sede del Departamento de policía de Los Angeles en el centro por unos breves minutos. Ante la magnitud del problema, la policía se declaró en alerta táctica, lo que significa que sus funcionarios están listos para responder a un problema en cualquier momento. El vocero de la policía describió este tipo de alerta como “lo que sucede cuando la ciudad entra en un estado de emergencia. Los oficiales de la policía sólo estarán respondiendo a las llamadas en las que haya vidas amenazadas.”
Como era de prever, el corte de energía causó caos, especialmente, en el centro de la ciudad. La falta de semáforos operativos provocó problemas en el tráfico de autos y servicios públicos. La única excepción fue que el Aeropuerto Internacional de Los Angeles no se paralizó porque pudo continuar con los vuelos programados utilizando la energía de emergencia. En muchos rascacielos céntricos los ascensores dejaron de funcionar, y en los hospitales se vieron obligados a utilizar sus generadores.
A finales de agosto pasado, el sur del estado de California registró apagones por las altas temperaturas y porque hubo un fallo repentino en un importante proveedor de energía. Lou Poupoli, portavoz del Departamento de Bomberos de Los Angeles, explicó que en gran parte de la ciudad los cortes fueron esporádicos. “No es ni todo Los Angeles ni el Gran Los Angeles lo que no tiene luz”, corrigió las primeras versiones difundidas. En algunas de las zonas afectadas la energía se restableció en cuestión de minutos, mientras que otros lugares seguían sin luz.
Antes del corte de energía, el jefe de policía de Los Angeles, William Bratton, ya había minimizado la amenaza terrorista recibida el domingo: “En esta coyuntura es sólo retórica”. El video, recibido por la agencia ABC News advertía: “Ayer, Londres y Madrid. Mañana, Los Angeles y Melbourne, Allah quiera”. Sin embargo, desde el principio todo indicaba que se trataba de un problema técnico. Varios residentes explicaron que el apagón fue precedido por dos picos de tensión, lo cual ya apuntaba para las autoridades a problemas en el sistema de transmisión. No obstante, a menos de 24 horas de recibir una clara amenaza, en la ciudad de Los Angeles nadie podía dejar de dudar.