Roberto Lavagna mandó ayer a uno de sus escuderos a poner freno a sus socios radicales que tratan de condicionarlo para que lleve a un hombre de ese partido como compañero de fórmula. “¿Para qué seguir insistiendo, si ya todos saben que Lavagna no es presionable?”, se preguntó con ese propósito Alejandro Rodríguez, uno de los hombres más cercanos al ex ministro de Economía. Salió así al cruce de Federico Storani, quien se autopostuló para acompañar a Lavagna como candidato a vicepresidente.

Las idas y vueltas entre lavagnistas y radicales forman parte del juego de presiones previo a la definición de la fórmula que la coalición que conforman presentará para las próximas elecciones. El radicalismo debe refrendar formalmente su sociedad con Lavagna en la convención prevista para el 23 y 24 de marzo próximos y quienes conducen los hilos de la UCR quieren llegar a esa instancia con un pronunciamiento del ex ministro de Economía de que su compañero será un hombre de ese partido.

Puesto a contestar a sus socios, Rodríguez afirmó: “El poder financiero internacional y la propia Casa Rosada hace tiempo aprendieron que no se lo puede presionar a Lavagna. Entonces, no tiene sentido seguir insistiendo”.

Las declaraciones de Rodríguez fueron una respuesta a Storani, quien trató de marcar la cancha de los lavagnistas. “Hasta aquí, el socio mayor (de la coalición encabezada por Lavagna) es el radicalismo y, por lo tanto, tiene que formalizarse el planteo de la conformación de una fórmula y también la de equipos técnicos para ver las políticas de Estado”, manifestó el diputado radical y se quejó de sus socios, porque “lo que está ocurriendo es que la integración de esos equipos técnicos está demorada”.

Storani sostuvo que “hay que poner en debate aquellas cosas que incluso trascienden a los candidatos”, pero no dejó pasar su aparición en radio América sin incluirse en la nómina de posibles compañeros de fórmula de Lavagna: dijo que si el partido decidiera postularlo para ese cargo, “no eludiría la responsabilidad”, aunque aclaró que privilegia “el proyecto por sobre cualquier tipo de candidatura”.

Lo que Storani remarcó fue que “un hombre o mujer del radicalismo tiene que integrar esa fórmula” con Lavagna y enfatizó: “Eso está clarísimo porque es una estructura nacional que implica la posibilidad de que tenga una extensión territorial que, de otra forma, no tendría”.