EL PAíS › OPINION

Cinco elecciones, cinco historias

En tres distritos se vota para gobernador. La historia electoral de cada uno. En la Capital, distintas ambiciones. En Córdoba, para romper el empate. En La Rioja, la hegemonía puesta en juego. Lo que se juega en Corrientes y La Pampa. Algo sobre debates y enojos.

 Por Mario Wainfeld

Se eligen autoridades locales hoy en cinco distritos que congregan una buena fracción del padrón nacional. Córdoba y La Rioja tendrán su gobernador cuando terminen de contarse las boletas. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) eso sólo sucederá si Horacio Rodríguez Larreta supera la mitad de los votos, de lo contrario habrá segunda vuelta. La ciudadanía correntina elegirá sus autoridades legislativas. En La Pampa, una interna provincial entre peronistas gravitará para conformar el mapa local e incidir en la nómina de candidatos a gobernadores.

Cada comarca se expresa según sus particulares reglas federales. Los cordobeses y riojanos, como la mayoría de las provincias, designan sus ejecutivos en una sola ronda, en la que gana la primera minoría. Forman parte de los distritos que no adoptaron las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) vigentes en las otras y en la Nación. Así que esos argentinos irán menos veces al cuarto oscuro que los demás.

Son matices, expresivos de la diversidad.

En toda la geografía argentina el pueblo participa y escoge sus autoridades, desde hace 32 años. He ahí un patrimonio colectivo construido con esfuerzo y merced a aprendizajes.

En otras páginas de esta edición se desbrozan con más minucia los datos de la previa. En nuestra crónica se harán algunas observaciones, centradas en los distritos que designan a sus ejecutivos.

No se hará especial énfasis en las encuestas, por delicadeza, pero se las mencionará al pasar. La veda prohíbe divulgar datos, pero los conocidos forman parte del saber ciudadano, fueron publicados anteayer, están cargados en los medios on line y en la memoria del público. Una cosa es respetar las reglas y otra sobreactuar.

El orden alfabético coincide con el orden decreciente de su tamaño, medido en población: la corrección político-gramatical y la gravitación concuerdan, por una vez. Vamos por la CABA, Córdoba y La Rioja, para arrancar.

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En sede porteña: Rodríguez Larreta, candidato de PRO a la Jefatura de Gobierno, es holgado favorito para salir primero hoy en la CABA. Ni falta hace repasar las encuestas donde se realizaron PASO con resultados rotundos.

Los antecedentes también son indiciarios. El actual jefe de Gobierno Mauricio Macri prevaleció en las primeras vueltas de 2007 y 2011 con números superiores al 45 por ciento. Los dos lemas de PRO que pugnaron en las PASO anduvieron por ahí.

El PRO perdió la posibilidad de sumar Santa Fe días atrás. Y nada indica que logre otra gobernación propia en este año. La Capital es su bastión único, resignarlo sería una calamidad, sobre todo cuando Macri aspira a llegar a la Casa Rosada. Rodríguez Larreta está en pole position, todo da para que sean optimistas.

Trepar hasta la mitad más uno de los sufragios y evitar el ballottage no es una hipótesis descartada, aunque no pinte como la más factible. Es difícil en la inmensa mayoría de los casos, acá y en la experiencia comparada. Hubo cuatro votaciones porteñas con el sistema actual: el frepasista Aníbal Ibarra se alzó con dos, Macri con las siguientes. Nadie sumó el cincuenta por ciento más uno. En el año 2000 se obvió la segunda vuelta porque el ex superministro transversal Domingo Cavallo, rival de Ibarra, se “bajó” tras haber causado un vergonzoso escándalo denunciando fraude que sólo existía en su endemoniada psiquis. El papelón y la perspectiva de una goleada lo indujeron... el vencedor no superó la valla. El triunfo PRO será completo si gana irrevocablemente hoy, aunque quedar cerquita también soltará globos y animará bailes.

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Los challengers, esperando revancha: El ex ministro Martín Lousteau llegó segundo en las PASO y su afán es conseguir participar en un ballotage más que achicar significativamente el margen. Va por ECO, una coalición con apoyos de la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica y el socialismo.

La hipótesis de las huestes de ECO es que habrá migración de votantes dolidos de Michetti para su lado. Con la incorporación de “Gabriela” a la fórmula presidencial de PRO, el cálculo da la impresión de ser aventurado pero está por verse.

El Frente para la Victoria (FpV) se jugó una parada brava al lanzar al presidente de Aerolíneas, Mariano Recalde, a competir en un territorio refractario al peronismo. Recalde es peronista, kirchnerista y de La Cámpora. Le sobran señales de identidad propias, que pueden ser una mochila pesada aquende la General Paz. Es una jugada interesante hacer jugar a los dirigentes de la agrupación juvenil, pero tiene sus riesgos.

