Los trabajadores del subte paralizarán hoy el servicio en rechazo a la elección convocada por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), a la que impugnaron por considerarla fraudulenta. El Gobierno anunció que recurrirá a la Justicia y a la policía para garantizar el normal funcionamiento de los subterráneos, al tiempo que Metrovías dijo que implementará un “cronograma de emergencia”. El Ministerio de Trabajo y la empresa coincidieron en calificar el paro como “injustificado”.

El día comenzó con ánimos crispados. “Vamos a evitar lo que han hecho antes, como tirarse en las vías e impedir trabajar a quienes quieren hacerlo”, advirtió el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Y opinó que “las internas gremiales deben dirimirse en el ministerio y no utilizar de rehenes a los usuarios”.

El delegado de la línea B, Claudio Dellecarbonara, le respondió: “Esto no es una interna gremial, acá quieren liquidar el modelo de democracia sindical que funciona con los delegados del subte elegidos hace dos años y que no sólo recuperó conquistas laborales, sino que denunció las pésimas y peligrosas condiciones del servicio que ponen en riesgo a los pasajeros”. Roberto Pianelli, de la E, acusó a la UTA de formar “grupos cuasimafiosos que por tener uno diferentes opiniones están golpeando e intimidando”.

El secretario general de UTA, Roberto Fernández, argumentó: “La ley me permite que haya delegados por sectores, si en uno de esos lugares hay más de veinte trabajadores se puede poner a uno”. Pianelli, que pertenece al cuerpo de delegados enfrentado a la UTA, aseguró que ese sindicato “no presentó los padrones”.

¿En qué consiste esta controversia? Los sindicalistas de base sostienen que el comicio apunta a que la UTA recupere su representatividad perdida bajo tierra y a desplazarlos “porque la empresa y la burocracia quieren liquidar esta organización que generó mejoras considerables en las condiciones de trabajo, hizo casi mil denuncias sobre los peligros del servicio, avaladas por el defensor del Pueblo, y les exige que lo mejoren e inviertan en lugar de quedarse con los subsidios”. Por eso aclaran que “no es una pelea por cargos o plata o poder, sino por la defensa de una herramienta que es expresión del sindicalismo de base”.

Las elecciones tendrían que haberse realizado el 19 de septiembre. “Veníamos reclamando elecciones, pero ahora las convocan sin respetar el convenio colectivo ni la ley de Asociaciones Gremiales, además de violar la Constitución, porque están impidiendo que sean delegados los extranjeros”, dijo Dellecarbonara. La UTA dividió la elección por sectores y no por línea y por talleres como se hizo siempre. Así, en lugar de ser elegidos unos 70 delegados, en correspondencia con los más de 4200 trabajadores, habrá 41. “Cambiaron en forma arbitraria una modalidad para poder obtener al menos diez delegados que respondan a su burocracia”, explicó este conductor. La nueva división haría que en sectores donde hay 60 operarios elijan tres delegados y en lugares con 130, sólo uno. Por eso decidieron no participar para no avalar la elección. Una minoría creía que podía ganar, pero la decisión mayoritaria de la asamblea no los acompañó. Ayer al mediodía, los delegados de base ratificaron el paro. En esos momentos, el ministerio que conduce Carlos Tomada emitió un comunicado que sentaba posición: “No hay detrás de esta cuestión ningún conflicto laboral, no se acreditaron irregularidades que fundamenten” la impugnación de la elección de delegados, “tornando injustificada e ilegítima la postura de quienes pretenden privar a centenares de miles de ciudadanos del servicio público de transporte”. Los delegados esperaban que el ministerio actuara del mismo modo que el 12 de mayo, cuando anuló la convocatoria. Sin embargo, en los despachos del Poder Ejecutivo el clima había cambiado. “Los delegados siempre impugnan porque no quieren elecciones, o las quieren a su manera”, comentaron.

Hacia el anochecer las partes se instaban mutuamente a la reflexión, pero nadie se movía de su posición. “Le pido al compañero Fernández que revea su postura, esta elección hay que impugnarla porque faltan delegados, en mi sector somos cien compañeros y habría un solo delegado”, instó Néstor Segovia, que trabaja en los talleres de Constitución de la línea C. Los delegados afirman que hay 60 muchachos fornidos de la UTA que cobran su sueldo de la empresa para perseguirlos en lugar de trabajar de guardas o conducir trenes. Por eso hicieron responsables a Fernández y a Metrovías por cualquier incidente que pueda producirse hoy.