Domingo, 12 de junio de 2016 | Hoy
EL PAíS › ENCUESTA EXCLUSIVA CAE LA IMAGEN DE MACRI Y DE SUS POLITICAS ECONOMICAS
El rechazo al Presidente sigue aumentando y el 52 por ciento ya tiene una mala imagen de él y su gestión. De hecho, el 43 por ciento opina muy mal de Macri y dos tercios de los encuestados creen que les va a ir peor en el segundo semestre.
Por Raúl Kollmann
Al cumplirse seis meses del gobierno de Mauricio Macri, la imagen del Presidente sigue deteriorándose y aumenta la llamada brecha negativa: son cada vez más los que opinan mal o muy mal (52 por ciento) y son cada vez menos los que opinan bien o muy bien (45 por ciento). Lo más llamativo es que ya hay una proporción importantísima (43 por ciento) que opina muy mal del Presidente, es decir que están corridos a la postura más negativa. A diferencia de estudios anteriores, lo que se refleja en este sondeo es que los ciudadanos no tienen buenas expectativas para el segundo semestre. Nada menos que el 65 por ciento dice que en su casa, en su hogar, van a estar peor y apenas el 34 por ciento cree en lo que señala el gobierno de Cambiemos respecto de una mejora en lo que resta del año.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta realizada en forma exclusiva para Página/12 por la consultora Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1.200 personas de todo el país, respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. Hoy en día las encuestas son telefónicas porque es muy difícil acceder a los edificios de clase media, por razones de seguridad, y lo propio ocurre en los barrios más humildes. El CEOP no sólo cuenta con una inmensa base de teléfonos fijos sino también con una base enorme de celulares. Hoy por hoy es imposible acceder a la opinión de los sectores de menores recursos sin llegar a ellos a través de celulares. A lo largo de la llamada, preguntando por el trabajo que tiene el encuestado, por el lugar donde vive y otros aspectos, se puede distinguir a qué franja económica pertenece quien responde a la encuesta.
Los estudios del CEOP evidenciaron antes que todos los demás el paulatino deterioro de la imagen del gobierno y del propio Mauricio Macri. La base, sin dudas, es que se evalúa como mala la marcha de la economía. Desde diciembre, Macri perdió doce puntos de imagen, venía de 58 y ahora está en 45,1, un dato que coincide con lo que ahora dice el resto de los sondeos. Algunos le adjudican 50 por ciento de imagen positiva, pero antes le otorgaban 64, es decir que la caída se verifica en casi todos los estudios.
“La inflación, más la marcha de la economía, se han convertido en las principales preocupaciones de los argentinos desde finales de 2015 –señala Bacman–. La curva de crecimiento de las críticas en los últimos seis meses es realmente impactante. Junto con la economía, otro de los grandes protagonistas de los desvelos de los argentinos en este semestre fue la desocupación. En el último trienio esta preocupación promedió alrededor del diez por ciento. Desde enero se detectó una progresión que lo ubicó en el último trimestre alrededor del 30 por ciento de preocupación. El dato por sí solo no hay que tomarlo a la ligera: el tema está instalado con fuerza, a tal punto que casi seis de cada diez argentinos reconocen ante los encuestadores que conocen a algún familiar, amigo, vecino que ha perdido su trabajo o debe soportar problemas con su trabajo. No queda duda alguna que para un alto porcentaje de la sociedad no es simple y sencillamente una sensación: es un problema real y concreto”.
Para la mayoría de los estudios realizados hasta ahora, la clave para Macri es que se mantienen las expectativas, es decir que la gente ve las cosas mal –impacta la inflación, el tarifazo, la caída en las ventas–, pero supuestamente flota en el ambiente la esperanza de que las cosas van a mejorar.
En lo que siempre es un dato clave, la consultora que encabeza Bacman señala que, por primera vez, los encuestados están pesimistas respecto de lo que pasará en su hogar: 65 por ciento dice que en seis meses va a estar peor, económicamente hablando, en el ámbito de su familia. Pero, además, no hay optimismo en ninguno de los temas abordados por el CEOP. “Siempre en un contexto donde la percepción de que todo será peor es más alta –analiza Bacman–, la evolución de la situación económica y la inflación son los aspectos que mejores porcentajes de expectativas poseen. En definitiva las expectativas positivas oscilan entre un 42 y un 44 por ciento; en tanto las negativas se ubican en porcentajes más altos que oscilan entre el 51 y el 55 por ciento. Los aspectos que más bajas expectativas despiertan son el aumento de la conflictividad social (66,5 por ciento), inseguridad y narcotráfico (64,7 por ciento) y desocupación (61 por ciento). Los valores en estos tres casos son tan contundentes en sí mismos que con solo expresarlos basta”.
El otro gran sostén del gobierno de Cambiemos es “la pesada herencia”, es decir las críticas al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y la constante exhibición de las excavadoras, las excursiones por Santa Cruz y el despliegue hasta de movimientos intrascendentes en la causa que tiene como imputado a Lázaro Báez. Pese a esa ofensiva, según la encuesta realizada por el CEOP, la imagen positiva de CFK sigue algo por encima del 41 por ciento.
El trabajo de Bacman analiza una variable inédita en los recientes estudios de opinión pública. “Una lectura más fina de los datos que contiene esta encuesta –señala el sociólogo– nos permitió descubrir una nueva variable que se convierte en la última clave para entender y explicar los resultados. Y este factor descansa en la cuestión demográfica: hoy el principal enojo y la mayor decepción con las promesas de campaña de Cambiemos se centran entre los habitantes de los grandes centros urbanos de nuestros país, circunscribiendo entre ellos al principal enclave demográfico, que es la región metropolitana, la ciudad y el Gran Buenos Aires y sus tres cordones. Entre la mayor parte de estos ciudadanos urbanos la realidad ha superado al deseo, el cambio dejó de ser un significante vacío y sus consecuencias no representan a la Argentina que ellos esperaban. En las ciudades más pequeñas y en el interior, todavía el deseo sigue latente, y la esperanza –aunque golpeada por algunas circunstancias– aún no está perdida de modo concluyente. Y esta fuerte dicotomía demográfica va más allá del género, la edad y hasta el nivel socioeconómico del entrevistado. En las grandes ciudades es donde más se siente la crisis y en donde también más les cuesta ver la luz al final del túnel”.
Algunos economistas vienen abonando con datos esta mirada. Hubo una cierta bonanza relacionada con el campo a raíz de la quita de las retenciones y es lo que explica que en el mes de mayo, por ejemplo, se hayan vendido el doble de camionetas de gran porte que los autos chicos más tradicionales. Eso no pasó nunca hasta ahora.
Bacman se pregunta: “¿existe mal humor entre los argentinos? Al menos desde los resultados de esta última encuesta parece que sí y hasta ahora es creciente. Además, la conclusión es que el peor humor social es el que acompaña todos los días a los habitantes de las grandes ciudades de nuestro país”.
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