EL PAíS
“En la segunda vuelta no tengo dudas, Menem representa el pasado”
Los candidatos a jefes de la ciudad coincidieron en que la elección de ayer tendrá una importancia decisiva en los próximos comicios porteños pero se negaron a sacar conclusiones definitivas. Ibarra destacó el buen desempeño alcanzado por Carrió y anunció que votará a Kirchner en el ballottage.
Por Santiago Rodríguez
Los dirigentes porteños siguieron con atención la evolución de los resultados de los comicios presidenciales no sólo por la trascendencia propia de los mismos, sino por el impacto que pueden llegar a tener en las elecciones en el distrito, previstas –salvo que la Corte Suprema de Justicia disponga lo contrario– para el próximo 8 de junio. Si bien ninguno se atrevió a pronosticar de qué modo la confirmación del ballottage entre Carlos Menem y Néstor Kirchner influirá a nivel local en materia de votos, ayer mismo quedó claro que traerá nuevas definiciones e incidirá en los ejes de campaña de los postulantes a la jefatura de gobierno de la ciudad. De hecho, Aníbal Ibarra anunció públicamente anoche su voto a favor de Kirchner en la segunda vuelta.
“Frente a la opción Menem-Kirchner no tengo duda. Menem significa la vuelta a lo peor de nuestro pasado”, declaró Ibarra a Página/12 una vez confirmado el ballottage entre ambos candidatos peronistas. El jefe de gobierno –quien destacó que “Elisa Carrió también hizo una buena elección”– agregó que el santacruceño “tendrá que hacer una amplia convocatoria, ponerle contenido y, de alguna manera, recrear el espacio de centroizquierda que no se pudo generar anteriormente”.
Ibarra se instaló en su despacho de la Jefatura de Gobierno; desde allí siguió las alternativas del comicio en contacto con sus colaboradores y se comunicó tanto con Carrió, como con Kirchner. A ambos los felicitó por la elección que realizaron y con la chaqueña quedó en volver a hablar hoy para definir un eventual posicionamiento conjunto frente al nuevo escenario planteado.
El principal adversario de Ibarra en la pelea por la Jefatura de Gobierno porteña, Mauricio Macri, siguió la evolución de los resultados en permanente contacto telefónico con sus principales asesores, concentrados en el búnker del empresario de Chacabuco al 100. Los hombres de Macri coincidieron en un primer análisis con los de Ibarra: que no es posible afirmar que los votos de los candidatos presidenciales se vayan a transmitir en forma automática a los de la ciudad. “En las elecciones de 2001 –recordó un ibarrista– Carrió estaba en la cresta de la ola y no hubo una transferencia directa en favor de (Alfredo) Bravo.” En aquella oportunidad, el socialista fue candidato a senador por el ARI y perdió a manos del radical Rodolfo Terragno, entonces aliado de Ibarra.
La base electoral que –según las encuestas– tienen Ibarra y Macri tienen en común que se nutren de votantes que ayer no se pronunciaron por un único candidato. Lo mismo pasa entre los dirigentes que los acompañan. Los de Ibarra se repartieron básicamente entre Carrió, Kirchner y Bravo; los de Macri, entre Menem, Ricardo López Murphy y Kirchner. En función de los resultados de las presidenciales en el distrito (ver cuadro) su cosecha debería ser pareja si hubiese un traslado lineal de los votos.
El ex fiscal buscará hacer la diferencia identificando al empresario con Menem. “Macri –especulan los ibarristas– va a tener que posicionarse y si lo hace en favor de Kirchner es un hipócrita porque siempre fue de Menem.”
“Mauricio va a seguir manteniendo su prescindencia”, adelantaron sin embargo los asesores de Macri, quien ya delineó una estrategia frente al nuevo escenario político: igual que Ibarra antes de la primera vuelta, el empresario dejará ahora que sean los dirigentes que lo acompañen quienes se pronuncien por Menem o Kirchner. “Tenemos gente en todos los comandos de campaña y en el simulacro de elecciones que hicimos hubo incluso votos para Carrió”, se jactaba anoche un hombre de confianza de Macri.
Sombrío es el panorama para el candidato radical en el distrito, Cristian Caram, después de la pésima performance de Leopoldo Moreau, y tampoco es promisorio el futuro de los diversos postulantes que en la ciudad tiene Adolfo Rodríguez Saá. El caso de Patricia Bullrich plantea incógnitas, como los de Rafael Bielsa y Gustavo Beliz. La duda en torno dela ex ministra de Trabajo es en qué medida podrá retener el voto de López Murphy –su nuevo referente nacional–, mientras que Bielsa y Beliz corren el riesgo de que Kirchner –quien avaló sus respectivas postulaciones– termine apoyando a Ibarra en el marco de una polarización con Macri.