SOCIEDAD
Se inició el juicio por el crimen del cardiólogo Martínez Martínez
El doctor Néstor Morelli está acusado de homicidio agravado por alevosía. Según el fiscal, mató a Martínez Martínez porque éste intentaba despedirlo. Coincidencias con otros crímenes.
Por Horacio Cecchi
El doctor Néstor Ramón Morelli dijo su primer no, sentado en el banquillo y ante el Tribunal Oral Nº 23 que lo juzga por el homicidio de su colega y jefe, el cardiólogo José Martínez Martínez, hecho ocurrido el 27 de mayo de 2003 en el consultorio de la víctima, en Recoleta. La negativa de Morelli fue a declarar, y no se interpretará, según aclararon los jueces, como una prueba en su contra. Según concluyen entre los acusadores, tampoco hará falta agregar más pruebas. La de ayer fue la primera de una larga serie de audiencias que prevé la citación de 180 testigos. Página/12 recogió, además, una serie de hechos que confluyen sobre los hombros de Morelli con la sombra del azar y la sospecha de las curiosidades: los crímenes de una médica y un médico. La médica, según amigos y familiares, era amante del hoy acusado. El médico cumplía guardias en una clínica de González Catán donde también trabajaba Morelli. El acusado, además, está procesado por otro caso: robo en las casas de colegas del Hospital Tornú. En los tres crímenes y en los robos, hay un dato en común: en ninguno se violentaron cerraduras.
El juicio tiene lugar en los tribunales de Comodoro Py, ante los jueces Miguel del Castillo, Rosa Goscilo de Moreno y Héctor Magariños, del Tribunal Nº 23 y con la acusación del fiscal de Cámara Nº 21, Guillermo Friele. Según la elevación a juicio, Friele sostiene los cargos de homicidio agravado por alevosía y falsa denuncia por los que Morelli fue procesado en primera instancia por la jueza de Instrucción porteña María Cristina Bértola. La autopsia reveló que Martínez Martínez fue asesinado de cuatro disparos, uno en el pecho, dos en la espalda y el último en la cabeza. Se encontraba en su consultorio de la planta baja B de Junín 1276, un martes, en un horario en el que no atendía. Ni la puerta de calle, ni la de entrada, tenía la cerradura violentada.
Martínez Martínez era un prestigioso cardiólogo, titular de la Fundación Cardiológica Argentina y de la Unidad Coronaria del Hospital de Clínicas. En esta última, en su equipo, figuraba nada menos que Morelli. Según la acusación, para la víctima Morelli se había transformado en alguien “peligroso” e intentaba despedirlo del equipo, pero contaba con protección. El móvil del ataque, para el fiscal, fue una serie de sanciones que amenazaban con dejar fuera del hospital a Morelli.
Ayer, María Teresa Tomé, viuda de Martínez Martínez, declaró como testigo del caso. Confirmó a los jueces lo que ya había declarado en la instrucción: que su marido “tenía problemas con un médico de la guardia porque la incumplía”, que ella le recomendaba que lo despidiera, que él se mostraba preocupado y que a ella, sabiendo que su esposo era “tan metódico”, le resultaba increíble que siguiera manteniendo en el equipo a Morelli “con el perfil que tenía”.
También declaró Cecilia Martínez, hija del cardiólogo asesinado. Relató cómo descubrió el cuerpo de su padre. “Empecé a llamarlo, pero no contestaba –señaló sollozando–. Entonces abrí la puerta y vi la escena... los pies atados con el guardapolvo. Salí corriendo, a los gritos y les pedí a los vecinos que llamaran a la policía.” Una de las principales pruebas contra Morelli es una pistola Bersa .380, que Morelli denunció como robada días antes del crimen, pero que varios testigos aseguran que la denuncia fue fraguada. Los proyectiles utilizados en el crimen eran compatibles con un arma semejante.
Morelli además está acusado por hurtos en casas de dos compañeros del Tornú. En el armario del hospital encontraron las llaves de las casas de esos médicos. Junto a Morelli fue detenido, procesado y luego sobreseído sin cargos el enfermero del Tornú y barrabrava de Platense, Claudio Balena.
Además, durante la investigación del caso, Página/12 reveló dos curiosas coincidencias del azar: el 18 de diciembre de 2002 fue asesinado en su casa de Caballito el médico pediatra peruano Enrique Flores Guerra. La víctima trabajaba en la clínica Catán, de González Catán. También Morelli. El acusado, aseguran en la clínica, acostumbraba subir a la terraza de la clínica con una pistola semejante a la Bersa a practicar tiro al blanco.
Otro crimen, otra curiosidad: en diciembre del 2000, la médica peruana Zulema Rojas fue apuñalada en su casa de Almagro. Una semana antes habían entrado en su departamento, sin violentar la cerradura y habían robado unos 10 mil dólares que tenía ahorrados. Según familiares y amigos de Rojas, la médica había conocido a Morelli en el Centro de Salud Norte Olivos y le había prometido matrimonio pese a que ella sabía que estaba casado. Morelli, su prometido, llamó a la familia preguntando por el velorio y el sepelio. Nunca apareció ni por uno ni por otro.