EL PAíS › CASACION REVISARA EL FALLO DEL JUICIO POR LA AMIA
Todavía no está todo dicho
La Sala II de la Cámara de Casación aceptó revisar el fallo de 4500 páginas del Tribunal Oral. La apelación la hicieron la AMIA y la DAIA, por un lado, y el fiscal Plee, por el otro.
Por Raúl Kollmann
La Sala II de la Cámara de Casación Penal admitió ayer el recurso para determinar si confirma o revoca el fallo que fue emitido por los jueces del Tribunal Oral después del más largo juicio de la historia argentina, que duró nada menos que tres años. Incluso, la Sala II hasta podría anular el juicio y ordenar que se haga otro. En su momento hubo dos apelaciones por el fallo del Tribunal Oral. Por un lado, la AMIA y la DAIA sostuvieron –y siguen sosteniendo– que los policías acusados y el armador de autos truchos Carlos Telleldín fueron cómplices de los terroristas que ejecutaron el atentado y no inocentes, como lo determinaron los jueces. Por el otro lado, el fiscal Raúl Plee consideró que los policías y Telleldín son inocentes respecto del atentado, pero que a lo largo del juicio se comprobó que extorsionaron y cometieron otros delitos, por lo cual no correspondía sobreseerlos de todos los cargos.
Con su decisión de ayer, la Cámara de Casación aceptó revisar el fallo del Tribunal Oral, ya que considera que dada la gravedad del atentado se trata de un hecho de máxima importancia, que existe un fallo que tiene nada menos que 4500 páginas y que debe evaluarse a fondo, que está involucrada la responsabilidad del Estado y, por último, que tiene que haber una apertura para que “los querellantes, insatisfechos con la resolución, introduzcan motivos y fundamentos” de su queja.
Los camaristas Gustavo Micheli, Pedro David y Juan Fégoli fueron los que ayer firmaron dos resoluciones paralelas. La primera responde a la apelación del fiscal Plee y la segunda, a la de Abraham Kaúl, como titular de la AMIA, y a Jorge Kirszenbaum, como vicepresidente de la DAIA.
Originalmente, las apelaciones se presentaron ante el propio Tribunal Oral, que rechazó los recursos porque consideró que una vez que está el fallo no se puede apelar argumentando que las pruebas y los hechos son distintos a cómo se plantearon durante el juicio. Ahora, la Sala II contradice a los integrantes del Tribunal Oral –Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo– y sostiene que corresponde abrir la apelación y que la propia Sala II escuchará los argumentos del fiscal, por un lado, y de AMIA-DAIA, por el otro. Como es obvio, pueden ocurrir tres cosas: que la Sala II de Casación ratifique totalmente el fallo del Tribunal Oral, que ratifique una parte y revoque otra, y –lo más improbable, pero no imposible– que anule todo el juicio oral.
El Tribunal Oral fue lapidario. Absolvió a todos los acusados considerando que en los tres años de juicio no se probó que tuvieran relación con el ataque contra la mutual judía. Es más, evaluó que toda la investigación fue un armado “al servicio de políticos inescrupulosos” y ordenó que se abran causas judiciales por irregularidades a una larga lista de funcionarios políticos y judiciales, empezando por el propio juez de la causa, el destituido Juan José Galeano.
El observador de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, el chileno Claudio Grossman, emitió un dictamen sosteniendo que el juicio fue limpio y sin irregularidades, mientras que la administración del presidente Néstor Kirchner aceptó ante la OEA la responsabilidad del Estado argentino en la falta de una investigación adecuada.
Sin embargo, las querellas de AMIA y DAIA no aceptaron el fallo y siguen apuntando a los policías y a Telleldín como cómplices del atentado. Hay un punto neurálgico de la resolución del Tribunal Oral que cuestionan. Los jueces argumentaron que a partir de octubre de 1995 se armó, entre el juez, la SIDE y la Casa Rosada, una pista falsa que buscó echarles la culpa a los policías. Para ello se armó un expediente paralelo, conocido como Brigadas, en los que se investigó a los policías. Los jueces del Tribunal Oral anularon toda lo realizado por Galeano a partir de ese momento y, sobre esa base, absolvieron a los policías y a Telleldín. En el fallo, no obstante, los jueces igualmente dejaron en claro que no existían pruebas para inculpar a los que estaban sentados en el banquillo de los acusados. Ahora Casación evaluará si esa nulidad fue correcta o no. El proceso promete ser largo y tortuoso.