Domingo, 8 de marzo de 2009 | Hoy
EL PAíS › NOMBRARON EN EL COLON A UNA DELARRUISTA QUE EVADIO EL CORRALITO
Mónica Almada era directora del Banco Ciudad. Retiró cerca de 315 mil dólares la noche anterior a que entrara en vigencia la restricción de los depósitos. Fue separada de su cargo. Vuelve a la función pública de la mano de Mauricio Macri.
El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, designó como directora administrativa del Teatro Colón a Mónica Almada, una ex funcionaria delarruista del Banco Ciudad que fue despedida luego de que Página/12 revelara que había cancelado un plazo fijo de cerca de 315 mil dólares la noche anterior a que el entonces presidente Fernando de la Rúa y su inolvidable ministro de Economía, Domingo Cavallo, instauraran el corralito bancario.
Macri decidió la designación de Almada en uno de los peores momentos del Colón. El primer director ejecutivo, Horacio Sanguinetti, renunció imprevistamente en el verano, tras encabezar lo que se considera como una de las peores gestiones frente al teatro, signada por una mezcla de inoperancia en el avance de las obras de refacción del edificio y escándalos por los sueldos altos que cobraba el directorio. En lugar de Sanguinetti asumió Pedro Pablo García Caffi, que no enfrenta un panorama fácil: los trabajadores del teatro convocaron a un nuevo acto para este martes a las 17 frente al Palacio de Gobierno. Los empleados denuncian que el gobierno porteño “retiene ilegalmente los salarios del personal jubilable, que discrimina dando de baja los contratos públicos y no convoca a las paritarias previstas por la ley”. Advierten que cerca de 120 contratos no serán renovados.
En medio de la crisis actual, también tuvo que renunciar el contador Laureano Escobar, luego de que diversos sectores de la oposición y del teatro lo cuestionaran por no tener trayectoria en el ámbito cultural. En su reemplazo, Macri tuvo la brillante idea de traer a Mónica Almada.
“Macri viola la propia ley de autarquía que él creó. Dice que las designaciones tienen que ser de gente idónea y esta mujer no tiene nada que ver con la parte cultural y encima está muy cuestionada por el caso del corralito. Macri desplaza a los trabajadores y mantiene el proyecto de hacer del Colón un shopping”, sostuvo ante Página/12 el delegado de ATE en el Colón, José Piazza.
Su designación se conoció en el Boletín Oficial del jueves. En 2002, Almada era una de las funcionarias más cercanas a De la Rúa en el gobierno porteño. Estaba vinculada también al ex ministro de Economía Ricardo López Murphy, que había tenido un paso fugaz por el gobierno de la Alianza. Almada había entrado al gobierno porteño cuando De la Rúa era jefe de Gobierno y siguió cuando asumió al frente su vice, Enrique Olivera. En 1998, De la Rúa le consiguió un lugar en el directorio del Banco Ciudad, durante la primera gestión de Aníbal Ibarra.
El miércoles 28 de noviembre de 2001 Almada colocó 315 mil dólares en un plazo fijo a 30 días. El viernes 30 lo precanceló y retiró el dinero. Estaba prohibido por el Banco Central retirar un plazo fijo iniciado 48 horas antes, por lo que debió valerse de su condición de directora del Banco Ciudad para hacerlo. Y lo hizo, además, fuera del horario bancario, a las 20. A la hora que retiró el dinero, Cavallo ya había mantenido un encuentro con el presidente del Banco Central, Roque Maccarrone, y ya habían decidido que se iba a prohibir sacar efectivo más allá de una suma mensual y que los plazos fijos iban a quedar inmovilizados.
En el certificado del retiro oportuno del plazo fijo de Almada figuraba también el gerente de Compras del Banco Ciudad, Oscar Cortés. Cuando se conoció el caso, Almada argumentó que iba a comprar una propiedad, pero la operación inmobiliaria nunca se concretó y en el siguiente día hábil, el lunes 3 de diciembre del 2001, Cavallo le puso el cerrojo del corralito a todos los ahorros guardados en los bancos.
El caso se descubrió en febrero de 2002, durante un arqueo del Banco Ciudad. Inmediatamente, el titular del banco, Roberto Feletti, le exigió que devolviera el dinero, cosa que ella hizo al día siguiente. Ibarra le pidió la renuncia. “Lo mío fue sólo un error técnico”, se excusó Almada cuando le presentó su carta de dimisión. “Estoy destruida, quisiera no salir de mi casa hasta que la gente se olvide de mí”, se victimizó en aquel 2002 pleno de cacerolazos. Pero cuando la olvidaron, consiguió regresar de la mano de Macri.
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