Los dirigentes trotskistas anunciaron el acuerdo en el recuperado hotel Bauen.

“Sí, no hay visión romántica, actuamos bajo la presión que nos puso la proscripción que nos quiso borrar del mapa electoral y la izquierda le dice ‘minga’; pero, antes que eso, este frente es la proyección política del profundo proceso que se abrió, nos movilizó y nos unió en el repudio al asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra”, dijo Jorge Altamira, histórico líder del Partido Obrero (PO), sobre el nacimiento del Frente de Izquierda y los Trabajadores. “No agradecemos que haya proscripción, estamos dando una respuesta política a esa ley vergonzosa, ante este ataque del régimen pasamos a la ofensiva”, afirmó Christian Castillo, del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), que junto con Izquierda Socialista (IS) conforman la flamante alianza electoral trotskista.

“El resto no sabe ya cómo acomodarse en esa bolsa de gatos opositora; nosotros nos unimos, rompemos nuestras fronteras partidarias para ser un faro, una luz para quienes ya probaron las variantes electorales patronales y de centroizquierda, y contra el pseudo progresismo de Cristina Kirchner”, apuntó Liliana Olivero (IS), diputada cordobesa que busca conservar la banca. Fue ayer en el recuperado hotel Bauen y estaban los principales dirigentes de estos tres partidos: Néstor Pitrola, Vanina Biasi, Marcelo Ramal y Claudia Ferrero, del PO; José Montes, Myriam Bregman, Claudio Dellecarbonara y Andrea D’Atri, del PTS; y por IS, Juan Carlos Giordano, José Castillo, Marcela Almeida (Indec) y José Sebriano, delegado de TBA, que mostraba una remera con la leyenda “No paré por Pedraza”. En la presentación, Pitrola también mencionó la presencia de Alejandro Lipcovich (FUBA), José Piazza (Teatro Colón), Jorge Hospital (Causa Ferroviaria) y Pablo Viñas (AGR).

Con los nombres de las principales candidaturas aún sin definir, aunque confirmaron que la de presidente será para el PO y la de vicepresidente para el PTS, presentaron sí un programa de urgencia. Entre otros puntos, plantea un salario mínimo igual a la canasta familiar de cinco mil pesos, el establecimiento inmediato del 82 por ciento móvil, el reparto de las horas de trabajo para poner fin a la desocupación, el fin de la tercerización y la vigencia del convenio más favorable en todas las empresas, el no pago de la deuda pública, la nacionalización sin indemnización de los bancos, el petróleo, la minería, las telecomunicaciones y el comercio exterior agrario.

“Logramos quebrar la política proscriptiva que apuntaba a que no haya candidatos de izquierda en octubre; el eje del Frente es la no alianza con bandos capitalistas, es la expresión política de lo que el periodismo llama sindicalismo de base”, dijo Castillo. Altamira recordó que cuando se trató la reforma electoral en el Congreso los bloques aceptaron dos artículos, que redactó Ramal, para evitar la proscripción de la izquierda. “Pero Cristina los vetó, en su lado más reaccionario”, dijo. “Y aunque no tenemos militantes rentados que nos sirvan al menos un vaso de agua, brindo igual por el nacimiento de este Frente a favor del desarrollo de la conciencia de clase en la Argentina”, concluyó, entre risas.

Los referentes del Frente respondieron ayer a la acusación del partido trotskista que quedó afuera del Frente, el Nuevo MAS (Movimiento al Socialismo), que dice haber sido “proscripto” por no tener aún su personería, y que “les piden los militantes, pero no nos dieron ningún cargo de peso”. Según dijeron los frentistas, en el acta formal quedaron a disposición del Nuevo MAS varias candidaturas, como la vicegobernación de la provincia de Buenos Aires. Y agregaron que “ellos se retiraron de las discusiones en disconformidad con los lugares en las listas que les ofrecieron, a pesar de no contar con personería; esperamos que se terminen sumando”.