Por añadidura, la instalación de Recalde fue tardía. El resultado en las PASO fue bajo, aun para el relativo caudal kirchnerista en las urnas porteñas. La ambición es mejorar ese número. Con mucho optimismo, rebasar la línea de Lousteau en la interna por el segundo puesto.

Llegar al ballottage sería un batacazo. Pasar el veinte por ciento, un avance posible aunque arduo.

Otro aspecto a observar será la “interna” entre fuerzas de izquierda lideradas por Myriam Bregman (FIT), Luis Zamora e Itaí Hagman. Padecerán, todo lo indica, la polarización. Siempre es deseable, en favor de la diversidad, que alcancen algún escaño en la Legislatura porteña, que es su ambición accesible.

En otros comicios provinciales de este año las PASO han sido buenas o muy buenas augures del resultado general. La tendencia, que va asemejándose a una regla, se corroborará o matizará en cuestión de horas. Esperemos.

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La electrónica en cuestión: La última palabra del párrafo anterior alude al enigma que propone la aplicación del voto electrónico. Se hace sin test parciales como se ensayó en Salta, aplicando la informática en instancias sucesivas sobre una fracción creciente de las mesas. Un criterio paulatino, aconsejable, que el macrismo desechó.

La metodología es discutible, la ensalzan ONG bien pensantes y opineitors de baja experiencia política. Los tribunales alemanes desecharon esa herramienta en 2009, por las acechanzas que la caracterizan. El hecho es recordado en una lapidaria e interesante nota de Ricardo Cohen, observador electoral de la OEA. Se publicó en Clarín el martes 30 de junio, bajo el título “El voto electrónico es un despropósito”.

Uno de los argumentos más sólidos, que este cronista comparte y pasa a glosar a su modo, es que con las compus de por medio es más difícil el control popular del escrutinio. El voto universal y obligatorio es una institución formidable que sólo se completa si todo el trámite del escrutinio se le parece. Esto es, si personas de a pie pueden recontar y, eventualmente, participar en revisiones arduas, como sucedió semanas atrás en Santa Fe. Las competencias del fiscal, pilar del sistema, deben ser lo más parecidas a la del elector raso. Cuanto más se especializa, más terreno pierde la universalidad.

Lo deseable es que todo transcurra con masividad, normalidad y sin problemas. Incluso pueden calibrarse como menores las eventuales demoras a producirse por ser la primera vez. Las pruebas de fuego son la credibilidad, la transparencia y la simplicidad para emitir el voto. Todas estarán bajo la lupa, ojalá no empañen el día y queden para más adelante los debates sin una frustración institucional.

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Con tonada y sin vueltas: La CABA ha sido hospitalaria con partidos de reciente formación: se inclinó por dos en sólo once años de historia. Tierra del Fuego, el otro distrito “nuevo”, hizo lo propio con dos fuerzas provinciales. La más reciente es la de la actual gobernadora reelecta Fabiana Ríos que se irá en diciembre.

Córdoba, en cambio, es un ejemplo de alternancia dentro del bipartidismo tradicional. Clásico reducto del radicalismo, patria chica de Amadeo Sabattini y del presidente fallecido Arturo Illia, fue reducto boina blanca a partir de 1983 y enhebró cuatro mandatos sucesivos. Su gran figura fue Eduardo Angeloz, que ganó en tres ocasiones.

La taba se dio vuelta a partir de 1999. El gobernador peronista federal José Manuel de la Sota llegó al poder entonces tras ser batido en dos ocasiones anteriores. El “Gallego” De La Sota es la figura dominante de la Docta desde hace 16 años. Su fuerza enhebró cuatro al hilo: tres con él a la cabeza, una con su aliado Juan Schiaretti.

Hoy se desempatará el cuatro a cuatro. Las previsiones favorecen al oficialismo local que propone a Schiaretti para gobernador. Las encuestas y los pronósticos lo señalan como favorito. En las abundantes municipales previas, el “cordobesismo” delasotista conservó casi todas sus intendencias.

Los correligionarios radicales van aliados con el PRO y con el senador Luis Juez. La coalición tenía aspiraciones firmes a reconquistar el territorio, hoy se medirá su real gravitación. La fórmula junta al diputado radical Oscar Aguad y a Héctor Balda- ssi, el referí de PRO.

La campaña mostró divergencias internas. Juez fue su jefe y tal vez no haya sido un acierto. El hombre resalta por su ingenio y la lengua mordaz pero no tanto por su organicidad. Criticó mucho y agudamente a los compañeros (o correligionarios o vecinos) de ruta. Incluso despotricó porque la entente “medía” flojo en los sondeos y culpó a intendentes radicales por ir a menos. Por ahí tenía su parte de razón pero no la expresó en el mejor momento. Ramón Mestre, el intendente radical de Córdoba, ambicionaba ser el candidato a gobernador y su mala onda es perceptible. Irá por la reelección comunal.

