Jueves, 22 de mayo de 2014 | Hoy
EL PAíS › AUDIENCIA EN LA SALA I DE LA CAMARA FEDERAL PORTEÑA POR EL CASO DE LAS ESCUCHAS ILEGALES
Los abogados del jefe de Gobierno porteño pedirán que no se lo mande al banquillo junto a los otros once imputados por el espionaje. La decisión de los camaristas sobre el futuro del procesado líder del PRO podría demorar por lo menos una semana.
Por Irina Hauser
Los abogados de Mauricio Macri le pedirán hoy a la Sala I de la Cámara Federal que confirme la decisión del juez Sebastián Casanello de dejarlo afuera del juicio oral sobre las escuchas ilegales, donde –en cambio– estarán en el banquillo otros once imputados, entre ellos el ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge “Fino” Palacios, el espía Ciro James y el ex ministro de Educación porteño Mariano Narodowski. Harán el planteo en una audiencia oral que está convocada para las 12 y tras la cual los camaristas se tomarían por lo menos una semana para resolver. Se trata del mismo tribunal que en julio de 2010 ratificó el procesamiento del jefe de Gobierno porteño como parte de una asociación ilícita. A él en particular se lo responsabilizó por las pinchaduras a los teléfonos de su cuñado, Daniel Leonardo, y del dirigente de familiares de AMIA Sergio Burstein en la época en que cuestionaba el nombramiento de Palacios en policía.
A principios de marzo Casanello resolvió mandar a juicio oral a todos los imputados en la causa del espionaje menos a Macri porque, según evaluó, no se habían recogido suficientes pruebas que lo incriminaran. De hecho, anuló la resolución de su colega Norberto Oyarbide –quien había hecho la investigación– que daba por terminada la pesquisa respecto del líder del PRO. Lo mismo hizo con las acusaciones de los querellantes y la fiscalía, y ordenó nuevas medidas de prueba. El fiscal Jorge Di Lello apeló: argumentó por escrito que fue Macri “quien trajo a sus filas a Palacios”, ya que los unía “un estrecho vínculo de confianza” previo y una relación “hartamente probada”. También apeló Burstein. Su abogado, Roberto Boico, dijo que la declaración de nulidad de Casanello no está prevista en las normas, que interfiere funciones del fiscal y la fiscalía y que ya no podía pedir pruebas.
El fiscal de Cámara, Germán Moldes, dictaminó en respaldo de Di Lello, que Macri debe ir a juicio oral. Lo que falta para que defina la Cámara, es que expongan su postura los abogados de Macri. Es improbable que el jefe de Gobierno vaya hoy a la audiencia. En otra ocasión asistió y dijo que había llegado con ayuda de un “motochorro” porque lo había agarrado un embotellamiento. Luego se corrigió: “motoquero”, dijo. Sus defensores apuestan a pedir el sobreseimiento en base a las medidas de Casanello: le tomó declaración como testigo al ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, quien dijo que él mismo y no Macri –a quien desligó de las decisiones de seguridad– propuso nombrar a Palacios en la Metropolitana. El juez también pidió informes para corroborar si, como dijo Franco Macri (el padre de Mauricio), fue él quien mandó a “vigilar” a Leonardo, el ex marido de su hija, Sandra Macri.
La causa de las escuchas se inició cuando la hija de Burstein atendió el teléfono y le dijeron: “A tu papá lo está escuchando el Fino Palacios”. El juzgado que recibió el expediente, entonces al mando de Oyarbide, constató que a Burstein lo escuchaban, y resultó ser que lo grababan desde la ex SIDE, en función de órdenes judiciales en causas truchas, armadas, que emitían dos juzgados de Misiones. La gestión para esas pinchaduras las hacía James, según se estableció, e incluso era él quien retiraba las grabaciones de la Secretaría de Inteligencia. Cada vez que hacía ese trámite hablaba con Palacios, y también lo hacía en horarios no laborales, nocturnos, lo que denotaba una relación cercana. James estaba contratado como asesor legal del Ministerio de Educación (aunque no hay rastros de ese trabajo), entonces encabezado por Narodowski, con quien se le detectaron cerca de medio centenar de llamadas.
En 2010 la Sala I de la Cámara responsabilizó a Macri en el “armado” de “una estructura de inteligencia subterránea” y “prohibida por la ley” vinculada con “su Policía Metropolitana”. El tribunal, que es el mismo que debe decidir ahora si lo manda a juicio, confirmó en ese entonces su procesamiento por participar de una asociación ilícita dedicada a espiar. La diferencia con la situación actual de la causa es que en ese momento los camaristas desvincularon a Narodowski. En cuanto a Macri dijeron que su función fue “asegurar que la matriz del aparato clandestino de inteligencia se instale en su gobierno, se nutra de recursos y, de tal suerte, pueda funcionar”.
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