EL PAíS › LA SALA JUZGADORA DE LA LEGISLATURA NO PUDO RESOLVER NADA
Con mucho ruido y pocas nueces
El presidente de la Sala, Julio Maier, estuvo un rato y se peleó con los legisladores. Mañana, la Sala volverá a reunirse, a puertas abiertas, como lo reclamaron los familiares de Cromañón y el juez Gallardo. Todavía no está resuelto quién juzgará a Ibarra.
Por Santiago Rodríguez
Los miembros de Sala Juzgadora de la Legislatura que tiene a su cargo el juicio político a Aníbal Ibarra se reunieron de nuevo ayer y otra vez no decidieron nada, salvo que mañana harán una nueva reunión que será a puertas abiertas, pero en la que ni ellos mismos saben muy bien qué tratarán. El encuentro se desarrolló a pesar de que el juez Roberto Gallardo había ordenado que no se hiciera si no era público y fracasó tras el retiro anticipado del titular del Tribunal Superior de Justicia y presidente del cuerpo, Julio Maier, a raíz de una fuerte discusión con varios legisladores que lo acusaron de excederse en sus atribuciones y avanzar sobre el Poder Legislativo. Sin definir quedó quiénes juzgarán al jefe de Gobierno y con qué reglamento, dos aspectos centrales del proceso que la oposición buscará que se resuelvan hoy en el pleno de la Legislatura, donde tiene los votos suficientes para imponer que Ibarra sea juzgado por quienes ingresen el próximo 10 de diciembre.
La de ayer fue la segunda reunión que los legisladores de la Sala Juzgadora mantuvieron con Maier y algunos vaticinan que podría llegar a ser la última. Ya el viernes pasado, en la primera, había quedado que la relación no sería sencilla por la firmeza del presidente del Tribunal Superior en sus planteos. Esta vez se llegó a los gritos.
Maier arribó a la Legislatura una hora y media después de lo acordado. El kirchnerista Helio Rebot, quien la otra vez ya le había mostrado resistencia, le marcó de entrada que era una “una falta de respeto”.
“Fue un carnaval”, describió un legislador a Página/12 sobre lo que vino después. Maier explicó que sólo había ido para entregarles una “resolución que he tomado como presidente” y cuando el mismo Rebot le pidió la palabra, lo cortó: “No, no voy a abrir el diálogo.” Su argumento de que si dialogaban “esto no funciona”, no convenció al kirchnerista, quien ya en otro tono le retrucó: “¿Cómo es esto? ¿Usted viene a mandar y lo tenemos que escuchar, pero usted no nos escucha?”
Los legisladores de izquierda se sumaron a los reproches y le recriminaron que los tratara como “empleados suyos”. “Avanza sobre este poder y nos ha faltado el respeto”, enfatizó después ante la prensa Susana Echegoyen, del Interbloque de Izquierda. Maier también subió el tono. Estuvo quince minutos y se fue. Antes comunicó que convocaría a otra reunión “cuando lo considere necesario”.
En la oposición y en el ibarrismo coinciden en que Maier “actúa así porque ya no quiere saber nada más con del juicio”. “Está buscando su recusación”, apuntó también un funcionario clave del gobierno porteño, quien se quejó “de que Ibarra ni siquiera fue notificado del motivo de suspensión” y anticipó que analizan intimar a la Sala Juzgadora a que regularice la situación. “Estos muchachos no ven que están bailando en la cubierta del Titanic, que ya está hundido por la mitad”, remarcó, en alusión al “desprecio” de los legisladores hacia las instituciones.
La especulación acerca de que Maier quiere abrirse del caso cobró relevancia por algo que el mismo jurista incluyó en el escrito que llevó a la Legislatura. Allí señaló que “en una ocasión suscribí un escrito de defensa del entonces fiscal del fuero penal, Aníbal Ibarra, en oportunidad de que él era investigado por oponerse a la aplicación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final”. Algunos evalúan que si Maier es recusado –Echegoyen anticipó ayer mismo esa posibilidad– el proceso podría dilatarse más de cuatro meses y así beneficiar a Ibarra, quien superado ese plazo sin sentencia debe ser repuesto en su cargo. Otros opinan que lo reemplazaría el vice del Tribunal Superior, José Casas.
En su escrito, Maier comunicaba otras dos cosas: que la Sala Acusadora debe usar como reglamento el Código Procesal Penal y que había solicitado copias de las actuaciones a la Sala Acusadora para remitírselas a Ibarra.
El macrismo y la izquierda buscarán definir ambos puntos en el pleno de la Legislatura. Allí tienen mayoría para imponer su criterio, pero les costará conseguir los dos tercios necesarios para forzar a tratar hoy el tema.