La alianza entre Bolivia y Venezuela tuvo ayer su momento “sagrado” con la presencia de Hugo Chávez en las ruinas de Tiahuanacu, erigidas en el corazón del altiplano paceño. El mandatario venezolano debía levantar vuelo el sábado, después de participar en un acto en la zona cocalera del Chapare para afianzar la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) pero a último momento cambió de opinión y decidió quedarse para hacer su programa dominical, Aló Presidente.

Desde las once de la mañana hasta entrada la tarde, la ausencia de Evo Morales dejó el show en las manos del visitante, quien aprovechó la presencia de peruanos en esta población cercana a la frontera para disparar una vez más contra el favorito para las elecciones del 4 de junio, el socialdemócrata Alan García. “García es el candidato de la derecha, de la oligarquía, del imperio norteamericano”, comenzó sólo como un aperitivo de su nueva ofensiva. “Quién puede creer que Venezuela vaya a tener relaciones con Perú si un caballero como Alan García, Alan es un verdadero ladrón, embustero, irresponsable”, continuó y paso seguido incluyó en su diatriba al actual mandatario, Alejandro Toledo: “Como dijo Evo, Toledo es un traidor a los pueblos indígenas por firmar el Tratado de Libre Comercio con EE.UU.”, disparó ante aplausos del público y dudas de los periodistas peruanos consultados por Página/12 sobre el efecto de estas declaraciones en la posibilidad electoral de Humala.

La dureza contra Alan García contrastó con su moderación –rayana en el elogio– cuando se refirió al (electo) presidente colombiano Alvaro Uribe, uno de los mayores aliados de Washington en la región. “Ojalá que si gana Uribe venga renovado, Uribe es un amigo. Muchos me dicen que está alentando a paramilitares para asesinar a Chávez, yo no lo creo, él mantiene buenas relaciones con Estados Unidos, pero tiene su propio criterio”, señaló y mencionó al boliviano Hugo Banzer –un ex dictador de los ’70 que volvió al poder por las urnas a fines de los ’90– entre los gobernantes de la derecha con quienes mantuvo buenas relaciones.

Bajo una carpa que lo protegía del calcinante sol del mediodía, Chávez usó las casi cinco horas de programa para hablar de varios temas más, como la crisis en la Comunidad Andina de Naciones (CAN) que le toca presidir a Morales y el venezolano desahució al retirar a su país del bloque comercial. “La CAN no es ningún modelo de integración, no se logró acordar cómo luchar contra la pobreza, siempre el eje fue el negocio de las empresas”, enfatizó. Como parte del modelo de “integración solidaria” mencionó el próximo envío de 200 mil barriles de diesel (gasoil) al mes a Bolivia, “llueva, truene o relampaguee”, cuyo pago será depositado en un fondo de crédito para financiar proyectos de desarrollo en el país andino. “Con esta medida estamos empezando a poner en pie el Banco del Sur, que rompe con el dogma del beneficio capitalista y pone en marcha formas de intercambio socialistas”, agregó en referencia a los millonarios acuerdos de cooperación firmados el viernes pasado entre La Paz y Caracas, a los que se suma Cuba como parte de la “integración bolivariana”.