Viernes, 1 de agosto de 2008 | Hoy
EL PAíS › LOS PUNTOS DEBILES DEL ESCALONAMIENTO DE LAS DEDUCCIONES
En la reunión que mantuvo con Cristina Fernández, la CGT solicitó, entre otros pedidos, la eliminación de la “tablita” implementada por José Luis Machinea. Lo que sigue es un detalle del impacto negativo que generó esa norma en los trabajadores.
Por Cristian Carrillo
Tras confirmarse el nuevo monto del salario básico, la cúpula de la Confederación General del Trabajo subió la apuesta. La entidad gremial solicitó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner una actualización del mínimo no imponible del Impuesto a la Ganancias, la eliminación de la “tablita” implementada por el ex ministro de Economía José Luis Machinea y el aumento y la universalidad de las asignaciones familiares. Los pedidos habían sido anticipados por el titular de la CGT, Hugo Moyano, luego del encuentro del Consejo del Salario. La jefa de Estado derivó el tema a la cartera laboral y anticipó a los dirigentes gremiales que próximamente conocerían lo resuelto. Lo que sigue es un detalle de los motivos que llevaron a la implementación de la “tablita” y los problemas que motivó su implementación.
Desde su aplicación en 2001, la escala de reducción de las deducciones personales que impuso el ministro de Economía de la Alianza generó controversias y, por estos días, volvió a ser blanco para que sea eliminada. La intención de José Luis Machinea fue lograr una mayor distribución del ingreso, pero un análisis más detallado deja en descubierto las inconsistencias de la medida y su impacto negativo en los trabajadores. Una alternativa que se plantea y con un sesgo más distributivo sería una rebaja o la eliminación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en los bie-nes de la canasta básica.
La Ley de Impuesto a las Ganancias se dictó en 1997 y fue prorrogada en 2001, bajo el mandato de Fernando de la Rúa, con un nuevo esquema cuya idea central era que “quien más ganaba, más pagaba”. La tabla limita la posibilidad de computar deducciones personales a medida que crecen los ingresos gravados. La primera crítica sobre este cambio fue que no discriminaba si ese incremento en la riqueza del individuo correspondía a un aumento de sueldo, a horas extra trabajadas o a alguna renta extraordinaria. Esto último dio pie a que se encendiera el debate sobre la falta de impuestos sobre la especulación financiera.
Por ese tiempo, el mínimo no imponible era de 1835 pesos mensuales para un soltero y de 2235 para una persona casada con dos hijos. A partir de 2002, ante el incremento de los precios producto de la devaluación, el Ejecutivo dispuso incrementos salariales para el sector privado. Para abril de 2003, los aumentos sumaban 300 pesos y algunos trabajadores comenzaban a ser alcanzados por el gravamen. Por su parte, los empleados públicos recibieron también incrementos en sus haberes (decreto 875/2005). Esta resolución también convirtió en suma fija remunerativa los montos de hasta 1250 pesos.
Las modificaciones que se hicieron desde entonces resultan insuficientes para los gremialistas, que piden la eliminación de la “tablita”. La justificación es que los aumentos del mínimo no imponible hasta el momento, manteniendo las alícuotas progresivas, “sólo fueron ajustados parcialmente desde 2001 para contemplar la inflación. Hasta la modificación de 2007, sólo se actualizó el primer escalón a medida que aumentaban los ingresos de los trabajadores. “Consideramos que la progresión de la tablita termina siendo negativa para los trabajadores y la Presidenta coincidió”, dijo el secretario de Prensa de la CGT, Héctor Daer, a su salida del encuentro en Casa Rosada.
El último cambio fue el año pasado, cuando no sólo se elevó el mínimo no imponible, sino que además se actualizó el cuadro de deducciones. En abril de 2007, el Senado aprobó y sancionó por unanimidad la Ley de Reformas en Ganancias cuarta categoría, llevando el mínimo para los trabajadores en relación de dependencia a 3346 pesos para los solteros y de 4577 para los casados y con dos hijos. La iniciativa contemplaba además la exención en la aplicación de la “tablita de Machinea” a los trabajadores con ingresos anuales inferiores a los 91.000 pesos anuales, el equivalente a 7000 mensuales (se divide por 13, ya que se contemplan los dos medios aguinaldos), y se incrementaron las deducciones en las cargas de familia.
El cuadro actualmente vigente elevó 26 por ciento la deducción especial, ahora de 36.000 pesos anuales; un 33 por cónyuge y por hijos, hasta los 8000 y 4000 respectivamente; y sin cambios a 3000 pesos por otro familiar a cargo. La tabla además contempla que quienes tengan ingresos anuales de entre 91.000 y 130.000 pueden deducir hasta la mitad; entre 130.000 y 195.000, un 30 por ciento; entre 195.000 y 221.000, un 10 por ciento; y por encima de los 221.000, nada. No obstante, esta última actualización no eliminó las inconsistencias del esquema. El problema que conlleva la tabla es que en ciertos umbrales un aumento del salario puede implicar una caída en el ingreso neto, debido a que el cambio de categoría conlleva una menor deducción.
“Los sindicalistas se fueron satisfechos de la reunión con la Presidenta y del encuentro en la CGT de ayer”, dijo a PáginaI12 una alta fuente de la cartera laboral. La advertencia de Cristina Fernández de que “el Estado no tiene recursos infinitos para satisfacer mañana todas las necesidades”, de acuerdo con lo relatado por Daer, fue la pausa necesaria para abrir el juego estudiar el próximo pase. El Ejecutivo deberá evaluar la pérdida fiscal que tendría la eliminación de la “tablita”. El impuesto a las Ganancias representa actualmente cerca de un 24 por ciento de la recaudación tributaria total. Según estudios privados, con un costo similar, una medida que favorecería más a los sectores de menores ingresos de la población sería hacer una rebaja del IVA para los alimentos de la canasta básica, mientras se siga evaluando la progresividad de Ganancias.
Durante el encuentro con la Presidenta, el nuevo consejo directivo de la central obrera planteó también el aumento de la alícuota de las asignaciones familiares y la eliminación de la escala existente para que el beneficio vuelva a ser universal. Los trabajadores con salarios de hasta 2000 pesos cobran 100 por hijo; los que perciben entre 2001 y 3000, 75, y los que tienen sueldos de hasta 4000, 50 pesos. El beneficio, en tanto, no alcanza a los empleados con haberes mayores de ese tope.
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