EL PAíS › ACUSACIONES CRUZADAS EN EL CIERRE DE CAMPAÑA PARA LA GOBERNACION

Final con pimienta en Catamarca

El oficialismo del Frente Cívico y el justicialista Luis Barrionuevo cerraron sus campañas para las elecciones de mañana.

 Por Miguel Jorquera
Desde San Fernando del Valle de Catamarca

El cierre de campaña le puso algo de pimienta a la –hasta ahora–- anodina disputa electoral catamarqueña. El gobernador y candidato a la reelección por la “concertación plural” entre el oficialista Frente Cívico y el kirchnerista Frente para la Victoria, Eduardo Brizuela del Moral, responsabilizó a Luis Barrionuevo por los piquetes que cortaron todo San Fernando del Valle de Catamarca y lo obligaron a suspender varias actividades proselitistas. Los hombres del candidato del Frente Justicialista por la Dignidad anunciaron que el líder gastronómico denunciaría el “pago con las arcas provinciales de un millón de dólares” por una encuesta que publicó una diario local y que le otorga a Brizuela 40 puntos de ventaja sobre el PJ; pero Barrionuevo decidió dar marcha atrás con la denuncia y desarticuló la rueda de prensa. Ambos tuvieron su propia caravana que los paseó más de cuatro horas montados en un camión por la capital y las zonas periféricas, que aportan el 58 por ciento del electorado de la provincia.

“Barrionuevo es una persona conocida por todos y tiene su metodología, ahora los han maquillado un poco, pero ustedes han visto en las últimas 48 horas algunos incidentes, no son por casualidad. Catamarca no tenía eso hace cuatro años”, soltó Brizuela del Moral a los periodistas y antes de subirse ayer por la tarde al camión que lo pasearía por toda la capital.

La llovizna que no cesó durante todo el día de ayer logró apagar el horno que llevó a 40 grados la temperatura sobre San Fernando del Valle y puso en duda la caravana oficialista, que comenzó recién a las 7 de la tarde todavía bajo las nubes amenazantes. Pero el agua no encogió a los partidarios del gobernador, que armaron una larga fila de vehículos para acompañarlo.

Adornado con las banderas tradicionales del Frente Cívico –verdes, rojas y blancas a rayas horizontales–, el camión descubierto llevaba en lo alto de su carrocería a Brizuela y a su compañera de fórmula, la kirchnerista Lucía Corpacci, que apadrina el ex cuñado presidencial Bombón Mercado.

Vestido de sport y muy prolijamente peinado, a Brizuela no se le movió un pelo para afirmar que el acuerdo con el kirchnerismo provincial no significa un respaldo al presidente en las elecciones de octubre: “Eso lo va a decidir el partido”, afirmó con poca convicción y la intención de no espantar este domingo votos de un radicalismo dividido, que incluso lleva candidatos propios en la capital catamarqueña.

Bien avanzada la noche, al cierre de esta edición, y después de acortar parte del recorrido de la caravana, Brizuela cerraba su campaña en un playón bajo la lluvia y no en el polideportivo de la capital como estaba previsto. Tampoco estuvieron los anunciados gobernadores radicales que más fervientemente apoyan la “concertación plural” con el kirchnerismo: el mendocino Julio Cobos y el santiagueño Gerardo Zamora. Prometieron su visita para el domingo, convencidos de que participarán del festejo.

Contra todas sus costumbres, la siesta catamarqueña fue ayer una usina de versiones. Los hombres de Barrionuevo arrojaban cifras sobre el supuesto costo de la encuesta. “Lo pagaron con dinero público”, afirmaban, y llagaron a cotizar en “un millón de dólares” el relevamiento que augura un triunfo del gobernador por “más de 40 puntos” sobre Barrionuevo. La conferencia de prensa en la que el gastronómico haría la denuncia finalmente se desmanteló. Aconsejado por su esposa, la diputada nacional Graciela Camaño, Barrionuevo dio marcha atrás.

Prefirió poner todo su esfuerzo en “garantizar que la gente vote el domingo”. El jueves por la tarde, Barrionuevo tuvo su propia caravana por Valle Viejo y San Fernando del Valle. No faltó nada de la iconografía justicialista: la marcha peronista no dejó de sonar a lo largo de las cuatro horas de recorrido, un colorido busto de una Evita joven en el techo de una camioneta, y hasta una imagen de la Virgen del Valle a bordo de descapotado Ford A.

“Vamos a pelear voto a voto”, dijo desde el acoplado de un camión a los centenares de militantes que se reunieron frente a la casa de gobierno provincial. “Sé que estamos mal en la encuestas, pero estamos bien con la gente. Vamos a dar una sorpresa”, profetizó ante los periodistas en medio de los relámpagos que anticipaban la lluvia y que parecían formar parte de los estruendosos fuegos artificiales con que el PJ cerró su campaña.

También ayer por la tarde, el fantasma de la quema de urnas de hace cuatro años se reflejó en algunos catamarqueños. Barrionuevo recibió a “un amigo”, el ex vicepresidente de Chacarita Armando Capriatti. “Venimos como punto pero el domingo podemos ser banca”, apostó Capriatti antes de sentarse a comer con una veintena de muchachotes, muchos de ellos con la camiseta del club de San Martín.

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Caravana del radical kirchnerista Eduardo Brizuela del Moral.
 
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