EL PAíS › OPINION

El país peronista

 Por Osvaldo Bayer

La Argentina en plena derecha. Lo folklórico una vez más vence. El pueblo lo quiere. No hay otra interpretación. Menem o Kirchner (Duhalde). Duhalde (Kirchner) y Menem. En la mesa redonda se reparte todo después, aunque mientras tanto la palabrota fue el lenguaje oficial entre los peronistas. El peronismo llegó, interpretó y se quedó. En el país rico y en el país pobre. Antonio Gramsci para interpretar los resultados de anoche hubiera dicho: aquí no hay clases, son todos argentinos. La mitad más uno (o más) son peronistas. Menem es peronista, Duhalde es peronista. Y no hay otra explicación. Aunque lo neguemos airados, en el fondo, somos todos peronistas. Hasta los que no lo somos, pero disimulamos para que no nos llamen gorilas.
Ayer triunfó la derecha en toda su esencia. Las particularidades económicas entre globalizadores y tímidos neokeynesianos no logra disimular que son todos peronistas, los menemistas y los duhaldistas. El peronismo, después de este triunfo, es más derecha que nunca.
Más disimulada en Kirchner (Duhalde), que van a ser los vencedores del 18 de mayo. Pero ya veremos. Subirán menos las tarifas, pero subirán. A medianoche hubo mucho abrazo en las comisarías. Sí, la línea represiva tendrá ahora vía libre. Porque la culpa de todo la tienen los piqueteros, las asambleas populares, los obreros que ponen en marcha las fábricas abandonadas.
(En la noche del sábado tuve la prueba. La asamblea popular de BelgranoNúñez hizo un “carnaval popular contra la farsa electoral”. Hubo murgas y oradores populares. No se molestaba a nadie y se daba color a la noche. Fue el momento en que se largó la comisaría 33ª, con toda saña y brutalidad. Los palos largos, las patadas, los golpes de furca. Por supuesto se llevaron detenidos a los más pacíficos después de garrotearlos. La policía de Duhalde. Un policía hizo de actor y a pesar de que nadie lo tocó se tiró al suelo desmayado. Más palos y furca. Claro, así se puede acusar de lesiones a los espectadores llevados a patadas. Hay que prepararse y dejar el camino libre para el orden que nos espera.) (Comisaría 33ª, ningún diputado peronista protestó.) Las lágrimas de la impotencia y la rabia.
Y en los comicios ganó ese estilo. Sin ninguna duda. Claro, el consuelo está porque la Carrió sacó votos. La oportunidad para decir: vean, también hay gente que piensa distinto y quiere otra cosa. Sí, sí, pero los argentinos somos esencialmente peronistas y creemos en Dios y saludamos al vigilante de la esquina.
Claro, el corazón dice que también hay peronistas buenos. Son los que votaron a Kirchner (Duhalde). Y el ballottage será entre peronistas buenos y peronistas malos. Un ballottage que una vez más los unirá porque, en el fondo, la Argentina es un país peronista.

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