Domingo, 14 de junio de 2015 | Hoy
EL PAíS › LIFSCHITZ, DEL SEL Y PEROTTI VAN HOY EN BUSCA DE LA GOBERNACION
Por Pablo Feldman
Desde Rosario
Por primera vez desde la recuperación de la democracia no hay polarización en la elección para definir quién será el próximo gobernador de Santa Fe. Así lo reconocen los candidatos y lo refrendan casi todas las encuestas que se han dado a conocer. Los resultados de las primarias insinuaron este escenario que el oficialismo trató de romper y hasta el cierre de campaña insistió en que se trataba de una puja entre dos modelos: Miguel Lifschitz, candidato del Frente Progresista, y Miguel Del Sel, candidato del PRO. Sin embargo, con el correr de los días, la figura de Omar Perotti, del Frente para la Victoria, fue creciendo sostenidamente. La incógnita que recién se develará pasada la medianoche, permitirá saber si la paridad en algo más de 30 puntos entre el Frente Progresista y el PRO –con leve ventaja del candidato macrista– se rompe en beneficio del alguno de los dos, o si la de arremetida del candidato del FpV alcanza para remontar los 10 puntos que lo separaba de los primeros en las PASO. Sin pretensiones de originalidad, se puede hablar de final abierto en Santa Fe.
Los tres candidatos se sienten ganadores y no se trata de una pose, sino del convencimiento después de una segunda etapa de campaña en la que tanto los socialistas como el FPV modificaron sus estrategias frente a la invariable táctica del PRO.
Los malos resultados de las primarias, especialmente en Rosario, para el Frente Progresista, obligaron a replantear su relación política con los socios de la coalición, especialmente los radicales, que cobraron un protagonismo mayor que se vio reflejado en algunas decisiones tomadas por la intendenta Mónica Fein, que va por su reelección, que se ve amenazada por la candidata del PRO, Ana Martínez.
Un discurso más “frentista” y a la vez más abierto fue lo que “cambió el clima en relación a las PASO”, sostienen desde el socialismo, sobre todo después de un debate televisivo entre los candidatos a la intendencia de Rosario en el que la candidata de PRO se mostró inconsistente a la hora de dejar de lado las instrucciones de Duran Barba. Incluso un insulto al candidato del FpV, Roberto Sukerman, que había referido las reiteradas ausencias de la concejal y candidata a la comisión de Salud que presidía, motivó un exabrupto que trascendió (“me estás agrediendo, boludo”, dijo Anita) y contradijo su discurso de “la nueva política”.
Omar Perotti se empeñó en captar el voto peronista, haciendo equilibrio para no “encerrarse” en la retórica kirchnerista pero tampoco alejarse de ella. Más cómodo junto a Daniel Scioli que con cualquier otro dirigente nacional, el rafaelino recorrió las principales ciudades de la provincia y no menos de tres veces en 50 días en compañía del gobernador bonaerense, y otras tantas junto a Karina Rabollini, santafesina, oriunda de Elortondo. Hasta Carlos Reutemann llegó a decir que “Perotti es un buen candidato” luego de aclarar que “acompaño a Del Sel pero hasta ahí nomás, porque me lo pidió Mauricio”. Como suele suceder, a las pocas horas el Lole lanzó un comunicado “aclarando” que “un triunfo de Del Sel sería bueno para Macri”.
El jefe de Gobierno de la CABA fue otro de los que viajó a Santa Fe y especialmente a Rosario para apoyar a sus candidatos. Para Macri los resultados de esta elección son muy importantes de cara a la primera vuelta en su ciudad, y bailar sobre el escenario rosarino sería un buen impulso para su candidatura presidencial.
En ese sentido, la proyección nacional del comicio no favorece a los socialistas, que si bien anunciaron que irán con “sábana corta”, es decir sin candidato a presidente, no tienen una referencia explícita en un escenario de polarización como se sí se avizora entre el FpV y el PRO. Probablemente haya sido eso lo que llevó al gobernador Antonio Bonfatti –que se perfila para ganar cómodamente la elección para diputados provinciales– a decir públicamente que en un hipotético escenario de ballottage entre un candidato del oficialismo y el PRO en las presidenciales “no tengo dudas que votaría por el oficialismo, yo nunca lo haría por la derecha” en lo que fue tomado como un guiño hacia el kirchnerismo.
Tomándose de eso y de las críticas compartidas en torno a la levedad de su candidato, sobre el final de la campaña desde el PRO se denunció un “acuerdo entre el FpV y el socialismo”, que lejos de ser verosímil, en todo caso no sería beneficioso para los candidatos de ninguna de las dos formulas. Todas la encuestas, salvo una que encargo el PRO y que le asigna una ventaja de más de 5 puntos a su candidato sostienen que el final está dentro del margen de error de los sondeos. Es decir menos de tres puntos para el que triunfe sobre el segundo y otro tanto entre el segundo y el tercero.
Los socialistas “cerraron” sus números con 3 puntos de ventaja sobre Del Sel. Los datos del FpV dan a Perotti “con el tercio más grande” en referencia a la partición electoral que sostienen será rondando todos los 30 puntos. Y el PRO, como se dijo, sostiene que su ventaja es mayor al margen de error de su propio sondeo.
En este escenario, de números cerrados y final abierto, habrá que esperar el conteo definitivo, que esta vez desde el gobierno garantizaron será preciso y sin errores para conocer el nombre del nuevo Gobernador.
Una variante que han introducido los encuestadores –tal vez para salvar sus ropas si yerran en sus pronósticos– es el “voto oculto”, que asume según de quién se trate distintos rostros. Puede ser “vergüenza” y serían quienes no dicen que votan al cómico. “Castigo” por la deficiente respuesta al problema de la seguridad, que dominó el discurso de la campaña. Y el “útil” que algunos kirchneristas pueden inclinarse por Lifschitz por el solo hecho de no favorecer las chances de Macri a nivel nacional. “Estamos en la sartén, no saltemos al fuego”, y así lo explican.
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