El Mercosur concluirá hoy en Montevideo el debate que arrancó ayer acerca de cómo se instrumentarán sus nuevas instituciones, incluyendo el Observatorio Electoral, la herramienta con la que el bloque monitoreará las elecciones que se realicen de ahora en más, comenzando con las presidenciales de Brasil y Venezuela este año y siguiendo con las de Paraguay y Argentina el próximo. “No es justo que nadie venga a calificarnos, somos nosotros quienes podemos evaluar y profundizar nuestra democracia”, justificó el presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, Carlos “Chacho” Alvarez, la creación del nuevo organismo, que ya tuvo un bautismo “ad hoc” en la delegación que controló los comicios en Bolivia en los que resultó electo Evo Morales.

En realidad serán tres los organismos que se crearán, todos ellos consecuencia de lo resuelto en la reciente Cumbre de Córdoba: el Instituto Social, la Escuela de Capacitación y el Observatorio Democrático, que incluirá el Electoral. Qué tan rápido sean puestas en marcha tiene que ver con la intención de Chacho de llevar a la práctica su prédica de una mayor institucionalidad del Mercosur como respuesta a algunos de sus variados problemas internos. “Tenemos que dar un salto hacia una construcción más integral, que trascienda lo puramente comercial y dé respuestas a las demandas sociales”, insistió ayer Chacho al abrir las jornadas de trabajo de los funcionarios de los cinco países integrantes del Mercosur en la sede del bloque en la capital uruguaya.

Una de las muletillas de Chacho –en la que también insisten los presidentes, especialmente el recién incorporado venezolano Hugo Chávez– es que el bloque debe superar la impronta economicista con la que se desarrolló en los noventa para construir “la cara social del Mercosur”. “La desigualdad social es un problema de toda la región, incluso los países que han crecido en forma exitosa como Chile”, insistió Alvarez. De ahí la idea del Instituto Social, a través del cual imaginan el lanzamiento de dos o tres programas de alcance regional. Como idea, ayer se tiró la posibilidad de un programa de becas –similar al Erasmus que funciona en la Unión Europea–, un programa de combate a la pobreza y la indigencia y otro para eliminar el trabajo infantil.

En cuanto a la Escuela de Capacitación, imaginan que en pocos años se podrá instruir a unos 500 funcionarios “formados en la administración pública integracionista, que tengan interrelación con sus pares de los otros países del bloque”, según se explicó ayer.

Pero, sin dudas, en lo inmediato la iniciativa más llamativa será la del Observatorio Democrático y su función electoral. Alvarez explicó que en su participación en foros internacionales había notado “gran incomprensión” de los procesos políticos en la región, dado que en el Primer Mundo les cuesta entender las crisis profundas que muchas veces deben atravesar los países latinoamericanos y mencionó los casos de Bolivia y Venezuela, hoy bajo el escrutinio del Norte. De ahí, la creación de un organismo propio para observar el desarrollo de los comicios por especialistas que conozcan el terreno, para lo que acudirán en consulta a jueces electorales de cada país. La intención es que la primera misión del organismo sea en Brasil en octubre, siguiendo en diciembre con las de Venezuela. El año que viene será el turno de Paraguay y la Argentina. En todas, por lo que sabe, los presidentes son favoritos para ser reelectos.