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El discreto encanto de crecer: El FpV tuvo desempeños decepcionantes en las elecciones provinciales cordobesas anteriores. Salió tercero, lejos, con un techo-piso de alrededor del diez por ciento del padrón. Ahora no fantasea con ganar, pero sí se ilusiona con horadar generosamente el techo y disputar el segundo lugar con la coalición radical-macrista.

Eduardo Accastello, intendente de Villa María, es su paladín, haciendo fórmula con el humorista Cacho Buenaventura. Accastello es un kirchnerista, muy afín al gobernador Daniel Scioli. Los baqueanos locales cuentan que tuvo mejor relación con el presidente Néstor Kirchner que con la actual mandataria Cristina Fernández de Kirchner. Y que algo de eso se palpó en el cierre de las listas para las PASO nacionales en las que pudo meter poca baza.

Todo modo, Accastello es un candidato K cuyas pretensiones van en ascenso. Medidas en serio son doblar largamente el acervo de votos y pujar por el segundo puesto. Esos guarismos serían leídos como un logro, dentro el sensato marco de lo posible.

Los cordobeses, como tantos otros argentinos, se expresan de modo diferente en las nacionales y en las provinciales. Tanto que Cristina consiguió avales altísimos en 2007 y 2011. Elevar el bajo piso local sería buena nueva para la Casa Rosada y para Scioli.

Hay semejanzas, siempre parciales, con lo que sucedió en Santa Fe, en ese caso contra el socialismo y el PRO. Omar Perotti fue el protagonista del crecimiento del FpV en Santa Fe, Accastello va por un logro análogo.

De cualquier modo, se reitera que el favorito es Unión por Córdoba, la coalición que mociona a Schiaretti. Si se confirman los presagios De La Sota podrá celebrar y presentar el veredicto como un anticipo para su interna con(tra) el diputado Sergio Massa.

El presidente de la UCR, senador Ernesto Sanz, afirmó que a su partido le va mejor en las urnas que en los sondeos. Si hoy se corrobora su pálpito sobrarán motivos para el festejo efusivo. En caso contrario el bajón será mayor para los (díscolos) émulos de Alem e Yrigoyen que para los macristas. Baldassi es una figura de reparto en su elenco y la intención de voto nacional de Macri sigue siendo estimable en la provincia del inolvidable Rodrigo.

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La Rioja con color local: La Rioja es una de las siete provincias que se viene inclinando por un mismo partido ininterrumpidamente desde 1983. Seis de ellas se pronuncian por el justicialismo lo que incluye a San Luis, dominio de los hermanos Rodríguez Saá.

El favorito por historia es el FpV autóctono que lleva como candidato a Sergio Casas.

Los radicales confían en cambiar el signo de la provincia, como consiguieron en Mendoza. Julio Martínez encabeza una lista que cuenta con el apoyo del Frente Renovador (FR) de Sergio Massa. Apuestan al desgaste del oficialismo local, a la gravitación de las dificultades de las economías regionales, al peso de las protestas populares en Famatina.

El peronismo local, que supo ser el trampolín del presidente Carlos Menem, está habituado a imponerse por diferencias amplias o tremendas. Solo una vez quedó debajo del 50 por ciento, lo excedió con largueza casi siempre. En varias instancias el segundo fue otro “lema” justicialista.

Los vaticinios auguran que esta vez las diferencias serán más estrechas y como cada cual se da por vencedor no cabe añadir más en esta columna-preludio.

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Otros pagos, otras disputas: Corrientes, como Santiago del Estero elige su gobernador en fechas diferentes al conjunto. Es la consecuencia de sendas intervenciones provinciales que alteraron el cronograma. El gobernador radical reelecto Ricardo Colombí domina su territorio en el que hoy se libran elecciones legislativas que tienen al oficialismo como amplio favorito.

En La Pampa habrá una interna partidaria del PJ para cargos provinciales. Será old fashion con formato diferente a las PASO. Una primaria abierta a afiliados peronistas y ciudadanos independientes (no afiliados a otros partidos) en las que no es obligatoria la asistencia.

Por un lado participa el oficialismo local, kirchnerista, que propone como candidato a gobernador a Fabián Bruna. Lo enfrenta un fuerte sector peronista tradicional pampeano que tiene como referentes a Rubén Marín (ex gobernador por partida cuádruple, y ex legislador nacional) y al senador Carlos Verna, quien también fue mandatario en La Pampa. Este es quien se presenta en pos de la gobernación.

En un contexto intrincado, con judicializaciones de por medio, es prudente hablar de final abierto, una forma elegante de expresar la falta de conocimiento propio.

Ojalá que el clima ayude en los cinco distritos, que la concurrencia sea numerosa como viene pasando en la maratón de comicios surtidos. La voluntad popular se expresará, ojalá que con calma y sin incidentes dignos de mención.

La previa es menos interesante que la crónica de las competencias que se escribirá mañana. La fiesta es, debe ser, hoy con millones de argentinos expresando sus preferencias en paz, durante el más prolongado período de estabilidad democrática, que estas jornadas ratifican y apuntalan.

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Imagen: DyN
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