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“Desde la CGT vamos a pelear por un aumento salarial digno para todos los trabajadores.” El secretario general de la central sindical, Hugo Moyano, soltó la frase en la propia quinta presidencial de Olivos, donde fue para respaldar el lanzamiento del plan canje de electrodomésticos. Antes, salió al cruce de las versiones sobre despidos y suspensiones que agita como fantasma el sector patronal frente a la apertura de las negociaciones paritarias: “El mensaje de los empresarios es siempre el mismo, con crisis o sin crisis, dicen que no tienen plata para pagar a los trabajadores”, señaló el líder camionero. La mesa chica de la conducción cegetista respaldó el reclamo de su jefe “No hay ni piso ni techo” para la discusión salarial.

El camionero se anticipó con pocas palabras a las resoluciones que haría trascender más tarde la mesa chica de la CGT. Moyano esquivó una respuesta sobre los porcentajes mínimos que exigirían los diferentes gremios cuando se sienten frente al sector empresario para discutir los salarios de todo 2009. Para ellos también hubo un mensaje del líder de la CGT que dijo conocer bien los argumentos que los empresarios siempre vuelcan en la mesa de negociación: “Nunca tienen plata para pagar a los trabajadores”, resumió.

El dirigente de la Unión Industrial Daniel Funes de Rioja había anticipado su posición: “Discutir hoy aumentos es un disparate”. La UIA se reunió ayer con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y llevó su propuesta: cero por ciento de aumento. O un acuerdo centralizado que evite las negociaciones sectoriales. En el Gobierno le anticiparon a la dirigencia empresaria que ninguna de esas alternativas era viable.

Moyano se mostró poco flexible ante las quejas patronales por los coletazos que recibirían sus compañías en medio de la crisis financiera internacional. Distintos dirigentes cegetistas ya habían anticipado que atenderán “sólo cuestiones puntuales” de empresas afectadas por la crisis, pero que no extenderán la misma contemplación para toda la rama o sector productivo. Aunque las prioridades de la central sindical siguen siendo “la defensa de los puestos de trabajo” y “el mejor salario posible para cada gremio”, en ese orden.

Poco después, el vocero de la CGT, Héctor Daer (alimentación), fue el encargado de retransmitir las conclusiones a que arribó la mesa chica de la central con otro mensaje a los empresarios. “Tienen la responsabilidad fundamental de sostener el consumo a través de sostener el poder adquisitivo del salario”, dijo Daer en referencia a los patrones. Luego sostuvo que “la política que va a seguir la CGT será que cada actividad tenga una libre discusión salarial” en las paritarias que arrancan a fines de febrero y que en marzo se extenderá a la mayoría de los sindicatos. Discusiones que tampoco tendrán como parámetros los índices oficiales sobre inflación, sino “el Indec de las amas de casa y los supermercados”, como afirmó el propio Moyano.

“No habrá ni piso ni techo”, dijo Daer para no acotar las pretensiones salariales de los gremios en un abierto desafío a los reclamos de moderación del Gobierno. Sin embargo, los popes cegetistas venían sosteniendo que asumirían una actitud “responsable” en la negociaciones paritarias. Algo que ayer volvió a pedir el jefe de Gabinete, Sergio Massa. “El objetivo es mantener el nivel de actividad y empleo para que nuestras empresas sigan generando trabajo y crecimiento. Para eso hace falta responsabilidad y sensibilidad de empleadores y trabajadores”, advirtió el ministro (ver aparte).

Del encuentro, que duró cerca de tres horas en la sede de los peones rurales (Uatre), participaron además de Moyano y el anfitrión Gerónimo Venegas, los dirigentes Omar Viviani (taxistas), José Luis Lingeri (obras sanitarias) y Carlos Quintana (UPCN), Antonio Caló (metalúrgicos), Armando Cavalieri (mercantiles) y Oscar Lescano (Luz y Fuerza).

Allí volvieron a analizar otros temas que preocupan a los sindicalistas y que involucran al Gobierno. Entre ellos, los costos que genera a las obras sociales la incorporación de monotributistas con “aportes mínimos” que –afirman– “no alcanzan ni para brindar las prestaciones básicas” de salud. “El sistema fue creado con un criterio tributarista y recaudador, pero mientras el Estado cobra los impuestos, el resto de los trabajadores en relación de dependencia subsidian el sistema de salud a los monotributistas, que en la mayoría de los casos ganan más. Esto no se puede seguir sosteniendo”, afirmó uno de los dirigentes a Página/12.

Los sindicalistas también pactaron que la CGT será el “paraguas” para todas las discusiones paritarias. Varios de los gremios tienen aspiraciones que no están seguros de sostener por su propia fuerza, pero que contarán con el respaldo “activo” de la central sindical. Una decisión que ayudaría a quebrar la resistencia empresaria, que generó su propio escudo en la crisis mundial.