Hasta ayer los obispos debatieron sobre el texto final del documento, que en forma de “exhortación pastoral” y con el título “El compromiso ciudadano y las próximas elecciones”, el Episcopado católico difundirá hoy, al finalizar su asamblea plenaria. El pronunciamiento se aguarda con expectativa después de que el cardenal Jorge Bergoglio, presidente de la Conferencia Episcopal, afirmó el lunes que “la Iglesia fue, es y será perseguida”, lo que motivó la réplica del presidente Néstor Kirchner, señalando su disposición a “poner la otra mejilla”, algo que no hacen “a veces ni quienes predican el Evangelio”. Según los trascendidos de fuentes eclesiásticas, el documento tendrá “sentido pastoral” y evitará el tono confrontativo, para apoyarse en “principios de la doctrina social de la Iglesia”.

A pesar del hermetismo que rodeó la asamblea –ahora mucho más de lo habitual en relación a los últimos plenarios episcopales–, se supo que el texto, cuya redacción inicial fue confiada a los obispos Jorge Casaretto (San Isidro y presidente de Pastoral Social) y Carmelo Giaquinta (emérito de Resistencia), recibió un número significativo de observaciones –“modos” en el lenguaje eclesiástico– antes de llegar a la aprobación mayoritaria del casi centenar de obispos presentes.

A juzgar por los temas que se estuvieron debatiendo y por las preocupaciones manifestadas por varios miembros de la jerarquía en las últimas semanas, el documento eclesiástico hará un llamado a la participación responsable de los ciudadanos, en particular de los cristianos en la vida política, advertirá sobre la importancia de la división de poderes en la vida democrática y encenderá luces de alerta sobre lo que algunos denominan “deterioro del federalismo”. Las observaciones episcopales –que evitarían señalamientos directos y críticas dirigidas a grupos o sectores en particular– estarán enmarcadas en la voluntad eclesiástica de “fortalecer la democracia y sus instituciones”.

En ese marco se debatió entre los obispos acerca de retomar la idea de consolidar la “amistad social”, un concepto ya utilizado en otras declaraciones y que apunta a la construcción de consensos, el respeto a las diferencias y a evitar la fragmentación, vista como un problema grave en el escenario nacional. No faltará tampoco una palabra que apunte al tono de las campañas, señalando lo inoportuno de las agresiones y pidiendo elevar el nivel de los debates presentando propuestas y proyectos.

Si bien no se espera un documento extenso, no faltarían tampoco las observaciones sobre otros temas que preocupan al Episcopado. Aparecerán entonces algunas observaciones sobre la nueva Ley Federal de Educación – que no dejó plenamente satisfechos a los obispos–, sobre el programa de educación sexual en las escuelas y una nueva reafirmación de la “defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte”, la fórmula que le gusta utilizar a la jerarquía eclesiástica para manifestar su radical oposición a la despenalización del aborto.

Un indicio de la preocupación que también los obispos tienen ante las repercusiones que pueden alcanzar sus palabras fue la suspensión de la rueda de prensa que se había anunciado con mucha anticipación para ayer viernes por la mañana. El jueves, a través de la oficina de prensa del Episcopado, se informó que las autoridades de la Iglesia no tomarían contacto con los periodistas y que el único pronunciamiento se haría a través del documento que se hace público hoy y sobre el cual ninguno de los prelados hará comentarios en forma particular. El argumento utilizado fue la intención de “evitar malas interpretaciones” de un texto que, según dicen, no hará otra cosa que “reflejar aquello que está escrito en la doctrina social de la Iglesia”.