EL PAíS › NUEVA JORNADA EN EL JUICIO POR EL ASESINATO DE MARIANO FERREYRA

Un testimonio que nadie tuvo en cuenta

 Por Ailín Bullentini

La desestimación del testimonio del delegado de la Unión Ferroviaria Alberto Carnovale, señalado desde el inicio de la investigación por el asesinato de Mariano Ferreyra como uno de los reclutadores de la patota acusada de la muerte del militante del Partido Obrero y de causar las heridas a otros tres manifestantes durante el reclamo de trabajadores tercerizados en la zona de la estación ferroviaria de Hipólito Yrigoyen de la ex línea Roca, el 20 de octubre de 2010, fue lo más llamativo de la audiencia de ayer en el juicio que analiza esos hechos ante el Tribunal Oral en lo Criminal número 21 de la ciudad de Buenos Aires. El resto de la jornada transcurrió entre las versiones lavadas de testigos visiblemente preparados por la defensa de Pablo Díaz para correrlo de su rol de organizador de la patota que no lograron, sin embargo, tal objetivo.

La única parte del debate que llamó como testigo a Carnovale, la defensa del patovica de Defensa y Justicia Cristian Favale señalado como el autor del disparo que mató a Ferreyra, decidió no contar con su versión de los hechos. Lo llamativo fue que ninguna parte acusatoria lo tuviera en cuenta. No fue la única desestimación de la fecha. Los defensores de Daniel González, alias “Gonzalito”, y de Díaz decidieron no indagar a Marcelo Garro, uno de los ferroviarios heridos. Ninguna de las partes acusatorias se pronunció en contra del asunto.

Los testigos de ayer fueron Ricardo Del Orto, Juan Brandan, Ricardo Almada, Aldo Amuchástegui y Carlos Carrazana e intentaron despegar a Díaz. No pudieron, ya que lo ubicaron en la escena de los hechos y como el dueño de la voz mandante del grupo ferroviario.

“Estábamos nosotros sobre las vías y ellos estaban abajo, en la calle. Había un cordón policial que los vigilaba. Subió uno de ellos y nos preguntó quién estaba a cargo y le dijimos que Pablo Díaz. Yo escuché a Pablo decirles que no quería quilombo, que no quería que cortaran las vías”, describió el primer testigo. La línea que el empleado ferroviario le atribuye a Díaz coincide con lo que dijo más tarde Amuchástegui. “Díaz me dijo que no teníamos que meternos en quilombos. Se preocupaba mucho por los tercerizados, siempre”, sobreactuó Amuchástegui.

A excepción de Carrazana, los testigos se esforzaron en remarcar que su participación en el “acto de presencia” en la estación Avellaneda de la ex línea Roca, donde un grupo de trabajadores tercerizados reclamaba su pase a planta permanente acompañado de militantes del Partido Obrero, había sido voluntaria. Primer fracaso.

“Trabajé hasta que me vinieron a avisar que íbamos a hacer acto de presencia en Avellaneda para impedir un corte de vías”, detalló Del Orto. “Yo estaba en mi puesto –es señalero en Avellaneda–, escuché por la radio que había un corte y me acerqué. Vi a Pablo y a Daniel (‘Gonzalito’) y me quedé con ellos”, sostuvo a su turno Brandan. Al igual que lo haría Amuchástegui a su turno, Almada aseguró que la convocatoria del grupo ferroviario “fue espontánea”: “Nos avisaron que iba a haber un corte y que el que quería podía sumarse a manifestarse en contra”. Negó cualquier tipo de reclutamiento, aunque al final de su declaración la querella de la familia de Ferreyra solicitó ante el tribunal que se le mostrara una lista, en la que aparecía su nombre y número de legajo entre muchos otros nombres y números de legajos, con la fecha del día de la marcha y la firma de Juan Carlos “Gallego” Fernández. Era un pedido de permiso para salir del trabajo.

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El ferroviario José Pedraza.
Imagen: Rafael Yohai
 
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