Habían pasado las diez de la noche cuando el presidente electo de México, Felipe Calderón, ingresó con una pequeña comitiva al despacho del presidente Néstor Kirchner. El inusual horario de la entrevista era mucho más que una anécdota. Calderón había llegado a Buenos Aires apenas unos momentos antes. La visita tiene tiempos más que apretados. A primera hora de hoy partió rumbo a Brasil, punto final de un tour latinoamericano que lo llevó a visitar nueve países de América latina en una semana, un verdadero record. Para el gobierno argentino el encuentro también es algo más que un gesto diplomático. Es la posibilidad de mejorar un vínculo que luego de la Cumbre de las Américas, realizada en octubre pasado en Mar del Plata, se redujo a la mínima expresión. Los cuarenta minutos que duró el encuentro entre Kirchner y Calderón dejaron en claro la importancia que para ambas partes tenía la reunión.

Calderón ingresó a La Rosada, acompañado por la embajadora de México en la Argentina, María Cristina de la Garza Sandoval; el coordinador general del Equipo de Transición de México, Juan Camilo Muriño, y el coordinador de Asuntos Internacionales, Arturo Sarukhan Jana. Kirchner estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Ante la ausencia del canciller Jorge Taiana, de gira por Rusia, estuvo presente el vicecanciller, Roberto García Moritán.

Calderón asumirá como presidente de los mexicanos el 1º de diciembre. La Justicia mexicana respaldó su triunfo después de rechazar las impugnaciones formuladas por el candidato del PRD, Andrés López Obrador, quien aún se resiste a reconocer su derrota. A diferencia del actual presidente, Vicente Fox, también del PAN, que hizo de su relación con los Estados Unidos, la razón de ser de su política exterior, en sus primeras declaraciones luego de electo Calderón prometió un acercamiento con América latina.

Algo no menor si se tiene en cuenta que Fox no solamente tuvo duros cruces verbales con Néstor Kirchner por su insistencia en la defensa de la iniciativa del Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA). La pelea estalló en la Cumbre cuando Fox decidió llevar la voz cantante de los intereses de la Casa Blanca mientras George Bush, también presente, prefería un discreto segundo plano. Las ambiciones del mexicano chocaron en Mar del Plata con la oposición de los presidentes del Mercosur y el venezolano Hugo Chávez. Luego de aquello, Kirchner y Fox siguieron su intercambio a través de los medios y el vínculo quedó en el freezer.

La semana pasada, en declaraciones al diario La Tercera, de Chile, Calderón mostró una inclinación continental que, de cumplirla, lo colocaría en los antípodas de Fox. “Sabemos que Calderón no es López Obrador, con quien nosotros teníamos más afinidad”, explicaba un habitante de la Casa Rosada horas antes del encuentro con el presidente electo. “Calderón es derechista y está vinculado al Opus Dei, pero creemos que tiene una vocación real de acercarse a Latinoamérica”, añadían.

Según las versiones circulantes en Gobierno, Calderón incluyó la parada argentina en su raid luego de las gestiones del embajador en México, Jorge Yoma. Fueron apenas unas horas, pero el gesto bastó para demostrar que existe la intención de ambas partes de restablecer las relaciones entre ambos países, que históricamente fueron buenas. Incluso, en Cancillería, destacan que pese al vínculo deteriorado, a nivel comercial el intercambio siempre fue para arriba.