El trámite fue muchos más sencillo de lo esperado. Con quórum propio suficiente, el oficialismo de la Cámara de Diputados logró aprobar en la sesión de ayer una “preferencia” que le permitirá debatir hoy en el recinto el proyecto que reglamenta los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y que ya cuenta con media sanción del Senado. Para convertirlo en ley, el bloque del Frente para la Victoria necesitará una mayoría especial de 129 votos (la mitad más uno de todos los miembros de la Cámara Baja), que lograría sentando en las bancas a sus 117 diputados propios y a los ex duhaldistas del Peronismo Federal, ahora aliados del Gobierno.

La iniciativa –que reglamenta la creación de la Comisión Bicameral Permanente que debe estudiar los decretos– regula la intervención del Congreso en los DNU de delegación legislativa y de promulgación parcial de leyes, dictados por el Poder Ejecutivo. De acuerdo con el proyecto impulsado en el Senado por Cristina Fernández de Kirchner, los decretos deben ser revisados por la comisión (integrada por ocho diputados y ocho senadores) que deberá expedirse acerca de su validez de los DNU antes de pasar a ambas cámaras, las cuales no tienen plazo para expedirse.

A diferencia de la propuesta oficial, la oposición quiere definir un término perentorio para el tratamiento por parte de ambas cámaras y, en caso de cumplirse sin un pronunciamiento expreso, provocar automáticamente la nulidad de los decretos en discusión. Así lo plantearon, con diferentes matices, la UCR, el ARI y PRO, que también darán pelea en el recinto.

La sesión fue convocada para las diez de la mañana, aunque nadie cree que comience antes de las once. Hasta entonces, el oficialismo seguirá de cerca un conteo de los diputados que garanticen el quórum y el tratamiento del proyecto, y que anoche incluía también a los legisladores alineados con los gobernadores radicales que propician la concertación con el Gobierno.