EL PAíS › CERCA DE COBOS IMAGINAN UN RUMBO POLITICO POR SEPARADO SIN ROMPER LA INSTITUCIONALIDAD

Una pareja que mantiene las formas

Luego de la reunión con Cristina Kirchner, el vicepresidente reiteró que se mantendrá en su cargo y la continuidad de la Concertación. Pero también subrayó que “volvería a votar como lo hice”. Cerca de él ven pocas chances de reconciliación.

 Por Sebastian Abrevaya

El vicepresidente Julio Cobos imagina que su relación política con la presidenta Cristina Fernández está rota desde que firmó el certificado de defunción de las retenciones móviles e intuye que esa ruptura no tiene arreglo. Lo sabía antes de reunirse el miércoles con ella y lo comprobó en los 45 minutos que duró la conversación. En sus primeras palabras desde aquel encuentro, Cobos repitió que no va a renunciar porque “no tengo ese derecho” y aseguró que volvería a votar en contra del proyecto oficial si tuviera que hacerlo. “Volvería a actuar de la misma forma porque actué a conciencia, no voté un ‘no’ al Gobierno, sino que fue un voto para alcanzar un mejor proyecto”, aseguró en un acto en Saladillo. Cerca del vice se esfuerzan por no perder las esperanzas de que el tiempo cure las heridas, pero mientras tanto ya adoptaron una postura: “Hay que mirar para adelante, ya está. Que ellos se muevan como se tienen que mover y nosotros nos vamos a mover como tengamos que movernos”. Los cobistas, en tanto, se preparan para jugar otro partido, en la cancha de la oposición.

El espacio radical que responde al vicepresidente tiene en claro que los gestos que dio la Presidenta en las últimas horas no son un acercamiento. Recibir a Cobos rápidamente en la Casa Rosada, designar a un radical en la Subsecretaría General de la Presidencia y convocar a dos gobernadores radicales a un encuentro con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, podrían interpretarse como señales para fortalecer la Concertación. Pero hacia adentro desconocen si esa Concertación los contemplará.

Los mandatarios de Río Negro, Miguel Saiz, y de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, pertenecen al grupo de radicales que apoyó al Gobierno durante el conflicto con las entidades rurales, poniendo el cuerpo y los votos –aunque no todos sus diputados votaron a favor, sí lo hizo la gran mayoría–. Tanto Saiz como Zamora se alejaron del vice desde que recibió a los gobernadores de la oposición para “buscar consensos”. Los cobistas critican que el Gobierno sólo los convoca a ellos y no al gobernador de Corrientes, Arturo Colombi, ni al de Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral, que son los más cercanos a Cobos.

“Me parece que es un camino equivocado. Parece más un intento de dividir a los radicales como intentaron dividir a las entidades del campo. Eso es todo lo contrario de lo que ha demandado la sociedad que fue la búsqueda de más consensos y más diálogo”, aseguró un intendente bonaerense leal al vice y agregó que Cristina Fernández “necesita de todos los radicales que estamos en la Concertación y no sólo de algunos”.

La designación de Gustavo López como segundo de Oscar Parrilli fue otro reconocimiento para un radical que no se despegó de la línea del Gobierno en ningún momento. Cuando PáginaI12 preguntó la percepción del vice sobre el anuncio relativizaron su importancia. “No son importantes los nombres ni los cargos –aseguró un hombre de Cobos–. No se ha hecho drama por eso. Son parte de la Concertación y está perfecto. A Gustavo López nos lo cruzamos y estaba conforme”.

Sumado a la salida de seis funcionarios cobistas del Ministerio de Planificación se conoció ayer una nueva baja. Juan Carlos Jaliff, director del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), fue personalmente a llevarle su renuncia al nuevo secretario de Agricultura, Carlos Cheppi. Si bien es habitual que los titulares de las subsecretarías y las áreas descentralizadas –como el INV, el Senasa y el Instituto Nacional de Semillas– presenten su renuncia cuando se va el funcionario con quien ingresaron, Jaliff aclaró que renunció por “razones políticas”. Hasta anoche Cheppi no había decidido si le aceptará la renuncia, pero los cobistas lo dieron por descontado. “Bueno, sos un desocupado más”, le habría dicho Cobos, desdramatizando. Sin embargo, otros radicales consideraron que “esos gestos han sido nocivos”. “Jaliff no es cualquiera, fue el vice de Cobos en Mendoza y fue un buen funcionario”, explicaron.

Más allá de que Jaliff dijo que buscó “facilitar que el nuevo secretario de Agricultura conforme su propio equipo de trabajo”, su cargo era deseado por el actual gobernador de Mendoza, Celso Jaque, quien quería colocar allí a un hombre de su confianza. Jaque es un peronista que jugó a favor del Gobierno durante el conflicto con las entidades rurales y le ganó en octubre la provincia a la fórmula César Biffi-Enrique Thomas que respaldaba Cobos.

Los radicales K habían amenazado con abandonar el Gobierno –de los cargos del Ejecutivo, no de los electivos– si de la reunión con Cristina Fernández no salía una intención clara de seguir con la Concertación y de darles más participación. Sin embargo, un cobista aclaró que aunque no recibieron ninguna señal en ese sentido, no van “a poner ni sacar funcionarios”, más allá de las renuncias por casos específicos como el de Jaliff. “La lógica de Cobos es que aportemos lo que podamos aportar”, dijo. Eso mismo expresó Cobos cuando habló en Saladillo: “La función del vicepresidente es la de presidir el Senado y todo lo que podamos aportar lo haremos”.

Los cobistas armaron una agenda de temas que le entregaron a Cristina, pero ella, dijeron, “no fue muy receptiva”. Aseguraron que seguirán trabajando en esa dirección con la esperanza de que en algún momento la Casa Rosada la adopte. Habrá que esperar, “grande el conflicto, ergo grande el enojo”, concluyeron.

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El vicepresidente Julio Cobos se probó el poncho que le regalaron ayer en un acto en Saladillo.
Imagen: Télam
 
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