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Los once encuestadores que trabajaron en esta elección tenían un mismo diagnóstico: Carlos Menem pierde en la segunda vuelta porque es el candidato que tiene el más alto nivel de rechazo. Antes de conocerse los resultados, algunos de los consultores hacían una salvedad: si el riojano ganaba ampliamente en la primera, podría imponerse en la segunda. Eso no ocurrió. Este diario publica dos sondeos sobre el eventual ballottage entre Menem y Néstor Kirchner donde la ventaja del santacruceño es abrumadora. De todas maneras, faltan tres semanas, habrá una dura campaña, y lo único que podría decirse es que Kirchner parte como favorito.
Los trabajos de Graciela Römer y la consultora Equis, que lidera Artemio López, fueron realizados antes de la primera vuelta, pero a los encuestados se les preguntaba por quién votarían en caso de ballottage. Como se ve, la ventaja de Kirchner sobre Menem supera incluso los 20 puntos.
En este caso se trata de dos encuestas, pero otros consultores –Catterberg y Asociados, Analogías, Ricardo Rouvier, Ipsos-Mora y Araujo, Hugo Haime, Jorge Giaccobe y OPSM, liderada por Enrique Zuleta– tienen el mismo diagnóstico. En sus sondeos preelectorales, todas registraban enormes ventajas de Kirchner sobre Menem y, en realidad, la derrota del riojano en cualquier escenario de ballottage. El ex presidente perdía por goleada con Adolfo Rodríguez Saá, Ricardo López Murphy o Elisa Carrió en una eventual segunda vuelta.
Como es obvio, la base de esos pronósticos es que Menem es el candidato con mayor nivel de rechazo: un 65 por ciento de los encuestados dice que no lo votaría en ningún caso. En este dato, también coinciden todos los consultores.
También hay otro punto de acuerdo entre quienes realizan los sondeos de opinión: cuando se realizó aquella pregunta sobre el ballottage, era una pregunta hipotética. Recién ahora, con los números en la mano, la gente va a ver más de cerca el hecho de que tendrá que optar entre el santacruceño y el riojano.
Por ello, las encuestas previas son una especie de orientación, pero habrá que ver la reacción posterior al voto de los ciudadanos y también qué contestan a la pregunta sobre su voto para el 18 de mayo.
El constitucionalista Félix Loñ decía anoche que “la caída de Menem se puede ver perfectamente en los números. En 1995 lo votó el 50 por ciento de los ciudadanos y esa misma gente podría haberlo votado también esta vez. Sin embargo, cayó a la mitad. Significa que a diferencia de lo que él manifestaba todos los días, su marcha no era triunfante sino de una baja muy notoria y voluminosa en sus apoyos.”
El punto clave del ballottage será si la elección se convierte o no en un plebiscito a favor o en contra de Carlos Menem, como ocurrió en Francia cuando se produjo una polarización alrededor de la figura del derechista Jean Marie Le Pen. De un lado se agruparon todos los que estaban en contra, incluyendo los independientes y los votantes de izquierda y centroizquierda, y del otro Le Pen. Si eso ocurre en la Argentina, Menem está condenado a la derrota.
Su desafío será encontrar alguna forma de convencer a los independientes y a los que votaron a otros partidos, algo que no le resultará para nada fácil.