EL PAíS › HUGO MOYANO DECIDIO INVOLUCRARSE MAS EN LA INTERNA DEL PJ Y LANZARA UNA NUEVA CORRIENTE PARTIDARIA

Con el camión en marcha hacia el peronismo

Cuestionado en la CGT por los peronistas alineados con PRO y los “Gordos”, el líder camionero organizará un espacio dentro del partido para tallar en la discusión de las candidaturas para 2011. También redobló el desafío de sus críticos en la central sindical.

 Por Martín Piqué

Ya lo decidió. El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, lanzará una corriente política dentro del peronismo. Su objetivo es organizar un espacio que sea determinante en la definición de las candidaturas del PJ para 2011. La primera señal la dio en una cena organizada en la sede del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos el miércoles pasado. Allí se reunió un amplio arco de gremios que incluyó a los moyanistas históricos –provenientes del Movimiento de Trabajadores Argentinos creado a mediados de los ’90–, pero también a los gremios del transporte que se alinearon con Moyano a medida que su liderazgo fue creciendo junto con el auge de la actividad, sobre todo en la última década. También estuvieron los metalmecánicos de Smata, los textiles y Obras Sanitarias que dirige José Luis Lingeri. El lanzamiento de Moyano será paulatino pero no tendrá marcha atrás. “Hugo va a armar una línea a partir de su liderazgo de acá a 2011”, anticipó a Página/12 uno de sus dirigentes de mayor confianza. La decisión de Moyano de involucrarse mucho más en la puja interna del peronismo está íntimamente ligada al resultado del 28 de junio. Tras la derrota del oficialismo, el camionero cree que la CGT deberá asumir un rol todavía más protagónico en la defensa del modelo económico. “Tenemos que mantener un modelo que nos garantice los logros de los últimos años. Básicamente, que haya paritarias libres, que no haya medidas en contra del consumo popular, que se mantengan todas las decisiones que hagan al superávit fiscal y que tengan correlato social”, argumentó el lugarteniente de Moyano. En la CGT recuerdan que la marcha del 30 de abril por el Día del Trabajador, la movilización sindical más importante desde los años ‘80, tuvo como eje esas consignas. En la misma línea la conducción cegestista ya redactó un documento que aparecerá en los diarios a modo de solicitada.

El peso de Moyano dentro del mundo sindical volvió a quedar en evidencia en las últimas semanas. El hecho que lo desnudó de forma más cruda fue la designación, y posterior renuncia a las 48 horas, del contador Mario Koltan en la Administración de Programas Especiales (APE) que depende de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). Koltan había sido ubicado allí por el ministro de Salud, el tucumano Juan Manzur. La APE es la repartición que distribuye el 10 por ciento de los aportes de empleados y empleadores –unos tres mil millones de pesos al año– entre las distintas obras sociales para que éstas solventen las cirugías y los tratamientos de alta complejidad. Koltan es un hombre de confianza del gobernador tucumano José Alperovich: lo habría asesorado en temas contables. Para los funcionarios que trabajan en la Superintendencia, se trataría de un hombre identificado con los intereses de la medicina prepaga.

Koltan duró sólo 48 horas al frente de la APE. Pero en esos dos días en funciones habría tenido una actividad a puro vértigo. En el entorno del gremialista mercantil Armando Cavalieri aseguran que Koltan se reunió con algunos caciques gremiales enfrentados con Moyano –Cavalieri habría sido uno de ellos pero no el único– para mostrarles los números de la repartición. Al revisar la forma en que eran distribuidos los fondos de APE, Koltan se habría encontrado con pruebas de manejo discrecional. Siempre se dijo que la ex ministra Graciela Ocaña había denunciado algo parecido. Cavalieri es uno de los sindicalistas de mejor relación con las cámaras empresarias: es un hombre de asistencia frecuente a la embajada de Estados Unidos, al igual que Carlos West Ocampo, de Sanidad. El viernes, Cavalieri comentó a su gente de confianza que estaba “indignado” con la expeditiva destitución del contador Koltan.

Desde el 28 de junio, el sindicalismo peronista ingresó en un estado de ebullición. Como aliado de Kirchner, Moyano sabía que su liderazgo iba a ser cuestionado inmediatamente. Los primeros en pedir su alejamiento fueron los hombres del peronismo PRO: el gastronómico Luis Barrionuevo y Gerónimo “Momo” Venegas, de los peones rurales. Moyano toreó la embestida redoblando el desafío. Les reclamó que hicieran las sugerencias “en los ámbitos que correspondieran”, por el consejo directivo. Tras la andanada de Barrionuevo y Venegas, la ofensiva contra Moyano siguió de la mano de “Gordos” y los “independientes”. Así se conoce a los que dominaron la CGT durante el menemismo y a los que pretenden una conducción más colegiada, como Gerardo Martínez (Uocra) y Andrés Rodríguez (UCPN).

El desenlace del affaire Koltan implicó un dolor de cabeza para ambos. Cavalieri y West Ocampo decidieron cambiar el eje de su pedido: le reclaman a Moyano que endurezca su relación con el Gobierno y exija el pago de las deudas que la Nación mantiene con los sindicatos por los giros de obras sociales. Moyano no está de acuerdo con presionar a la Presidenta cuando el Gobierno intenta recomponerse tras el 28 de junio. “Lo que pasa es que los gordos quieren empujar a Hugo para que haga quilombo y complique más al kirchnerismo. Es que están queriendo diferenciarse de Kirchner”, explicaron a Página/12 desde el entorno más cercano al camionero.

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Hugo Moyano en la movilización del 30 de abril, la más importante del gremialismo desde los ‘80.
 
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