El empresario Lázaro Báez negó ante la Justicia haber tenido relación con la compra que Leonardo Fariña hizo de una estancia en Mendoza –operación que se investiga por presunto lavado de dinero– y aseguró que “nunca” tuvo trato con el asesor. Báez estuvo ayer en los tribunales de Comodoro Py para ser indagado; allí entregó un escrito en el que rechazó todos los cargos y se negó a contestar preguntas. En el texto admitió que Fariña trabajó para su empresa, pero aclaró que fue echado por falta de solvencia.

Báez concurrió a Comodoro Py acompañado por sus abogados Gabriel Gandolfo y Nicolás Guzmán. Entró al edificio sin hacer declaraciones, por una cochera lateral, y subió directamente al juzgado de Sebastián Casanello, donde el juez lo esperaba para indagarlo junto al fiscal Guillermo Marijuán.

Tras la notificación de los cargos en su contra, el empresario dijo que iba a declarar, pero mediante un escrito, que pidió que se incorporara al expediente. Así estuvo en los tribunales sólo cerca de cuarenta minutos.

En el documento, de 21 carillas, Báez acusó a Fariña de mentir “descaradamente”. En la causa se investiga la compra por parte de Fariña, en 2010, de la estancia El Carrizalejo en cinco millones de dólares, que en 2012 vendió en 1,8 millón al empresario Roberto Erusalimsky.

Fariña primero declaró que ese dinero se lo había dado Báez, pero este martes presentó un escrito en el que se desdijo, desligó al empresario y sostuvo en cambio que la plata se la había dado Carlos Molinari, presidente de Real Esate Investments (REI) Sociedad Fiduciaria.

Ayer, en su descargo, Báez sostuvo que, si bien Fariña trabajó para Austral Construcciones para la confección de un fideicomiso, luego fue echado porque “no poseía solvencia técnica en esos temas”.

“Nunca tuve trato con este sujeto”, agregó. “Niego terminantemente que el suscripto o alguna de las empresas en las que participo le hayamos facilitado a Fariña el dinero necesario para la adquisición del campo.”

También hizo referencia a la denuncia del programa Periodismo para Todos, que dio inicio a la causa, en el que Fariña y Federico Elaskar, dueño de la financiera SGI (conocida como “La Rosadita”), dijeron que sacaban del país plata negra de Báez para blanquearla en empresas fantasmas creadas en el extranjero.

“No existe un solo elemento de prueba que haya acreditado que yo hubiera sacado del país a bordo de un avión de mi propiedad y en una suerte de ‘vuelos fantasma’ millones de euros que fueron a parar a cuentas bancarias distribuidas por todo el mundo valiéndome de supuestos servicios prestados por Fariña y Elaskar”, dijo Báez.

Para el empresario se trató de una “historia cinematográfica que contaron Elaskar y Fariña, que dirigió el periodista (Jorge) Lanata y que judicializó el elenco estable de personas que sistemáticamente me denuncia, encabezado por la diputada Elisa Carrió”.

En la causa están procesados Fariña, Elaskar y Carlos Molinari. Casanello deberá ahora resolver la situación procesal de Báez, aunque antes, según fuentes judiciales, dispondrá nuevas medidas de prueba y ordenará ampliaciones de indagatorias.