“Cada vez que la Argentina se ha tornado viable, que ha adquirido cierto grado de autonomía es cuando comienzan lo que yo denomino los misiles y los bombardeos permanentes”, destacó ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en un acto en la Casa Rosada. CFK anunció allí programas de inversión y equipamiento en el área de Salud y la licitación del Gasoducto del Noreste. Además llamó “a todos los argentinos no a defender a un gobierno, sino para que nunca más volvamos a lo que fuimos: un país absolutamente dependiente”.

“Tenemos cualidades que nos tornan en un país muy interesante, muy competitivo y para aquellos países que no creen en la posibilidad de cooperación y de coexistencia pacífica y recuperación pacífica esto puede constituir una amenaza”, aseguró la Presidenta en el Salón de las Mujeres de la Casa de Gobierno. El conflicto con los fondos buitre y el juez estadounidense Thomas Griesa fueron parte de las observaciones hechas por la jefa del Estado, aunque no los nombró directamente. “Pero acá estamos, para ponerles el pecho a las balas y darle tranquilidad a nuestra sociedad”, agregó haciendo énfasis en la decisión de enfrentar el problema.

La Presidenta recordó al comenzar el acto que se cumplían treinta y ocho años del asesinato en La Rioja del obispo Enrique Angelelli durante la dictadura y al respecto destacó que “el mejor homenaje que le podemos hacer es seguir trabajando por el bienestar de todos los argentinos”.

Antes, a través de videoconferencias, dejó inaugurado en Jáchal, en la provincia de San Juan, una nueva fábrica de explosivos dependiente de Fabricaciones Militares que va en sentido contrario de las privatizaciones de las estructuras productivas que tenía el Ejército. “Esta fábrica va a servir no para hacer daño, sino para fines específicos, porque nosotros no hacemos nada para destruir vidas”, apuntó Fernández de Kirchner y resaltó que “al país no se lo defiende solamente con armas, se lo defiende con producción y trabajo”. La inversión en la fábrica fue de 77 millones de pesos y se firmaron a su vez convenios para desarrollar tecnicaturas en explosivos “para que los jóvenes sanjuaninos no tengan que abandonar su provincia”.

Uno de los anuncios más importantes de los realizados ayer fue el de la licitación para la construcción de tres tramos del Gasoducto del Nordeste que conectarán a Formosa, Misiones, Chaco, Corrientes y el norte de Santa Fe con una inversión de once mil millones de pesos (ver aparte). También inauguró el nuevo equipamiento del Instituto Oncológico Angel Roffo, que incluye un mamógrafo único en la Argentina (ver página 14) y un acelerador digital y en Mendoza, en la Universidad Nacional de Cuyo, inauguró un instituto de histología y embriología.

“Queremos hacer la vida más fácil a los argentinos. Más que fácil es sumar más derechos”, dijo la Presidenta y agregó que “lo estamos haciendo en un marco donde algunos dicen que se viene el mundo abajo; pero vamos a seguir trabajando como lo hicimos siempre, y si a veces nos equivocamos es porque laburamos, no por no hacer nada”. Añadió que se va “a seguir invirtiendo en infraestructura” y destacó que “en materia de salud pública se ha hecho la inversión más importante desde el gobierno de Perón y Evita”.

“Gobernar es hacer lo más conveniente para el Estado y la Patria. Tomamos la decisión de hacerlo con racionalidad y buscando lo mejor para los argentinos”, explicó, apuntando a los objetivos impuestos a los últimos doce años en los que el kirchnerismo se mantuvo en la presidencia. Dando el marco de la discusión con los holdouts, Griesa y la Corte Suprema estadounidense, la Presidenta sostuvo que “cada vez que la Argentina se tornó viable, con autonomía razonable, con inclusión social, comenzaron lo que denomino los misiles y los bombardeos permanentes”. Allí realizó una convocatoria “a todos los argentinos a defender, no a un gobierno, sino a todas estas cosas para que nunca volvamos a ser lo que fuimos: un país absolutamente dependiente, un país desesperanzado y endeudado para que el país no pudiera surgir”.

Después de apuntar la viabilidad del país a futuro por contar con energía, producción de alimentos y desarrollo en ciencia y tecnología les envió un mensaje a los países dominantes, a quienes caracterizó como los “que no creen en la cooperación pacífica” y que interpretaban que por sus posibilidades Argentina “puede constituir una amenaza y por eso los intentos que muchas veces vemos”. Por ello agregó que era “un país con recursos, interesante y competitivo, pero con vocación pacífica y de cooperación con otras naciones”.