“Creo que está equivocado y que tendrá la cara para pedir las disculpas del caso”, sostuvo ayer el senador Aníbal Fernández respecto del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, quien lo había tildado de “charlatán de feria”. “No digas que el Gobierno compra dirigentes, vos tenés que resolver tu situación con los dirigentes gremiales”, planteó Aníbal Fernández en una entrevista radial.

El cruce viene de varios días y subió en voltaje. Moyano terminó llamando a Fernández “charlatán” y “lacayo de Menem”. El senador aclaró que se sentía “amigo” del camionero y que le tiene “un gran cariño personal”, pero que le iba a terminar pidiendo disculpas.

Así, insistió con que Moyano dijo “una estupidez” cuando acusó al Gobierno de comprar dirigentes sindicalistas para conspirar en su contra en la CGT. “Nosotros no tenemos nada que hacer en la CGT; es una discusión entre gremios donde el que tiene más manos que se levanten es el que termina ganando y el que terminará conduciendo la CGT”, añadió.

Además, Moyano sostuvo que para la compra de gremialistas la Casa Rosada utilizaba fondos de la Administración de Programas Especiales (APE), que otorga fondos extra a las obras sociales para el caso de tratamientos médicos de alto costo. Pero Fernández comentó que “hasta hace dos meses el que manejó la APE era el marido de su hija, que era Christian Asorey. Mi abuela decía que el ladrón piensa que todos son de su misma condición”.

El senador consignó que “durante el 2006 los trámites en la APE sumaron 48; en el 2007 fueron 304 y en el 2008, 2653 trámites” y sostuvo que “la casualidad hace que, en el 2010 y en el 2011, los trámites fueran 9754 y 11.132. Pregunten a los funcionarios qué tenían que ver con él”, planteó el ex jefe de Gabinete, quien negó haber formado parte del gobierno de Carlos Menem, y dijo tener “un pasado” que lo “enorgullece”.

En este marco, sostuvo que las acusaciones disparadas por el secretario general de la CGT buscan “agraviar al Gobierno” y evidencian “un exceso de machismo, de misoginia”, en el cual “parece que molesta que el movimiento nacional peronista esté conducido por una mujer”.