Jueves, 11 de diciembre de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › UNA INSóLITA INTERVENCIóN POLICIAL DEJó TRES HERMANOS BALEADOS Y DOS DETENIDOS EN SAN FERNANDO
Un incidente con la policía en la calle hizo salir de su casa a un joven, pero fue baleado por la policía. Un hermano salió a ver qué pasaba y corrió la misma suerte. Con el tercero pasó igual. Familiares y vecinos protestaron y los agentes se llevaron presos a otros dos.
Por Carlos Rodríguez
Durante el relato, Felisa Galván llora varias veces. Sigue sin entender cómo fue que una fiesta en familia terminó en desgracia, con tres de sus hijos heridos con balas de plomo –uno de ellos sigue internado en terapia intensiva–, una de sus nueras –embarazada– con lesiones en la espalda provocadas por perdigones de goma, con su marido y otra de sus hijas llevados a los golpes a la comisaría cuarta de San Fernando. La cena que preparaban, en la tarde del domingo pasado, para festejar el bautismo de una de sus nietas, terminó en forma abrupta por la aparición de un móvil policial, luego seguido por un segundo, ambos de la misma seccional, que la emprendieron a los tiros contra los hermanos Sergio (35 años), Marcelo (28) y Darío López (26). “Hubo un incidente en la calle, con unos chicos que aparentemente le tiraron piedras al primer patrullero. Mi hijo mayor, Sergio, se acercó a la esquina porque vio que un amigo suyo estaba en el piso. Los policías, un hombre y una mujer, le pegaron un tiro en la ingle y después (en forma sucesiva) hirieron a mis otros dos hijos. Todo por nada. Ninguno de ellos estaba armado ni fueron a atacarlos.”
Acompañados por Raquel Witis, la madre de Mariano Witis –asesinado por la Policía Bonaerense– e integrante del Programa Nacional Anti-Impunidad, los padres de los tres hermanos baleados, Alberto López y Felisa Galván, se entrevistaron ayer con el fiscal de San Fernando Luis Angelini, quien les confirmó que se abrió una causa para investigar a los policías que intervinieron en el procedimiento. “Allí se enteraron de que la policía dice que los hermanos López estaban armados, cuando eso es mentira. Esa es la misma versión que me dio a mí el capitán (de la Policía Bonaerense) David Daniel Newi, quien también me confirmó que se ha dado intervención a Asuntos Internos para que investigue, porque acá fueron los policías los que desencadenaron el problema”, le dijo Witis a Página/12. En la reunión con Angelini estuvieron presentes dos abogados de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
Los problemas comenzaron a las cuatro de la tarde del domingo, en la esquina de Humaitá y Avellaneda, en Villa del Carmen, un barrio humilde del partido de San Fernando. “Unos chicos comenzaron a pelearse, llegó la policía y parece que los pibes le tiraron piedras al patrullero”, dice Felisa Galván, quien en esos momentos estaba en la casa familiar, en el 4035 de Humaitá, preparando comida para la noche. Su hijo Sergio López estaba en la puerta de la casa, cuando vio a un amigo que, al parecer, había quedado en medio de la pelea, que era verbal y con piedras, no con disparos de armas de fuego. “Mi hijo mayor llegó a la esquina y les dijo algo a los policías, un hombre y una mujer. Uno de ellos le disparó a la ingle. Le reventaron la vena aorta. Está muy grave, sigue internado en terapia intensiva en el Hospital de San Isidro. Corre peligro de perder una pierna”, relata la madre y la angustia le cierra la garganta.
Marcelo, otro de sus hijos, fue el segundo que salió a enfrentar a los policías, luego de haber visto caer herido de gravedad a Sergio. “Lo único que hizo fue ir a socorrer a su hermano y a pedirles a los policías que llamaran a una ambulancia. La respuesta fue otro disparo, que le dio en la pierna. Yo estaba desesperada, tenía a mis dos hijos desangrándose”, sigue contando Felisa Galván. “A Marcelo, el policía le pegó primero un culatazo en la cabeza y luego le disparó a las piernas. En ese momento llegaba mi hijo Darío y el policía lo amenazó: ‘Vos correte o también sos boleta’.” La propia mujer estuvo a punto de ser herida de bala: “Cuando le pegaron el tiro a Marcelo, él me empujó a mí, porque de lo contrario me hubieran dado un tiro en la cabeza. Me pasó muy cerca”.
Ya eran tres los heridos de bala y la policía seguía negándose a llamar a la ambulancia. “El policía me gritaba ‘dejalo que se muera’”, en alusión a su hijo Sergio, cuya herida era visiblemente grave. Felisa recuerda la escena y vuelve a llorar. Ante la situación planteada, Alberto López, el padre de los tres heridos, y una hermana de las víctimas, Florencia, de 18 años, salieron a la calle a repudiar el accionar policial. “Vino otro patrullero de la misma comisaría y sus ocupantes empezaron a dispersar a los vecinos, que también habían salido a protestar. Les tiraron balas de goma y hubo varios heridos. A mi esposo y a mi hija Florencia se los llevaron detenidos. A ella se la llevaron de los pelos.”
A los tres heridos con balas de plomo los trasladaron, en dos autos particulares, al Hospital de San Fernando, porque la ambulancia nunca llegó. “A mi nuera Ayelén Casiano, esposa de Darío, también la golpearon. A mi otra nuera, Ana Clara Gauna, que está embarazada, le pegaron un montón de balazos de goma en la espalda, en las piernas. Una vecina nuestra, Rosaldo Chávez de Magrotto, que había salido a interceder por mis hijos, también le hicieron varios moretones con bolas de goma. Lo que pasó fue un desastre y en ningún momento hubo una agresión con armas contra los policías por parte de nadie. No se puede entender lo que hicieron.”
Marcelo y Darío, dos de los hermanos heridos, fueron dados de alta. A uno de ellos una bala le perforó un hueso de la pierna. El otro tiene cuatro disparos en las piernas y golpes en la cara y tiene una fractura expuesta. “El policía, cuando yo le reprochaba lo que hicieron, me decía: ‘Tenías que haberlo pensado antes de parir’. ¿Cómo me puede decir eso?”, susurra Felisa y vuelve a llorar. Los vecinos, en protesta, hicieron un corte de calle y quemaron gomas. “El policía que disparó es conocido en el barrio, porque trabaja como custodio en el Carrefour de acá. La otra es mujer policía. Los dos dispararon varias veces”, asegura Felisa Galván.
“El fiscal nos dijo que la policía afirma que nosotros les disparamos a ellos. ¿Cómo se puede entender lo que hicieron? Nosotros queremos que se haga justicia.” El incidente ocurrió frente a la casa en la que vive la familia de Pablo Lescano, el cantante de Damas Gratis. En la puerta de entrada hay cámaras de seguridad. “Queremos saber si hay imágenes que puedan corroborar todo lo que vivimos”, concluye Felisa.
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