Viernes, 21 de octubre de 2011 | Hoy
EL PAíS › RICARDO ALFONSIN HIZO SU ULTIMA APARICION PROSELITISTA EN BELGRANO
El candidato radical concluyó en ese barrio porteño una recorrida por distintos lugares de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Convocó a luchar por “la igualdad” y criticó a Hermes Binner. También advirtió sobre el peligro de una mayoría K en el Congreso.
Por Sebastian Abrevaya
El candidato radical Ricardo Alfonsín cerró ayer su campaña haciendo lo que mejor sabe hacer: en un discurso encendido, con la voz cascada y la reminiscencia estética de su padre –el ex presidente Raúl Alfonsín–, convocó ayer a los cientos de jóvenes que lo escuchaban a “luchar por la dignidad del hombre”, “la igualdad” y “la libertad”. Rodeado por los candidatos a diputados porteños, su compañero de fórmula, Javier González Fraga, y un puñado de legisladores nacionales, Alfonsín concluyó así un largo itinerario de recorridas, caminatas y actos que lo llevó del norte al sur del conurbano bonaerense, pasando por los barrios porteños de Caballito, Barrio Norte y finalizando en la plaza de Barrancas de Belgrano.
“Decían que habíamos bajado los brazos; miren si vamos a bajar los brazos ante una dificultad política, cuando no bajamos los brazos frente a la dictadura”, exclamó Alfonsín desde un pequeño estrado en la tradicional esquina porteña de las avenidas Acoyte y Rivadavia. “Hemos hecho todo, hemos cumplido con nuestro deber, siendo fieles a nuestras convicciones. Podemos irnos a dormir con nuestra conciencia tranquila”, continuó en un pasaje que sonó a defensa de su acuerdo con el peronista disidente Francisco de Narváez. El líder radical tenía previsto presentar su plan de políticas de género, pero optó por hablarles espontáneamente a los 2 millones y medio de personas que lo votaron y al resto de los votantes de la oposición. “Hay miles que están viendo lo que hace la oposición para ver qué hacen el domingo. Creo que después de una reflexión, muchos de los que no votaron por el oficialismo optarán por la UCR”, aseguró en un mensaje esperanzador.
De todas maneras apuntó contra algunos detractores que lo critican por su flojo desempeño en las primarias: “No pueden –aseguró– decirnos que estamos obligados a ganar. Solamente un necio podría exigirnos algo que no depende sólo de nuestra voluntad. Pero sí estamos obligados a luchar para ganar”, remató.
Lejos de sus planes iniciales, las primarias del 14 de agosto se convirtieron en un obstáculo para los radicales, que soñaban con despegarse del pelotón opositor y terminar polarizando con el Frente para la Victoria. La contundencia del triunfo oficialista, por casi 40 puntos, los obligó a repensar la campaña y a hacer equilibrio entre una improbable pretensión presidencial y una campaña por mantener la fuerza legislativa de la UCR. Y sobre esos ejes transitaron los 60 días desde las primarias hasta ayer.
Alfonsín criticó a su competidor más cercano, el gobernador socialista y líder del Frente Amplio Progresista, Hermes Binner, y apuntó a “evitar los excesos” en los que incurriría el kirchnerismo de lograr una mayoría propia en el Congreso nacional.
Desde la mañana, Alfonsín había comenzado una especie de via crucis con una visita a San Fernando y posteriormente a San Isidro, donde compartió un acto con el intendente y candidato a la reelección, Gustavo Posse. Pasó por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, y luego llegó hasta la localidad de Avellaneda. En una de sus paradas, Alfonsín escuchó el cantito desafiante de la “Marcha peronista” por parte de militantes kirchneristas que hacían campaña en la esquina de enfrente. El acontecimiento no pasó de ahí.
Una vez en Barrancas de Belgrano, el diputado radical afirmó que la lucha seguirá después del 23. Detrás se apostaban unos 50 candidatos jóvenes, a concejales, legisladores e intendentes. Más adelante, los aspirantes a diputados nacionales Manuel Garrido, Hernán Rossi, Miguel Bazze y la morocha Fabiana Campos lo escuchaban atentamente. González Fraga, luego de saludar y agradecer por haber sido elegido como compañero de fórmula, sacaba fotos con su teléfono celular.
“La vida no es sólo para divertirse; también es para darle sentido, para honrarla, para hacer cosas importantes. Y no hay nada más importante y trascendente que mejorar la condición humana, no hay nada más noble que pueda alcanzar el ser humano que la política”, explicó Alfonsín, con el apellido a cuestas. Y para cerrar su discurso, en el que no hizo alusiones políticas al kirchnerismo ni al resto de los opositores, reivindicó esa “sensación de predicar en el desierto que tenemos los radicales”. Será el domingo cuando se sepa, exactamente, la dimensión de ese desierto.
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