EL PAíS › EL ENTRAMADO QUE ARMO DANIEL ANGELICI, EL CANDIDATO DE MAURICIO MACRI PARA LA PRESIDENCIA DE BOCA

Con espías, políticos y operadores judiciales

Angelici busca hoy su reelección en Boca al frente de una lista detrás de la que asoma la figura de Jaime Stiuso.

 Por Nicolás Lantos

Esta semana Mauricio Macri fue a Boca y se sacó una foto de campaña con Daniel Angelici.
Imagen: DyN.

Un nuevo presidente de la Nación, un espía caído en desgracia y un nutrido reparto de políticos, jueces, legisladores y agentes de Inteligencia conforman el trasfondo de la última batalla política del año, que se disputa el día de hoy en el barrio de La Boca. Allí, más precisamente en el club que fue bautizado por inmigrantes genoveses hace 110 años con el nombre de esa zona del sur de la ciudad de Buenos Aires, hoy se eligen autoridades. Mauricio Macri, que desde esa institución lanzó la carrera política que en pocos días lo sentará en el Sillón de Rivadavia, espera atento los resultados.

Su candidato, Daniel Angelici, busca la reelección. Empresario y abogado, de 51 años, Angelici es algo más que un dirigente de confianza del Macri: fue, por años, el encargado de tejer la relación entre el hasta ahora jefe de Gobierno porteño con el Poder Judicial. Si gana hoy en Boca, sentará en el club la base de una telaraña de espías, dirigentes políticos y operadores judiciales cuyos límites sólo alcanzan a atisbarse, y detrás de la cual asoma la figura siempre borrosa del ex hombre fuerte de la SIDE, conocido por el nombre de Jaime Stiuso.

Los vínculos entre el agente secreto caído en desgracia y el presidente de Boca no son secretos. Por el contrario, están exhibidos a la luz del día para aquel que pueda advertirlos. Figuras relacionadas con el ámbito de la inteligencia aparecen en la lista de candidatos a vocales de la Comisión Directiva que se elige hoy, donde incluso figura un cercano colaborador de Stiuso. Al mismo tiempo, Angelici consiguió ubicar a dirigentes de su máxima confianza en cargos clave del sistema judicial y de Inteligencia de la ciudad y la Nación.

El avance de Angelici en ese sentido fue tan evidente que incluso la diputada Elisa Carrió, socia de Macri en la alianza gobernante, intentó ponerle un freno cuando, hace una semana, dijo que el titular de Boca “está operando para manejar la Justicia de Comodoro Py” y le pidió al presidente electo que lo “retire”. La respuesta de Macri fue contundente: tres días más tarde, en un acto en el club xeneize programado a último momento, salió sonriente en la foto respaldando a su operador judicial.

En la lista de candidatos a vocales de la Comisión Directiva que encabeza Angelici llama la atención el nombre de Darío Richarte. Radical, con una larga carrera en la Universidad de Buenos Aires de la mano del histórico operador Enrique “Coti” Nosiglia y el ex rector Oscar Schuberoff, llegó a ser el número 2 de la SIDE en tiempos de Fernando de la Rúa. Allí conoció a Stiuso, con quien mantuvo vínculos incluso después de dejar esa posición, con la caída del gobierno aliancista.

A partir de su regreso al sector privado, fundó un estudio de abogados donde se hizo cargo de una cartera de clientes sensibles para el gobierno nacional. Todos esos vínculos se interrumpieron simultánea e imprevistamente tras la expulsión de Stiuso y la reforma de la central de Inteligencia emprendida por el gobierno hace un año.

Los contactos de Angelici le abrieron a Richarte este año las puertas del Tribunal de Disciplina de la AFA, el órgano que revisa las decisiones arbitrales en el fútbol profesional argentino. Allí es compañero del camarista en lo Contencioso Administrativo Sergio Fernández, hermano de Javier Fernández, hoy en la Auditoría General de la Nación e histórico operador judicial de Stiuso. Richarte y Javier Fernández comparten, cada quince días, cada vez que Boca juega de local, el palco en la Bombonera.

Otro nombre vinculado al mundo de los espías aparece en la lista de candidatos a la CD xeneize: es el empresario Gustavo Ferrari. Llegado a la política de manos de Francisco de Narváez y ex diputado nacional, Ferrari se sumó a fines de 2013 al equipo de Daniel Scioli, como titular de la Asesoría General del gobierno bonaerense. Desde ese lugar se ganó rápido la confianza del gobernador, que poco antes de las elecciones presidenciales anunció que, en caso de ganar, lo elegiría como jefe de la Agencia Federal de Inteligencia. La derrota de Scioli no lo dejó sin trabajo: el viernes pasado fue presentado por la gobernadora electa María Eugenia Vidal como parte de su gabinete.

Otra pieza clave de esta telaraña es Gustavo Arribas, el hasta ahora desconocido escribano que fue designado por Macri como titular de la AFI. Dedicado a la representación de jugadores, lleva años haciendo negocios con varios clubes pero particularmente con Boca a través de HAZ, la empresa que comparte con Fernando Hidalgo y el israelí Pinha Zahavi, investigado en Inglaterra por irregularidades en transferencias de jugadores.

El caso más resonante que protagonizó Arribas fue la venta de Carlos Tevez, de Boca al Corinthians, en 2004, por la que el club brasileño asegura haber desembolsado 19 millones de dólares. pero a Boca sólo llegaron 16 millones. Aunque llegó al club con Macri, sus negocios continuaron con Angelici: recientemente fue parte del grupo inversor que compró y acercó a Boca al delantero Jonathan Calleri.

La sospecha de que en la amistad entre Macri y Arribas mediaron negocios no es nueva. Cuando fue el caso Tevez, el ex dirigente xeneize Roberto Digón aseguró que, junto con su socio Hidalgo, Arribas es “testaferro de Macri”. Mucho antes, en 1997, el Coti Nosiglia, hoy socio político del PRO pero entonces en veredas opuestas en la interna xeneize, denunciaba: “Mascardi parece ser el dueño de todos los pases de los jugadores. Después nos vinimos a enterar de que Gustavo Arribas, amigo íntimo de Mauricio, es socio de Mascardi y número cinco en el equipo que tiene Mauricio en la quinta Los Cardenales”.

Las relaciones se ramifican. Un actual vocero de la CD de Boca, Enzo Pagani, fue recientemente promovido de legislador porteño a presidente del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. Un protegido político de Angelici, Martín Ocampo, hasta ahora jefe de fiscales de la ciudad, será a partir de esta semana ministro de Seguridad y Justicia metropolitano. Sólo resta por ver si otra discípula del Tano, la diputada Laura Alonso, de fluidos contactos con la Embajada de Estados Unidos, logrará asumir al frente de la Oficina Anticorrupción, aunque no cumple los requisitos exigidos por la ley para ocupar ese cargo.

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