Domingo, 21 de mayo de 2006 | Hoy
Erkki Varis, presidente de Botnia, dice que espera que el conflicto entre Argentina y Uruguay por las pasteras se resuelva en La Haya. Prevé inaugurar la planta de Fray Bentos en 2007.
Se lo ve austero como a todos los finlandeses. Rubio en exceso, tenso ante la decena de periodistas argentinos que lo interrogan con un estilo al que no está habituado. A los 57 años lleva más de treinta en Botnia y jamás parece haber soñado que podría estar en el centro de un conflicto internacional entre Argentina y Uruguay. Erkki Varis es el presidente de la empresa finlandesa que decidió instalar una de las papeleras más grandes del mundo en Fray Bentos y desató todos los temores de los vecinos de Gualeguaychú, por la posible onda expansiva de la contaminación. Varis se relaja cuando le preguntan si vio a la reina de Gualeguaychú en la Cumbre de Viena. “¡Sí, es bonita!”, dice y suelta una carcajada: “La vi de espaldas”, abunda como si hiciera falta. El recreo fue después de la charla en la que confirmó que “la fecha prevista para la inauguración de la planta es el tercer cuatrimestre del 2007”. Destacó que el entredicho entre ambos países “disminuye las ganas de invertir” y advirtió que una posible suspensión de las obras no “beneficia a nadie”.
Conoce Buenos Aires hace más de veinte años y comenta que hace seis meses fue la última vez que estuvo porque “siempre tomaba el vuelo vía Madrid, llegaba a Buenos Aires y me iba en coche a Fray Bentos. Nunca tuve problemas. Supongo que la ruta ahora está abierta”, señala.
–¿Botnia va a invertir en la Argentina?
–Ahora no lo tenemos pensado porque el proyecto de Fray Bentos es inmenso, nos consume todos los recursos. Argentina es muy interesante para la industria forestal. Hay muchas plantaciones en Entre Ríos y Misiones.
–¿Habló alguna vez con el presidente Néstor Kirchner?
–No. Los reyes hablan con los reyes. Es muy difícil opinar de Kirchner porque no lo conozco.
–¿Y con el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez?
–Sí.
–¿Es un rey?
–No, una empresa privada puede conversar con el gobierno donde está ubicada. Tuvimos conversaciones informales con argentinos.
–¿Con quiénes?
–Con autoridades medioambientales y de la comisión de seguimiento del río Uruguay. Nosotros sólo dialogamos con autoridades de los gobiernos donde estamos.
–¿Por qué entonces dialogaron con funcionarios argentinos?
–Queríamos facilitarles información a todas las partes involucradas y lo hicimos a partir del año 2003.
–¿Cuál es la preocupación de Botnia por temas ambientales?
–El mayor impacto ambiental es el impacto en el tránsito. El transporte de la madera a la planta de Fray Bentos va a ser de cientos de camiones por día para llevar los troncos.
–¿Qué pasará con los olores?
–Si hay, será de vez en cuando. Generalmente hay olores al lado de la planta o en áreas muy cercanas.
–¿Usted dice que no va a haber efectos transfronterizos?
–Hicimos un estudio detallado del impacto medioambiental en el río, en el área de difusión de gases fétidos y por la combustión. Los impactos en el río son ínfimos, ni siquiera se pueden medir. El permiso medioambiental que nos dieron es más estricto que para ninguna planta en Finlandia.
–¿Le preocupa el fallo del Tribunal de La Haya?
–No estoy preocupado, hasta puede ser bueno que el conflicto se solucione en La Haya.
–¿Le preocupa que el fallo no sea favorable a Uruguay?
–Contamos con expertos en derecho internacional y todos opinan que Uruguay no violó el tratado de aguas fronterizas. La Haya da una pauta de cómo interpretar el tratado. No es nuevo que un país cite a su vecino a La Haya. Finlandia citó a Dinamarca por la construcción del puente de Store Valet. Hoy el puente está y la relación es excelente. Dinamarca pagó indemnizaciones a las empresas finlandesas que tuvieron problemas.
–¿Durante el diferendo se siguió construyendo el puente?
–Sí.
–En un momento del conflicto Uruguay pidió que se levantaran los cortes del puente y Argentina que se suspendiera la obra para realizar el estudio de impacto, Botnia dijo que sí pero después revió esa actitud, ¿por qué?
