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Cerca de las cinco de la tarde, las luces del salón Pablo Neruda del Paseo La Plaza se apagaron y comenzó a oírse la voz en off del ex presidente Raúl Alfonsín recitando su discurso de cierre de la campaña de 1983, en el que cita el Preámbulo de la Constitución. Con el eco de la voz de Alfonsín todavía resonando, la candidata a presidenta de Progresistas, Margarita Stolbizer, subió al escenario para dar su propio discurso de cierre de campaña, bañada en aplausos por la plana mayor del socialismo santafesino y sus aliados de Libres del Sur. En su discurso, Stolbizer apeló a las figuras de Alfonsín y de Alfredo Palacios para definir el perfil socialdemócrata de su espacio político, insistió con la “coherencia” como marca que la diferencia del resto de la oposición y señaló que “Scioli y Macri son lo mismo”, por lo que descartó cualquier posibilidad de acompañar al líder del PRO en un eventual ballottage contra el candidato del oficialismo.

“A fuerza de sacrificio, hemos construido en esta campaña una identidad Progresista que nos distingue del resto de los frentes, que parecen ser todos iguales, todos conservadores”, definió Stolbizer, vestida con un saco rosa y que eligió para cerrar su campaña un acto íntimo y a puertas cerradas.

La referente del GEN se ocupó en remarcar que Progresistas tiene vida después del domingo. “No tenemos fecha de vencimiento, nuestra fuerza política, cualquiera sea el resultado, saldrá fortalecida de estas elecciones”, exclamó, y afirmó que las fuerzas que componen el frente, tras la ruptura del Frente Amplio Unen, no eligieron “el camino más fácil” pero que “los mejores proyectos siempre empiezan desde abajo”.

En primera fila, la aplaudieron su compañero de fórmula, el cordobés Miguel Angel Olaviaga; el candidato a senador Hermes Binner, el gobernador electo de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y el gobernador saliente, Antonio Bonfatti; la intendenta de Rosario, Mónica Fein, el legislador porteño Roy Cortina y la candidata a diputada por Capital Federal Victoria Donda.

Para sus aliados socialistas, Stolbizer tuvo palabras de elogio, a pesar de las diferencias que surgieron a partir de que Binner decidiera llevar boleta corta como candidato a senador, dejando la puerta abierta a que sus electores puedan poner la boleta de Cambiemos para presidente. “Cada vez que voy a Santa Fe, aprendo algo –dijo Margarita–. Nos miramos en el espejo de una gestión en salud, cultura y educación que nos llena de orgullo.”

El lema del acto, al igual que en el último tramo de la campaña, fue “El voto ganado”, un intento de enfrentar la polarización posterior a las primarias de agosto entre los frentes con mayor porcentaje de votos. Desde el escenario, Stolbizer despotricó contra la operación, encabezada por la diputada de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, para que baje su candidatura y le sume chances a Macri de disputar una hipotética segunda vuelta. Enojada, la líder del GEN mandó “a terapia” a quienes “mendigan un voto para aquellos a los que para votarlos se tienen que tapar la nariz”.

En lo que fue su tramo más confrontativo, Stolbizer aprovechó para disparar contra la conducción de la UCR: “Hay algunos que si son gobierno, van a tener que sentarse en la mesa de conducción junto a un carapintada”, arremetió, en alusión a las declaraciones del diputado Ricardo Alfonsín, quien se mostró “preocupado” porque uno de los asesores en materia de seguridad del PRO, Juan José Gómez Centurión, según el propio Alfonsín hijo, es “un ex carapintada que se alzó contra la democracia en plena transición”.

A diferencia de Stolbizer y Libres del Sur, varios referentes del PS consultados por Página/12, entre ellos Binner y Cortina, afirmaron que “aún no saben” qué posición tomará su partido ante un aventual ballottage. “Lo importante es plantar una opción coherente como la del Frente Amplio Uruguayo, que llevó 30 años construirla”, contestó Binner.

Informe: Matías Ferrari.