El juicio por las escuchas ilegales en las que está involucrado el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, ya tiene tribunal. Serán los miembros del TOF 5 de la Capital, que actualmente está llevando adelante el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA, quienes juzgarán, entre otros, al ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge “Fino” Palacios, al espía Ciro James y al ex ministro de Educación Mariano Narodowski, acusados de integrar una red que desde el Estado porteño realizaba intervenciones telefónicas ilegales sobre dirigentes políticos y empresarios. El líder del PRO no estará incluido en este proceso, ya que la Cámara Federal y el juez federal Sebastián Casanello consideraron que aún no hay pruebas suficientes para que Macri afronte esa instancia.

El Tribunal Oral Federal Nº 5 está integrado por los jueces Oscar Hergott, Daniel Obligado y Adriana Palliotti. Ellos deberán realizar el juicio en el que estarán como acusados el Fino Palacios, el espía Ciro James y el ex ministro de Educación Mariano Narodowski, junto con el ex juez de Misiones José Rey, su ex secretaria Mónica González y los policías Antonio Fernández, David Amaral, Rubén Quintana, Raúl Rojas y Diego Guarda.

La trama del espionaje se conoció en octubre de 2009, cuando fue revelada por Página/12, unos días después de que la hija de Sergio Burstein, de familiares de víctimas de la AMIA, recibiera en su casa un llamado en el que le advertían que a su papá lo estaba escuchando el Fino Palacios. Burstein se oponía desde hacía tiempo a la designación de Palacios al frente de la policía porteña, porque lo vinculaba con el encubrimiento del atentado a la AMIA, por el que terminó procesado. La Metropolitana recién estaba empezando a funcionar, pero en la causa se constató que su armado había comenzado el año previo y coincidía temporalmente con el desarrollo de varias escuchas, entre ellas las de Leonardo.

El juez Norberto Oyarbide, que hizo la investigación cuando era subrogante, dio por probado que había un circuito para realizar las escuchas utilizando a la propia SIDE. Se armaban causas judiciales truchas, donde por ejemplo Burstein aparecía vinculado en un expediente por homicidio en Misiones y le pinchaban el teléfono. Las grabaciones las retiraba James de la Secretaría de Inteligencia y sistemáticamente se comunicaba con Palacios en medio de esas diligencias. James también tenía más de medio centenar de llamadas con Narodowski, quien lo había designado como asesor en la cartera educativa (donde no hay registros de algún trabajo suyo) a modo de pantalla.

Macri está procesado por este caso, pero por ahora se mantiene a salvo de ir a juicio. El fiscal Jorge Di Lello señaló en su momento que correspondía que el jefe de Gobierno acompañara a Palacios y Narodowski, ya que había sido él quien “trajo a sus filas” al ex jefe de la Metropolitana y que a ambos “los unía un estrecho vínculo”. Casanello dijo que restaban hacer algunas medidas de prueba y por eso le tomó declaración a Montenegro, quien dijo que él se ocupó de la Policía Metropolitana y las designaciones. También quiso investigar quién monitoreaba al cuñado de Macri, que también había sido espiado con este mecanismo. Pero Franco Macri, el padre de Mauricio, dijo que a Néstor Leonardo (ex marido de Sandra Macri) él lo había mandado a vigilar a través de una empresa norteamericana, con lo cual desligaba en parte a su hijo.

En 2010 la Cámara Federal confirmó el procesamiento de Macri al considerarlo responsable de haber armado una estructura de inteligencia subterránea prohibida por la ley. Pero hace quince días coincidió con Casanello en que son necesarias más pruebas para elevar a juicio al jefe de gobierno porteño.