El número de niños nacidos en la Argentina sin que sus padres hayan iniciado el trámite de documentación es, por razones obvias, impreciso: quedan incluidos en ese agujero negro que es la marginalidad absoluta. Sólo se supone que la cantidad fluctúa entre medio millón y 800 mil chicos indocumentados y que lo seguirán siendo el resto de sus vidas. Con la intención de rescatarlos del margen del olvido, el Gobierno anunciará en los próximos días un plan de inscripción gratuita para obtención del DNI para niños indocumentados. No lo llamaron amnistía porque no se trata de un perdón, sino del reconocimiento de las profundas dificultades y brechas que impiden a una amplia franja de la población incorporarse a la vida social.

En términos estrictos, al nacer un niño sus padres deben inscribirlo en el hospital o en el Registro Civil dentro de los 40 días corridos. Al día 41 y hasta los 6 años deberían concurrir ante un defensor público. Y pasados los 6 años, sólo podrán realizar el trámite ante un juez.

Pero las autoridades estiman que entre medio millón y 800 mil niños quedan indocumentados porque a sus padres les resulta imposible realizar la inscripción, ya sea por cuestiones laborales, por desconocimiento, por temor. El anuncio del plan de inscripción habilitará a cientos de miles de padres a inscribir a sus hijos, gratuitamente, y sin necesidad de concurrir ante un juez, simplemente con el trámite administrativo.