La dirigencia del ARI porteño se reunirá hoy en un congreso partidario para analizar el escenario planteado tras el anuncio de la líder de esa fuerza, Elisa Carrió, de que competirá en las elecciones presidenciales. La idea de las autoridades locales del partido es fijar un rumbo en medio de la desorientación que genera la incógnita con que la chaqueña viene manejando la designación del candidato que los representará en la disputa por la Jefatura de Gobierno porteño. “Nuestro candidato es Enrique Olivera. Si no, veremos qué hacemos”, advirtieron los hombres que manejan la estructura del ARI en la ciudad de Buenos Aires.

La definición de la conducción del ARI porteño en favor de Olivera busca condicionar a Carrió. La ahora ex diputada sigue alentado la posibilidad de que un extrapartidario sea finalmente el designado para representar al partido en las elecciones porteñas y desde su entorno restaron importancia al planteo de los dirigentes que tienen las riendas del partido en la Capital Federal, así como también a lo que puedan llegar a decir durante el encuentro de hoy.

Los dirigentes del ARI se reunirán a partir de las siete de la tarde en la sede partidaria de Rivadavia y Paraná. Allí darán continuidad a un congreso ordinario que había pasado a cuarto intermedio hace un par de meses. Todo indica que no tardarán demasiado en apartarse del libreto, porque el debate de la estrategia electoral y la falta de definición del candidato en la ciudad se impondrá al tratamiento de los asuntos institucionales del partido previsto en el temario original de la convocatoria.

La conducción del ARI porteño –encabezada por el legislador Fernando Cantero– rechaza la posibilidad de que la candidatura recaiga en el economista Alfonso Prat Gay. También se oponen a la postulación de la ex ministra de Trabajo aliancista Patricia Bullrich. Se trata de dos alternativas que evalúa Carrió, quien de todos modos no tiene la mejor de las relaciones con las autoridades locales del partido.

A esta altura, la candidatura de Olivera tampoco parece ser la solución: el ex jefe de Gobierno dejó trascender que ya no le interesa. En público, de hecho, insistió en que Carrió era la mejor candidata, aun después de que anunciara su decisión de anotarse en la presidencial.