Domingo, 13 de septiembre de 2009 | Hoy
EL PAíS › MINISTRO AMADO BOUDOU
El titular de Economía explica la oferta a holdouts “honestos” y cómo se hablará con el FMI, “con intercambio de información”. Las recetas, la deuda pública, los mercados.
Por Roberto Navarro
Dentro de diez días se volverá a reunir el G-20, en Pittsburgh, Estados Unidos, y Argentina, según adelantó el ministro de Economía a Página/12, insistirá con la necesidad de mantener “políticas contracíclicas” para enfrentar la crisis, como “están llevando adelante muchos países”. Esa línea viene a contrarrestar las presiones que se empiezan a manifestar desde la corriente ortodoxa para volver a las estrategias del ajuste. Al respecto, pese al cambio de discurso de la conducción del FMI, en los acuerdos de financiamientos suscriptos con una veintena de países reitera la receta del ajuste. Amado Boudou afirmó que con el FMI solamente “habrá intercambio de información. De ninguna manera aceptaríamos una intromisión en las políticas soberanas del país”. Además, afirmó que después del canje de deuda ajustada por CER en el mercado local está preparando una propuesta para los tenedores de títulos en default que no entraron al canje 2005, que diferenciará ahorristas individuales de fondos buitre.
–¿Está preparando una propuesta para los poseedores de la deuda en default que no entraron al canje en 2005?
–Están los tenedores de títulos públicos que compraron los bonos a precios bajos para hacerle juicio al país. Y están los inversores que no ingresaron en el canje de 2005 porque hicieron una mala evaluación de lo que iba a ser la performance económica argentina. Vamos a realizar una distinción en la oferta. Vamos a ocuparnos del segundo grupo de inversores. Ese será uno de los parámetros para diseñar una estrategia que contenga instrumentos que seleccionen a los tenedores de buena fe y los llamados fondos buitres.
–¿Después de la próxima reunión del G-20 presentarán la propuesta a los denominados holdouts?
–No en forma inmediata. Nosotros vamos a la reunión del G-20 con una posición que es crítica. Nuestra posición es que se considere el trabajo como una variable importante dentro de las políticas económicas. Y tuvimos éxito. Fue una iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que la Organización Internacional del Trabajo esté en la reunión del G-20. Y lo logramos.
–¿Cuál es la estrategia de administración de la deuda pública?
–Dimos un paso importante con el último canje. Estamos muy satisfechos con los porcentajes de aceptación. Fue un canje voluntario con valores de mercado. El resultado tiene una doble lectura positiva. Una es que obtuvimos el 76 por ciento de aceptación con un altísimo nivel de atomización. Había muchos ahorristas individuales que tenían estos papeles y eso suele entorpecer este tipo de operaciones. Esta operación produjo una reducción de deuda nominal de 2000 millones de pesos y un diferimiento en el tiempo de pagos por 7000 millones de pesos. Además, damos un paso más para acercarnos a los mercados de crédito internacionales. La baja del riesgo país en estos días es significativa. Esto indica que el país sigue ganando confianza en los mercados.
–¿El próximo paso es acordar con el FMI?
–En la reunión del G-20 llevamos una posición que es crítica, pero también es de alguien que forma parte de ese organismo. Es importante que nuestra voz se escuche en esos organismos. El viernes el titular del FMI dijo que acordaba con las políticas contracíclicas que están llevando adelante muchos países. Esto hubiera sido impensado hace un tiempo. El documento final del G-20 a nosotros nos dejó muy satisfechos porque incluyó los puntos que son trascendentes para la Argentina y que sostiene la Presidenta, como que se considere el trabajo como una variable importante dentro de las políticas económicas. Fue una iniciativa de la Presidenta que la Organización Internacional del Trabajo esté en la reunión del G-20. Y otro tema que fue tomado de nuestro discurso es que cada país debe tener su propia política económica y no el traje igual para todos que diseñaba antes el FMI. Nuestra política económica tiene que ver con una posición ideológica, pero además tuvo excelentes resultados. No buscamos apoyo financiero del Fondo, trabajamos para una mejor relación institucional.
–¿Se va a aceptar el Artículo IV, que significa una revisión anual del FMI?
–Puede ser una opción. Pero lo que nosotros aclaramos es que si es así, será un tema técnico, de intercambio de información. De ninguna manera aceptaríamos una intromisión en las políticas soberanas del país. De todas maneras Argentina cumple con los requisitos que son habituales en estas revisiones. Tenemos superávit fiscal y comercial, un sistema financiero intacto y una política macroeconómica consistente.
–¿Qué expectativas tiene con respecto a la evolución de la economía 2010?
–En un mundo que empieza a salir de una recesión muy profunda, pero bien manejada, Argentina está bien preparada para volver crecer. Nosotros no necesitamos llegar a tener déficit fiscal, como la mayoría de los países, tenemos un sistema financiero sólido, estamos con mucho músculo para crecer. Además, la demanda de los bienes que exporta el país viene creciendo. Eso me hace pensar que esos precios van a subir. Vamos a seguir con la misión de agregar valor a la producción, y con el trabajo del Ministerio de Planificación sumando inversión y empleo. El año que viene vamos a tener un crecimiento que va a ser el principio de un nuevo proceso de desarrollo. No pensemos que vamos a llegar ya a tasas chinas, pero sí que va a ser un proceso de crecimiento sustentable.
–La fuga de divisas que comenzó el año pasado se desaceleró, pero sigue.
–A mí no me gusta hablar de fuga, porque en realidad lo que hubo fue un reacomodamiento de cartera dentro de la Argentina. Los depósitos en los bancos han crecido mucho. No se fue el dinero. Y esto, a pesar de que la crisis internacional se desató en Estados Unidos, fue algo que pasó en muchísimos países. Los ahorristas se refugiaron en el dólar. En Argentina se sumaron las elecciones, que siempre agregan incertidumbre. Pero yo creo que ya se ha detenido. Las políticas que llevó adelante la Presidenta a partir de la crisis internacional fueron creando un marco de confianza. Y eso se ve también en la valuación de los activos financieros en el mercado local. Es cierto que también mejoraron los mercados internacionales. Pero otras veces ellos mejoraban y nosotros no.
–¿Cuándo se va a ver un cambio en el Indec que le devuelva credibilidad?
–Estamos avanzando. Hemos mantenido varias reuniones con las universidades. He leído comentarios de sus integrantes que marcan disensos, pero eso está bien, porque tiene que ver con la apertura con que estamos trabajando. No vamos a hacer un maquillaje poniendo una figura al frente y no cambiando nada. Nosotros vamos más lento, pero va a ser un trabajo importante en el camino de que el Indec se siga fortaleciendo. No creo que debamos engancharnos en la discusión de cada dato que sale. A mí me gustaría saber en qué basan sus datos las consultoras que publican sus propios niveles de inflación. Quisiera saber su metodología, su forma de recolección de datos y el tamaño de ese trabajo. El viernes les entregamos a las universidades dos informes pormenorizados de la forma en que se trabaja y de la situación institucional en el Indec. Una de las cosas que queremos dejar claro es que no es cierto que estemos reemplazando personal sin respetar los concursos. La verdad es que hace 15 años que no hay concursos.
–Se había anunciado que además de las universidades se iba a formar un consejo intersectorial.
–Lo estamos organizando. La semana que viene ya va estar funcionando el consejo de observación. Nuestra intención es que sirva para que puedan ver cómo trabajamos y que así el ente de medición recobre confianza entre los que consumen esa información.
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