Desde el radicalismo salieron a cuestionar al vicepresidente Julio Cobos por su voto a favor de la remoción de Martín Redrado del Banco Central, contra lo que pretendían los dirigentes del centenario partido. “El dictamen debiera haber sido otro. Es la opinión de Cobos, no la del partido”, advirtió el senador Gerardo Morales, entre otras voces que le hicieron sentir el malestar. En el Comité Nacional de la UCR comentaron a este diario que el principal enojo hacia el vicepresidente es porque ni siquiera lo consultó antes de tomar la decisión en la Comisión Bicameral. “Esto lo aleja de ser el candidato natural del radicalismo”, advirtieron en la conducción del partido.

A partir de la renuncia de Redrado el viernes pasado, tanto el presidente del Comité Nacional de la UCR, Ernesto Sanz, como el diputado Ricardo Alfonsín y otros referentes del partido plantearon que era absurdo que la Bicameral se pronunciara y le exigieron a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que aceptara la renuncia del Golden Boy. Sanz llegó a calificar de “chiquilinada” la decisión del oficialismo de esperar el dictamen de la comisión. “La especulación sobre este tema ha llevado a asumir posiciones absurdas como pretender que se expida una comisión sobre algo que ya está resuelto”, había dicho Sanz.

Cobos mantuvo silencio, pero en privado descartó el planteo de su ex correligionario. Resolvió asistir a la Bicameral y desempatar, en caso de que fuera necesario. En las últimas horas del martes, una comisión de dirigentes radicales volvió a insistirle con que no debía votar a favor del oficialismo. Le señalaron que iba a quedar “pegado” al gobierno nacional y que la líder de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió, iba a usar el voto de su delfín Alfonso Prat Gay para cuestionarlo desde la oposición (como luego hizo). En cambio, le sugirieron que le recomendase a la Presidenta aceptar la renuncia de Redrado y evitase así pronunciarse sobre el caso. El vicepresidente volvió a desechar el planteo de los radicales y terminó desempatando y votando por la remoción, en línea con el oficialismo. De esta forma, buscó alejarse de las acusaciones de “destituyente” que recibió en las últimas semanas por parte del kirchnerismo.

Morales fue el primero en salir a cuestionar esa decisión. “No estamos de acuerdo con el dictamen que ha emitido”, advirtió, al tiempo que insistió con que la cuestión se había vuelto abstracta a partir de la renuncia de Redrado y no tenía sentido seguir adelante con el dictamen de la Bicameral. Morales estimó que “la prosecución del trámite ha tenido más que ver con los caprichos de Cristina”. “Le hicimos llegar una sugerencia (a Cobos) que no ha tomado”, admitió el senador, que no es de los radicales que tiene en la más alta estima a Cobos. El dirigente contó que la cúpula de la UCR le hizo llegar el martes al vicepresidente el pedido de que recomendase a la Presidenta “aceptar la renuncia” de Redrado, algo que Cobos no tuvo en cuenta en ningún momento. De todas formas, consideró que “el tema Redrado ya es secundario. El tema central hoy está en el uso de las reservas”.

En la UCR, el malestar fue generalizado. “Tiene razón Morales con lo que ha dicho, ésa era la posición del partido y Cobos se equivocó. No ameritaba ni el consejo porque era una cuestión abstracta. Yo me pregunto, si no le aceptan la renuncia, ¿lo hacen presidir de nuevo? ¿Por qué entrar en ese juego?”, cuestionó el diputado Rubén Lanceta, aunque indicó que “tampoco cambia sustancialmente la cosa, porque la remoción ya estaba concretada”. Con cierto fastidio, en el radicalismo plantearon que “el tema Redrado ya pasó. Hay que dar una vuelta de página y dedicarse al tema del DNU del Fondo del Bicentenario”. Sin embargo, la tensión que generó el entredicho ahondó el clima de desconfianza entre los correligionarios sobre cómo será la relación entre Cobos y el partido si es candidato e, incluso, si le toca gobernar.