Se lo suele tildar de oficialista. Probablemente por eso Hugo Moyano utilizó el Comité Central Confederal, un ámbito en el que salen a superficie los aires más combativos de la CGT peronista, para marcar diferencias con la administración Kirchner. Y lo hizo defendiendo un proyecto propio de accidentes de trabajo, que muestra ostensible distancia del redactado en la Casa Rosada.

No fue sólo Moyano. También lo hizo otro referente de la central obrera, Gerardo Martínez, quien advirtió tajantemente que el único proyecto de ley de accidentes de trabajo que apoyan es el escrito por el asesor laboral de la CGT, Héctor Recalde, y que la única forma de modificarlo es con otro Confederal o Congreso. La aclaración del dirigente de la construcción vino a cuenta de las versiones que hablaban de un proyecto de ley consensuado entre la central sindical, el Gobierno y la Unión Industrial.

¿Las diferencias? Son varias y sustanciales. Los siguientes son algunos ejemplos:

- La CGT quiere que haya mayor participación en el control y que éste alcance a todos. El proyecto del Gobierno plantea la conformación de un comité mixto y únicamente para controlar empresas de 150 o más trabajadores.

- El sindicalismo también se opone a reducir la indemnización en caso de que el accidente se produzca in itinere (o sea en el trayecto del trabajo a la casa o de la casa al trabajo).

- A diferencia del Gobierno, la CGT no quiere un proyecto excluyente, donde el trabajador deba optar entre cobrar una indemnización o ir a juicio. Recalde no ve razón por la cual el trabajador no pueda ir a juicio si considera insuficiente la indemnización.