–Para que los presidentes de Argentina y Uruguay se reunieran en Chile en marzo pasado, Botnia informó que durante cierto período no instalaría las maquinarias, pero se hizo el acuerdo de continuar las obras.
–¿Con quién se acordó?
–Con el gobierno de Uruguay.
–¿Hay chance de parar la obra?
–No lo vemos necesario. Todos los estudios de impacto medioambiental se pueden hacer con la obra en curso. Paralizarla es muy difícil, hay mucha gente trabajando y más de cien proveedores de diferentes partes del mundo.
–¿Qué pasaría si Uruguay pide la suspensión de la obra?
–El gobierno debería presentar una solicitud oficial. Pero, ante los proveedores, necesitamos una causa de fuerza mayor que lo justifique.
–¿Suspenderían si lo pide oficialmente y alguien paga a los trabajadores y proveedores?
–Los sueldos de los trabajadores serían un costo menor, pero la interrupción de las maquinarias costaría mucho y no creo que el gobierno uruguayo tenga plata para hacerlo.
–El informe del Banco Mundial dice que la información de Botnia es insuficiente, la empresa dice que está y que el BM no la encuentra en las 2000 páginas del trabajo, uno se pregunta si el BM no está a la altura de las circunstancias o si Botnia no informa bien.
–La empresa contempló todo en el informe. Los consultores canadienses piden más información sobre lo que sucede dentro de la planta y con las autoridades medioambientales uruguayas nos pusimos de acuerdo en que todos los detalles del proceso se van a facilitar con la instalación de las maquinarias antes de poner en marcha la planta. Obviamente estamos dispuestos a facilitar información. En Europa no interesa el interior de la fábrica sino las emisiones y el impacto ambiental.
–¿Les preocupa que el Banco Mundial no otorgue los créditos?
–Nos molesta obviamente el tiempo que se tomó para la financiación, pero lo resolvimos por otro camino.
–¿En algún momento evaluó el cambio de lugar de la planta?
–No lo veo necesario, los impactos medioambientales son muy bajos. Fray Bentos fue elegido porque está cerca de las plantaciones y del río Uruguay. Es óptimo, no es casual que también lo haya elegido Ence.
–¿Sería mejor para Botnia que Ence no se instalara?
–Estamos acostumbrados a competidores en todas partes del mundo.
–¿Qué opina de los funcionarios argentinos que fueron a Washington a hacer gestiones para que no se otorgue el crédito del BM?
–En un mundo libre, todo el mundo puede ir donde quiera.
–¿Qué le preocupa de la situación?
–Que la relación entre dos países amigos haya llegado a este punto. La gente común sufrió y perdió mucho por los cortes. Me preocupa que enGualeguaychú la gente tenga miedo de que le destruyamos la naturaleza. Sobre el corte en los puentes, creo que ningún acto ilegal es correcto.
–¿Iría a Entre Ríos a explicar?
–Podría, no creo que me crean.
–Gualeguaychú recibió cuatro versiones, de Ence, de Botnia, de Uruguay y de Argentina. Entre las cuatro hay incongruencias, ¿no hay posibilidades de que se reúnan y definan parámetros?
–No tendría nada en contra de que hubiera una parte imparcial que reúna a todas las partes. En Argentina podría ser un instituto de investigación del Estado como el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y el equivalente en Uruguay. Podrían monitorear las plantas.
–¿Hace falta un mediador político?
–Podría ser, pero este asunto es científico y técnico.
–Hay estudios para instalar una pastera en Corrientes, ¿qué le recomendaría a la empresa?
–No sé nada de ese proyecto, ni soy quién para recomendar, pero es obvio que este tipo de peleas disminuye las ganas de invertir en Argentina y Uruguay.
–¿El conflicto afecta la imagen de Botnia?
–La imagen lamentablemente en Argentina es pésima, pero en Uruguay y Europa nuestra imagen medioambiental es muy buena. Somos líderes.
–¿Cuál es el impacto para el gobierno de Finlandia?
–El gobierno está consciente y hemos estado en contacto con autoridades medioambientales finlandesas, ellas han visitado Argentina y Uruguay y le han ofrecido capacitación para sus autoridades.
–¿Le pidió algo el gobierno de Finlandia?
–No.
–¿Tuvo algún contacto con el gobernador de entre Ríos, Jorge Busti?
–Nunca. En el 2003 estuvo en Finlandia recorriendo las plantas el ahora secretario de Medio Ambiente provincial, señor Moguilner.
–¿Cuál es la solución?
–Que los países busquen un acuerdo.
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