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La Casa Rosada ya recibió la propuesta del Ministerio de Justicia sobre quiénes deberían convertirse en jueces federales de la Capital Federal. Se trata de los fiscales federales Eduardo Freiler y Guillermo Montenegro, el fiscal adjunto de la Procuración General de la Nación, Daniel Rafecas, y el secretario de la Cámara Federal Julián Ercolini. Son los mismos que había definido el ex ministro Gustavo Beliz –y que había anticipado Página/12–, que ahora fueron ratificados por el nuevo ministro de Justicia, Horacio Rosatti. Sin embargo, esta nómina podría ser alterada por el círculo íntimo del Presidente.
Según la lista que está siendo evaluada ahora en la Secretaría Legal y Técnica, Freiler ocuparía el juzgado 3, Rafecas el 4, Montenegro el 7 y Ercolini el 10. Así se completarían los cargos de la justicia federal porteña en primera instancia, en la que hay despachos vacíos hace más de tres años.
El único inconveniente que aparece según esta disposición es que Freiler debería excusarse en al menos dos de las principales causas que tiene el 3: sobornos en el Senado y los crímenes cometidos en el Primer Cuerpo de Ejército. Como el expediente sería remitido a otro juez, tampoco los secretarios ni los empleados que siguieron esos casos quedarían a cargo de los mismos.
Pero la lista puede cambiar y no sólo debido a un enroque de despachos. Todavía resta definir quién será nombrado como camarista en reemplazo de la fallecida Luisa Riva Aramayo. Freiler había quedado primero tanto en el concurso para juez como para camarista y su intención es ir al tribunal superior. A pesar de estar incluido en la lista de los jueces, aún tiene posibilidades de concretar su deseo. En el caso en que sea seleccionado para camarista, el actual secretario de la Cámara Ariel Lijo será el cuarto magistrado. En cambio, si Freiler se convierte en juez, el Gobierno estaría dando lugar a que un nuevo compañero de Gabriel Cavallo y Horacio Vigliani fuera el titular de la Oficina Anticorrupción, Daniel Morín, que había quedado cuarto en orden de mérito.
En marzo, cuando terminó el concurso, el Consejo de la Magistratura le mandó al Ministerio de Justicia su propuesta de postulantes que incluía al fiscal José Barbaccia en segundo lugar, el defensor oficial Luis Salas en tercero y el secretario de la Cámara Ariel Lijo en el quinto.
Barbaccia quedó afuera por los fuertes cuestionamientos que recibió por su actuación como fiscal en el juicio por el ataque a la Amia. El tribunal oral que juzga a los policías que participaron en la conexión local lo desplazó –junto con su compañero Eamon Mullen, que renunció a principios de mes– por considerar que no pudieron haber permanecido ajenos a las numerosas irregularidades cometidas por el juez Juan José Galeano durante la instrucción del ataque a la mutual judía. Con anterioridad, la diputada Nilda Garré lo denunció por mal desempeño y posibles delitos en esa investigación y pidió tanto su juicio político como el de Mullen.
Salas renunció a sus aspiraciones de juez federal porque fue designado en un tribunal oral y Lijo no era mirado con buenos ojos por su cercanía con el juez Cavallo, pero aún está en carrera. Rafecas, por su parte, fue también seleccionado como integrante de un tribunal oral, pero el decreto de su nombramiento aún no fue firmado y él habría renunciado a ese puesto.
La lista está en discusión entre el presidente Néstor Kirchner, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Rosatti tuvo la oportunidad de revisar la nómina que habían elaborado Beliz y el viceministro Abel Fleitas, y decidió dejarla como estaba.