Finalmente Alberto Kohan se sentó en el banquillo de acusados para rendir cuentas sobre su patrimonio. Convocado a una audiencia por el juez federal Ariel Lijo para justificar su patrimonio de cuatro millones de dólares, el ex secretario general de la Presidencia de Carlos Menem intentó demostrar que obtuvo lo que tiene de acuerdo con el derecho. Justificó sus posesiones en los ingresos de su mujer y en lo que él ganó gracias a los “gastos reservados”. Aunque el ex funcionario abundó en detalles, cuando terminó la audiencia no quedaba en claro cómo hizo para mantener sus propiedades durante años. A partir de ahora, Lijo tiene diez días para confirmar o rechazar el procesamiento.

Kohan llegó a los tribunales de Comodoro Py preparado para la audiencia de defensa. Un día antes y a través de sus abogados, el ex secretario general de la Presidencia había enviado al juzgado un abultado informe escrito con los argumentos que, a su criterio, justifican el patrimonio de cuatro millones de dólares logrado durante su período en la gestión pública de 1989 y 1999. El informe con abultados datos contables y argumentaciones basadas en el derecho y en los hechos fue la base de la declaración del ex funcionario. Kohan, de hecho, permaneció durante una hora y media en el juzgado pero no declaró, le pidió al juez que se “remita al escrito”.

Hasta la presentación del escrito de ayer –que deberá ser evaluado en los próximos días–, la fiscalía de Federico Delgado a cargo de la investigación había dado por probado el aumento del patrimonio de 600 mil dólares a 4 millones con un patrimonio que incluiría unas nueve propiedades, entre otras una casa en San Isidro valuada en 1,5 millón de dólares y un departamento en Punta del Este de 250 mil dólares, además de tres embarcaciones y cuatro autos de lujo.

Sobre estos puntos, Kohan contrapuso dos argumentos de peso, los ingresos que había logrado gracias al trabajo “complemente en blanco” y demostrable de su mujer, Martha Silvia Franco. Abogada, con altos ingresos en honorarios y propietaria de los abultados ingresos dispensados por el Registro Automotor de propiedad ubicado en Vicente López, sería quien aportó buena parte de los ingresos en “blanco” gracias a los cuales Kohan asegura poseer lo que logró.

La otra explicación central del ex funcionario menemista, aparentemente más difícil de sostener en el tiempo, son el origen de los recursos que usó para justificar parte de sus compras. Un origen que de acuerdo con su declaración habría logrado de la capitalización de los “gastos protocolares”, los sobresueldos a los que define como gastos reservados. Hasta antes de esta presentación, Kohan había dicho que cuenta con “todas las pruebas que el juez pida para demostrar que todo lo que tengo ha sido comprado en forma honesta, honrada, como corresponde”. Por esa razón, siempre dijo que no tenía nada que ocultar, incluso sobre sus propiedades, dado que están todas bajo su propio nombre. “Si uno tiene intención de hacer algo fuera de la ley lo va a hacer a nombre de alguna sociedad en el exterior.” Y en ese sentido, recordó tiempo atrás que lo mismo sucede con el departamento uruguayo: “Yo tengo hasta mi departamento de Punta del Este a nombre mío; no sé cuántos pueden decir lo mismo”.

El informe presentado en el juzgado da cuenta de estos detalles con anotaciones técnicas, contables y jurídicas. Aun así, las pruebas acumuladas en la causa podrían hacer tambalear argumentos, lógicas y estrategias de defensa. Si es así, en diez días el juez Lijo dictará el procesamiento del ex funcionario.