EL PAíS

Un acto de amor

 Por Horacio Verbitsky

El diario La Nación ha publicado un delicioso librito, Marcos Aguinis, semblanza de un escritor, redactado en tercera persona por el propio Aguinis, gurú del grupo Aurora de una Nueva República. Ninguna pluma podría decirlo mejor, por lo cual lo que sigue es apenas transcripción textual:

- “Al escribir La cruz invertida, que desmenuza la situación preconciliar de la Iglesia Católica, él mismo llegó a sorprenderse:

–¡Carajo, cuánto sé de todo esto!”.

- “A los doce años estalló su romance con la literatura”.

- “Tenía cualidades para ser concertista de piano y también mostraba habilidades para la escritura y el dibujo”.

- “Imbuido de rigor científico, no dudaba en ajustar la teoría a las evidencias”.

- “París tuvo también el raro privilegio de haber sido la ciudad que vio morir al Aguinis músico. A pesar de los aplausos en numerosos conciertos”.

- “Ambos habían nacido en Córdoba (aunque Maimónides en la que está del otro lado del Atlantico), ambos eran del año 35 (con un tabique de apenas ocho centurias), ambos debieron partir de su ciudad natal, ambos dedicaban gran parte de su vida al estudio, a la razón y a la crítica, ambos se interesaban por asuntos comunitarios, amaban la justicia y estaban abiertos a ideas ajenas”.

- “Aguinis conoció a teólogos progresistas que redactaban textos para el Concilio. El objetivo era aggiornar la Iglesia y favorecer la fraternidad, la justicia y el entendimiento recíproco. Los conocimientos religiosos de Aguinis los impresionaron y fue invitado a participar de las primeras reuniones ecuménicas que se hacían en el mundo. Quizás uno de esos jóvenes teólogos se llamaba Ratzinger”.

- “Hoy se reconoce a Refugiados: crónica de un palestino, como una obra de gran ecuanimidad y extraordinaria intuición”.

- “Con las manos en el cerebro del paciente, Aguinis sintió un suave golpeteo en su hombro. –Lo llaman desde Barcelona, quieren hacerle un reportaje –dijo una enfermera.

–Ahora no puedo.

–Es que están en cadena todas las radios y televisoras de España –agregó con timidez.

–Que conteste mi esposa.”

- “Los textos de Operativo siesta son un catálogo de la riqueza que habitaba en su espíritu: agudeza, humor, ternura, ironía, ojo crítico”.

- “Que los personajes hablen con entera libertad y defiendan sus convicciones, hace que las novelas de Aguinis exhiban una solidez que resiste el paso del tiempo”.

- “De todas sus numerosas columnas, hubo una que desbordaba tanta ironía que los encargados de la censura no fueron capaces de percibirla [...] Aguinis no fue molestado por semejante mofa porque la habían considerado un elogio”.

- “Carta esperanzada a un general se convirtió en el punto de arranque para su extensa y exitosa carrera como ensayista”.

- “Durante la última dictadura [publicó] una vibrante biografía de Guillermo Brown, encargada por la DAIA con el objetivo de donar su primera edición a la Marina. ¿Cómo se explica semejante dádiva a los opresores? [...] Escribió un libro tan hermoso que luego fue motivo de incesantes reediciones. Le enorgulleció enterarse de que, gracias a esa obra, se salvaron vidas”.

- “Ese ensayo se convirtió en una sorprendente enciclopedia de vicios, defectos e inmoralidades vistos bajo el paraguas de un áspero sentido del humor [y] completa una estupenda radiografía”.

- “La gesta del marrano ha sido elogiada como una de las grandes obras del siglo XX. Dosifica suspenso, belleza narrativa, escenas muy vívidas y retrata a un protagonista inolvidable. [...] Muchas personas han leído una sola novela en su vida; y buena parte de ellas eligió La gesta del marrano para su debut y despedida”.

- “La franqueza de Marcos Aguinis pega fuerte en un país resignado a la mentira, el fraude, la corrupción y los discursos hipócritas”.

- “Un hombre lo increpó en la calle.

–Por su culpa casi morimos mi mujer y yo. [...] Yo manejaba mi auto y no podía parar de leer La gesta del marrano, que lo tenía abierto sobre el volante”.

- “Elogio de la culpa incorporó una originalidad al género ensayo, porque lo apartó de su habitual carácter solemne. El libro rebasa picardía y hasta erotismo. [...] Es un estudio profundo y erudito que no deja percibir cuánta bibliografía lo sostiene del derecho y del revés, porque sus páginas bailan. Las conclusiones son admirables”.

- “Le atraen las mujeres pícaras y alegres”.

- “Una ficción conmovedora, electrizante. Varios personajes inventados son tan creíbles que no se los puede distinguir de los genuinamente históricos. La obra significó un aporte sustantivo para entender las falencias humanas. [...] Lo narra con mano maestra”.

- “Los iluminados es una obra grandiosa, [en la que] sobresalen seres entrañables y puros, impulsados por el amor y la búsqueda de la verdad. La obra es un aporte sustantivo al género, como las grandes novelas de Thomas Mann, Marcel Proust, Romain Rolland o Ian McEwan. Pese a su extensión, se lee con fruitivo placer y curiosidad. Los avatares de sus personajes tienen un desarrollo ajustado y punzante. El suspenso no da respiro”.

- “Rosendo Fraga insiste en que Aguinis heredó de Sarmiento su vena intelectual y su puño de acción. Otros dicen que es una curiosa mezcla de Sábato y Borges”.

- “Sonriendo, señala que imita a Johann Sebastian Bach, quien componía frente a su órgano de iglesia desde el desayuno hasta la cena”.

- “Sus lectores, amantes de su franqueza, humanismo y buen humor, le agradecen que, con frescos 74 años, se siente todos los días al teclado de su computadora para seguir pergeñando sueños”.

Poco se puede agregar. Gracias a La Nación y a Marcos Aguinis por este incomparable acto de amor.

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