El traumático comienzo de la sesión fue el anticipo de un duro debate que tendría posturas enfrentadas. El kirchnerismo defendió con uñas y dientes el paquete “anticrisis”, que incluye una moratoria impositiva, beneficios para el mantenimiento y ampliación del trabajo registrado y el blanqueo y repatriación de capitales. Los diputados del bloque k tuvieron que batallar por casi una hora para reunir el quórum para sesionar y poco después de la una de la mañana, tras casi doce horas de discusión, lograron dar media sanción a la iniciativa y girarla al Senado, donde hoy se trataría en Comisión. La votación arrojó 131 votos a favor, 75 en contra y nueve abstenciones.

Después de la sesión de homenaje a los 25 años del regreso democrático, la oposición fogoneó la retirada masiva de sus legisladores con la convicción que el kirchnerismo no reuniría el quórum para comenzar a discutir. El oficialismo sufrió las deserciones de los díscolos santafesinos Jorge Obeid, Walter Agosto y Ariel Dalla Fontana y tuvo que recurrir a los aliados más fieles y algunos impensados, para juntar, casi una hora más tarde, a los 129 diputados necesarios para sesionar. La lista incluyó a la tropa propia, los radicales K, los santiagueños del Frente Cívico, los neuquinos del MPN, “independientes” como Eduardo Lorenzo (Borocotó) y la “guardiana peronista” Paola Spátola, además de los kirchneristas críticos que votarían en contra del paquete, como Cecilia Merchán o los aristas fueguinos Leonardo Gorbacz y Nélida Belous.

El kirchnerista Gerónimo Vargas Aignasse fue quien cargó contra la actitud de los opositores. “Es una vergüenza que se hayan retirado del recinto para no trabajar y espiar detrás de las cortinas.” El legislador tucumano propuso cerrar la lista de oradores como represalia, lo que desató una dura discusión y hasta insultos. Finalmente, la iniciativa no prosperó y la nómina de oradores se llenó de opositores. Una señal que el áspero debate se estiraría hasta cerca de la madrugada.

Los encargados de defender el proyecto del Gobierno fueron el titular de la Comisión de la Presupuesto, Gustavo Marconato, y el presidente de la Comisión de Legislación del Trabajo, el abogado cegetista Héctor Recalde. “Sólo la cancelación total de la deuda produciría la extinción de la causa penal”, dijo Marconato para responder a las críticas sobre la eventual caída de causas sin sentencia firme por evasión fiscal y remarcó que la repatriación de capitales significará una fuente de “recursos importantes” para canalizar “inversiones hacia el interior del país”. Aunque no dio estimaciones sobre el monto de dinero que regresaría al país. Para Recalde, el mantenimiento y ampliación empresaria de los trabajadores registrados “hace a una sociedad más equilibrada, más justa, en definitiva, una sociedad más igualitaria”.

El grueso de la oposición arremetió contra el blanqueo de capitales con el argumento que se “abre una ventana al lavado del crimen organizado”, en el que incluyeron en un generoso abanico delitos que van desde “el narcotráfico, el contrabando de armas y la trata de personas” hasta del “financiamiento del terrorismo” y la “pedofilia”. También afirmaron que se “clausurarían” las causas por delitos económicos que “no tienen sentencias definitivas” y rechazaron el “injusto perdón” tributario a los que evadieron en “épocas de bonanza” y criticaron que la promoción y mantenimiento del trabajo en blanco se “sostenga” con las rebajas de los aportes patronales al sistema previsional.

“El blanqueo es una puerta abierta al ingreso integral del narcotráfico en Argentina. No digo que el Gobierno lo propicie o sea cómplice. Pero ese dinero incorporado a la economía real sirve para comprar jueces, funcionarios y policías. Es decir se cierra el círculo droga-efedrina-recursos económicos”, sostuvo el jefe de la bancada radical Oscar Aguad. El caso Skanska estuvo en boca de casi todos los opositores a la hora de buscar ejemplos de “lavado de dinero ligado a la corrupción”.

“Es una ley absolutamente abierta y peligrosa que expone al país a la mayor transacción que se hace en el mundo con el tráfico de armas, de niños, de blancas y de órganos”, sostuvo el peronista anti k Felipe Solá.

El PS, el SI, Proyecto Sur y los ex aliados oficialistas Vilma Ibarra y Miguel Bonasso cambiaron los ejes de los cuestionamientos. “Las medidas propuestas son de carácter procíclico y se toman en un momento de crisis, no garantizan ser efectivas y están enfocadas a sostener la oferta y no la demanda. No aportan un sistema de premios y castigos que diferencie a quienes cumplen con sus obligaciones y quienes no”, sostuvo el socialista Ricardo Cuccuvillo. “Es una moratoria para quienes evadieron en los años de mayor bonanza del país y no para un momento de crisis. Estamos poniendo plata sólo en los bolsillos empresarios”, sentenció Ibarra.