Sábado, 14 de enero de 2006 | Hoy
Con el debate por el acuerdo entre Uruguay y Estados Unidos, resurge el intríngulis de las asimetrías comerciales. Funcionarios de ambos lados del río señalan las debilidades del bloque regional.
Luego de desmentir un inminente acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, retomó la posición de Tabaré Vázquez en la cumbre de Mar del Plata: que sería deseable ese acuerdo, siempre y cuando se logre primero la autorización de sus socios del Mercosur y si Washington acepta negociar los productos sensibles, cuya importación grava con impuestos altos. Detrás de la polémica por el hipotético acuerdo, Uruguay y Argentina reflotaron la discusión sobre las asimetrías comerciales en el Mercosur. El ministro de Turismo de Uruguay, Héctor Lescano, pidió que se revisen esas disparidades en el bloque, que “no pasa por su mejor momento”, dijo. El secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería argentina, Alfredo Chiaradía, destacó que este reclamo “es reflejo del que viene haciendo la Argentina” a Brasil. “Ahora la insatisfacción de un miembro hace correr riesgo al Mercosur”, aventuró el funcionario.
“Si Estados Unidos elimina la lista de 300 productos sensibles, como la carne, la lana, ¿cómo no voy a ser partidario de un Tratado de Libre Comercio que nos permita entrar con arancel cero a un mercado tan importante como el de los Estados Unidos?”, se preguntó Gargano y, sin esperar respuesta, respondió que tiene “la certeza de que la otra parte va a negociar con todas las cartas sobre la mesa y diciendo que el libre comercio es para todos los productos no para siete u ocho que mi país no produce”. Poco después, su jefe de gabinete, Federico Gomensoro, salió a aclarar que este acuerdo bilateral se negociará “si se lograra gestionar con el Mercosur un permiso”. Los cancilleres Jorge Taiana, por la Argentina, y Celso Amorim, por Brasil, habían advertido anteayer que si Uruguay negocia un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos tendría que abandonar el Mercosur.
“El tema (del tratado de libre comercio) aún no ha ingresado a la agenda del gobierno y no ha sido planteado por el presidente Vázquez”, afirmó ayer Lescano para poner paños fríos al debate. Anteayer, tanto Estados Unidos como Uruguay tuvieron que desmentir que estuviera consumado el tratado, luego de que lo afirmase el senador republicano Mel Martínez, de visita en la Argentina. Lescano advirtió que “el Mercosur no pasa precisamente por su mejor momento”, aunque ratificó que el gobierno de Vázquez “expresó siempre una decidida voluntad mercosureña y una decidida voluntad de integración regional”.
El secretario de Turismo abogó porque “se reconstruya el tejido (del Mercosur), que está un poco lastimado”. En concreto, pidió que se discuta la necesidad de “mejorar equilibrios” dentro del bloque. Consideró que “deberían existir mejores equilibrios hacia los países menores en términos de territorio, porque tenemos en la región nuestra historia y nuestra identidad”. “Tenemos la sensación de que se acentúan esos desequilibrios que no son precisamente los que mejor ayudan a un proceso de integración que por sí mismo es complejo”, remarcó.
Del otro lado del río, Chiaradía coincidió con Lescano sobre el reclamo por las asimetrías. La Cancillería argentina busca que Brasil flexibilice algunas de sus posiciones más duras, como el otorgamiento de subsidios o la aplicación de medidas paraarancelarias. “A las asimetrías hay que atenderlas. La Argentina lo planteó y, como no fue escuchada, el problema se acentuó tanto que ahora la insatisfacción de un miembro hace correr riesgo al Mercosur”, aseguró el funcionario, que pidió “paciencia” para no “tirar a la basura el proyecto” del bloque regional. Chiaradía le apuntó a Brasilia, cuando auguró que “este statu quo sólo para Brasil, que algunos quieren mantener, lleva a la destrucción del Mercosur”.
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