El hielo entre Roberto Lavagna y Mauricio Macri creció varios centímetros esta semana, tras el lanzamiento del ex ministro de Economía. En el macrismo dejaron en claro que su líder no se bajó. Para demostrar que siguen en pie sus intenciones de competir por la presidencia, el empresario decidió incluso hacer un acto en Lanús mañana, cuando vuelve de sus vacaciones en Punta del Este. A la distancia que tomó Macri, se sumó el líder de Recrear, Ricardo López Murphy, quien destacó que “hay actitudes individualistas que hacen imposible cualquier acuerdo”. Desde el macrismo, el diputado Federico Pinedo ofició de portavoz del presidente de Boca: “No hay posibilidad de diálogo. Si no se puede discutir de programa, ni de candidaturas, ¿de qué quiere que hablemos? ¿De cine?”, ironizó.

López Murphy nunca fue partidario de acordar con Lavagna. Los contactos que tuvieron dirigentes macristas con el ex ministro no hicieron más que enfurecerlo a fines del año pasado. Ante el anuncio de Lavagna de que competirá por la presidencia, señaló que no habrá ningún acercamiento. El ex ministro de Defensa de la Alianza destacó que para establecer un acuerdo se deben respetar “las reglas de seducción de una pareja”. “No hay condiciones para facilitar la unificación de un amplio frente opositor, ni tampoco existe un debate para unir a gente que piensa tan distinto sobre la mayor parte de los temas”, dijo el Bulldog.

Según comentaban en Recrear, López Murphy es otro de los posibles candidatos de PRO a presidente, si Macri decide bajar a la Ciudad. Incluso algunos dirigentes creían en la posibilidad de que se presentara para dos cargos: para presidente y para diputado por la provincia de Buenos Aires.

“Lavagna puede creer que Macri sería el candidato en la Ciudad, pero no que PRO va a abandonar el espacio nacional”, comentaban en PRO.

Puentes dinamitados

A diferencia de López Murphy, Macri intentó la posibilidad de un diálogo, al que convocó públicamente cuando dijo que podía ser “hasta aguatero”. Lavagna respondió que lo consideraba un dirigente “de la derecha, del conservadurismo” y el líder de PRO le devolvió la cortesía, asegurando que era un “antiguo”. Los puentes, que se cortaron con la publicación de la solicitada donde Lavagna delineaba su programa de gobierno, prácticamente fueron dinamitados ante el anuncio de esta semana.

Desde Salta, donde está pasando sus vacaciones, Pinedo descartó que pueda haber un “diálogo abierto” con el espacio de Lavagna. El jefe del bloque de PRO aseguró que “no va a haber reuniones con gente que no tiene respeto por Mauricio Macri. Tienen demasiada falta de respeto por un dirigente que sacó dos veces 37 por ciento en la Ciudad”.

“Además, no sé para qué serían las reuniones”, sostuvo el diputado macrista. En el entorno del empresario consideraban que Lavagna pide que se bajen sin ofrecer nada a cambio. Quizá porque cree que Macri de todas formas competirá en la Ciudad. “No nos erotiza mucho Lavagna para abandonar la carrera política por su solo deseo. Si quiere hacer una elección solitaria, vamos a confrontarlo”, desafió Pinedo.

En PRO estimaron que el lanzamiento de Lavagna fue un intento de “reposicionarse, porque no había logrado instalarse desde que hizo el anuncio hasta ahora”. Imaginan que de presentarse Macri, será “el candidato más poderoso de la oposición” y que polarizará con el candidato del Gobierno (dejando a Lavagna a una saludable distancia).

Aunque existen aún dirigentes con un perfil más dialoguista, que plantean que “en la segunda quincena de enero se puede retomar el diálogo”, Macri no estaba por estos días con ánimos para escuchar esa posibilidad. En su fuerza, sin embargo, esperan continuar con las iniciativas comunes en el Congreso contra el Gobierno.

Los idus de marzo

Macri dejó en claro que no adelantará su decisión sobre las candidaturas, que se sabrá recién a comienzos de marzo. “El lanzamiento no nos cambia los tiempos”, acotó López Murphy. Al armado que existe en PRO, se podría sumar la corriente que dirige el ex gobernador misionero Ramón Puerta. “Su armado no es exactamente lo que hubiésemos hecho nosotros, pero es amigo”, definió un dirigente macrista. También intentará conservar a buena parte de los partidos provinciales, nucleados en el Movimiento Federal.

Los dirigentes de ese grupo se mostraron enojados con el alejamiento entre Lavagna y Macri, dado que habían hecho más de un intento por acercar posiciones. Incluso amenazaron retirar el apoyo a PRO. “Queremos un solo candidato y si persisten en cumplir ambiciones personales le hacemos el juego fácil al kirchnerismo”, se quejó Gabriel Llano, del Partido Demócrata de Mendoza.

Otra incógnita es qué hará el gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch. El siempre planteó que quiere que Macri baje a la Ciudad y le permita competir con Lavagna. “Estamos muy contentos con que se presente. Los que nos complica es si se presenta Macri”, comentaban cerca del neuquino. Por su parte, de vacaciones en Uruguay (muy cerca de donde está Macri), Puerta insistió en que “lo más inteligente para la oposición sería que Lavagna, Macri y el peronismo no oficial logremos un acuerdo electoral”. La posibilidad, por ahora, se encuentra muy lejos.